Parte 4:
—¡Escóltame!
—¡Nunca! Le grite.
—Tal vez necesitas relajarte antes de
tomar una decisión.
—No necesito meditarlo
tranquilamente. Odio a las brujas.
—Espera, escúchame. Nosotras las
brujas ofrecemos sacrificios a los demonios para cumplir nuestros deseos. De
hecho, la formación de contratos con los demonios y el pago de sacrificios de
acuerdo con sus deseos, son conceptos clave en el estudio de la brujería.
—No me interesan vuestras estúpidas
normas de intercambio equivalente. Solo he venido a este país para ser un
exterminador de brujas, porque un mundo sin brujas sería un mundo más seguro
para mí. Como puedes ver, protegerte no es algo que yo quiera en absoluto.
—Un hombre que dice lo que piensa,
huh... pero ¿Por qué nos desprecias tanto?
—¿No puedes adivinarlo solo viéndome
la cara?
—¿Tu cara?
La bruja, mirando
a mi rostro, ladeó la cabeza.
—Es bastante hermosa, no puedo decir
que no me guste.
—¿Eso es sarcasmo?
—Realmente no. Tienes una piel
magnífica, unos ojos agudos y una fuerte mandíbula– todos los rasgos de un
depredador que está en la cima de la cadena alimenticia. Además, el rostro
humano que se esconde bajo tu apariencia de bestia, también es muy agradable.
Un rostro
humano– ¿Bajo mi piel? Me lleve las manos a la cara, pero seguía siendo la de
una bestia.
—¿Puedes ver un rostro humano aquí?
—Por supuesto, no sería capaz de
llamarme a mí misma una bruja si no pudiera. A propósito, te equivocas al
llamarte un caído. Tu apariencia es
en realidad el resultado del efecto rebote del hechizo Concesión de Bestia.
—¿E–efecto rebote?
—Concesión
de Bestia era un intento de las brujas para otorgarle a los humanos la
fuerza de los animales. Y eso termino por convertir los cuerpos humanos en los
de bestias. Escuche que hace cientos de años, cuando las Naciones no hacían
nada más que luchar unas contra otras, estos humanos fueron producidos en masa,
alcanzando millones.
—¿Tratas de decirme que las brujas
crearon a los caídos?
—Eso no es del todo correcto. Aunque
los hechizos con efecto rebote son muy similares a los normales, en realidad
son muy distintos. Los hechizos son lanzados de forma directa, mientras que los
de efecto rebote son el desenlace final de una cadena de eventos concreta.
—No me estás aclarando nada.
Fruncí el
ceño. Como si ella estuviera tratando con un estudiante que se interesa, empezó
a hablar de una forma animada.
—Debería de hacer una demostración.
Para empezar, acercarme esa piedra.
Ella señaló
a un pequeño trozo de roca que estaba a mi lado. Después de que se la diera,
empezó a jugar con ella en la palma de su mano.
—Imagina que esta piedra es un
hechizo. Yo como bruja lo lanzó.
Lanzó la
piedra con una fuerza que me parecía imposible para unos brazos tan delgados. Rebotó
contra un árbol, de alguna forma la rodeo y me golpeó en la cabeza.
Un crujido
sólido, propio de un combate de boxeo, resonó por todo el claro del bosque en
cual nos encontrábamos. Afortunadamente, yo era un caído, así que evité que
abriera el cráneo.
—…Ow.
La bruja se giró
hacia mí y se encogió de hombros, como si tratase de decir —Ha sido un accidente.
—La piedra golpeó al árbol, rebotó
hacia atrás, me evitó y siguió su trayectoria hasta que te golpeó. El mismo
principio se aplica en la hechicería.
—¿Cómo hizo para rebotar y golpearme?
—Exacto. Cuando el anteriormente citado soldado bestia muere, su espíritu vuelve con la bruja que lo creó. Pero si la bruja está muerta, en cambio, ese espíritu se dirige al familiar más cercano de la bruja. El proceso es análogo a la fertilización. Así que el espíritu reside en el vientre de la mujer, y vuelve a nacer como lo que tú llamarías un caído.
—Dicho de otra forma, ¿Estás diciendo
que yo tenía parentesco con una bruja, y como ella murió yo nací como un caído?
¡No es posible!
—A pesar de que no sea de
conocimiento público, la verdad sigue siendo verdadera. Soy una bruja, yo no
bromeó sobre algo relacionado con la hechicería.
La iglesia
contradecía su afirmación proclamando que nacer como un caído era una
indicación de malas acciones en vidas pasadas. Por ello, la opinión pública declaró
que los caídos eran guerreros, con tendencias violentas y se pasaban todo el
tiempo luchando.
