Parte 2:
—¡¿Pero qué- que demonios