Para mí, que
haría cualquier cosa por tener una vida pacífica, quería decirle a la iglesia
que se dejará de bromas y se largase, pero la mayoría de la gente se creyó sus
palabras. Eso era extremadamente desalentador.
—Pero… tener a una bruja en mi árbol
genealógico…
—Generalmente las brujas se alejan de
sus familias y viven durante mucho tiempo. Para cuando sus familias olviden
tener alguna relación sanguínea con las brujas, el hechizo reaparece.
La bruja
soltó un suspiro, manteniendo una melancólica mirada sobre su plato, que estaba
vacío.
—… ¿Deseas volver a ser humano? —Me pregunto la bruja.
—… ¿Puedo convertirme en humano? —Respondí.
La bruja
sonrió.
—Puedo hacerte humano otra vez. De
hecho, es bastante fácil. ¿Pero a cambio me acompañaras? Haz tu elección,
mercenario.
Mi sueño era
abrir una taberna en algún lugar del campo, conocer a una buena mujer y tener
una vida tranquila.
Si lo que decía
esta bruja es cierto, entonces yo podría lograr esa vida que hace años dejé de
buscar. No tendría que ocultar mi aspecto, no tendría que preocuparme de las
brujas, y tampoco asustaría a las prostitutas. La única pregunta era hasta
donde podía creer en ella. A pesar de todo, es una bruja.
—¿Qué utilidad tendría alguien tan
tonto como yo para una bruja?
—Quizás solo te quiera porque eres
fascinante. No soy particularmente una bruja quisquillosa. Por encima de todo,
incluso de tu cabeza, te quiero a ti. Mi escolta necesita todos sus miembros
para poder cumplir con su deber.
—¿No estarás diciendo eso para hacer
que baje la Guardia?
—Oh, venga ya. Si realmente hubiera
querido matarte, podría haberlo hecho hace rato y sin tener que mantener una
conversación inútil.
No estaba
seguro sobre eso. En todos mis años de experiencia lidiando con brujas, nunca me
he topado con alguna que sea digna de confianza. No diría que esta bruja
merezca confianza, pero tampoco hay que desacreditarla de inmediato.
Yo quería
ser capaz de creerla, pero si estaba mintiendo…
Era una
bruja después de todo.
—…¿Deberíamos establecer un acuerdo
mutuo? —Sugirió repentinamente
la bruja.
—¿Un acuerdo? —Pregunté confundido.
—El contrato de las brujas, un pacto
de sangre. Tú prometes ser mi guardaespaldas y yo convertirte en humano. Entonces
se crea el documento con la mezcla de nuestra sangre. Aquel que no cumpla su parte
del trato será aniquilado incondicionalmente.—
—¿A–aniquilados?… tú…
Titubee, a
diferencia de la buja, que sonreía tranquilamente.
—No hay necesidad de preocuparse. Estarás
a salvo siempre que cumplas tu parte. Vamos, dame la mano.
Rápidamente,
ella me agarro la mano, sin darme tiempo a rechazarla.
Deslizo mi
dedo índice por sus labios y sin vacilar metió la punta en su boca. Me
estremecí mientras pasaba la lengua por mi piel desnuda. Se sentía como si cada
pelo en mi cuerpo se pusiera de punta.
—¡W-woah!
Un momento
después, me alarme cuando la piel de mi dedo se abrió. La bruja asintió con
satisfacción al ver el constante chorro de sangre que corría de mi dedo, e hizo
lo mismo con el suya.
—Con la mezcla de nuestra sangre escribiré
el contrato en escritura reflectada [1]. El contrato quedara establecido cuando se queme. Si alguno de nosotros muere, el contrato quedara anulado. De lo
contrario, mientras reconozcamos claramente que el abandono es inaceptable, tú
y yo estaremos unidos por este pacto. Desafortunadamente, no tengo ningún papel,
así que supongo que la tela tendrá que ser suficiente.
La bruja
arrancó un pedazo de tela del dobladillo de su túnica, lo que la hizo parecer
aún más andrajosa. Vi la sangre carmesí gotear de nuestros dedos, extrañamente
tranquila.
—Hey… ¿Por qué me escoges a mí? Si lo
que quieres es llamar poco la atención… ¿No sería mejora elegir como compañero
de viaje a alguien menos llamativo que yo? Estar cerca de mí solo te hará
destacar más.
La bruja
respondió con indiferencia. Ya veo.
Si eso era cierto o no, aún quedaba por ver, aunque entre un caído y una bruja,
el primero definitivamente atraería más atención.
—Además, hueles como a la cueva donde
solía vivir.
—¿A la cueva donde vivías?
—Eso es. Era una caverna de piedra
caliza en el bosque de la luna curvada, y era muy acogedora pesar de estar
oscura y húmeda. Yo la declare como mi hoyo
en el suelo, esa es una frase que las brujas utilizamos para referirnos a
nuestras guaridas.
Me acerque
el brazo a la nariz para olerme, y no pude evitar arrugar la nariz. Había
estado durante mucho tiempo corriendo por el bosque, y realmente apestaba a césped,
pero aun así, seguía oliendo mucho a animal.
—… ¿Teníais ganado?
—¿Ganado?... Oh sí, teníamos unas
cuantas arañas y serpientes.
¿Qué tenían que
ver las serpientes y las arañas con el ganado? Yo quería encontrar la posada
más cercana y tomar un baño caliente para librarme de ese pensamiento.
Entonces, comencé
a reírme.
Allí estaba
yo, junto a una bruja, a punto de formar un pacto de sangre y posiblemente
enfrentar la aniquilación– y en lo que pensaba era en tomar un baño. Parecida
que subconscientemente ya había reconocido que esa bruja no era una amenaza. Habría
sido una tontería confiar sólo en la lógica para juzgarla. Después de todo, mi
intuición era la razón por la que todavía estaba vivo.
Acaricié mi
hocico y recogí el trapo que ella estaba sosteniendo.
—¡Espera! ¡El contrato todavía–!
Antes de que
terminase de decir “no está terminado”,
rasgue el trozo de tela y lo disperse en el aire.
La bruja me
grito en protesta.
—¡¡Aah!! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Te
crees que escribir en un trapo con sangre en vez de tinta es fácil?!
—Un contrato implica que no creemos
en el otro. No necesitamos algo como eso. Ven, dame tu mano por un momento.
Esta vez,
fui yo quien agarro su mano. Era pequeña y delicada, y la sangre seguía brotando
de su dedo.
Presione
juntos nuestros cortes en el dedo, mezclando nuestra sangre.
La bruja me
miro con aprobación en sus ojos.
—Supongo que lo apruebo. ¿Esto es un
juramento de sangre?
—Preguntó excitada, con sus pálidas mejillas enrojecidas. —Ya está hecho, ¿Verdad? —Riendo, entrelazó nuestros dedos, y
apretó firmemente su pulgar extendido contra el mío.
—Esto es mejor que esos contratos tan
formales que las brujas usan. Esto es más natural para los humanos– para los
mercenarios.
Extraje mi
mano de su fuerte agarre, la sangre en mi dedo aún seguía caliente. Me
preguntaba si mezclar la sangre de un caído y la de una bruja produciría algo
inesperado. Pero al ver a la bruja de pie, con el pulgar cubierto de sangre, ya
no me importaba.
—Mercenario, te prometo que no tomare
tu cabeza.
—Oh. Bien, gracias. Entonces… ¿Cuál es
tu nombre?
—Mi nombre es Zero.
Zero es un número, no un nombre. Pensé en responderle, pero al final decidí
no hacerlo.
Después de
eso, la conversación callo en silencio. La mire fijamente.
—¿Tú… no vas a preguntar por mi
nombre?
La bruja se
encogió de hombros.
—No estoy interesada.
—¿Huh?
—Las únicas personas a las que me
refiero por su nombre son mis subordinados– mis sirvientes. Mantén tu nombre en
secreto cuando estés con una bruja. Si me dieras tu nombre, inmediatamente yo podría
convertirte en un lacayo incondicional.
La bruja
sonrió por debajo de su capucha. Extendió ambas manos como si dijera "en
tu cara". Parecía infantil y madura al mismo tiempo.
—En el fondo, sigues siendo una
bruja, ¿Eh?
—Sí, yo soy la bruja definitiva.
Me reí entre
dientes, y la bruja se rió de acuerdo: —Suena
bastante aterrador, ¿no?
Y así,
nuestra extraña relación comenzó. Ninguno de los dos se había referido al otro
por su nombre, por lo que era como si fuéramos extraños. Sin embargo, supongo
que era normal para un compañerismo nocturno.
Era una
buena distancia para mantenerse en caso de que nuestra asociación terminase
prematuramente.
[1] A mí no me miren, sé que suena mal pero eso es lo que
ponía, de las muchas formas que se podía poner en español esta es de las
mejores que se me han ocurrido, si había alguna mejor culpen a mi falta de imaginación.
:V
No hay comentarios:
Publicar un comentario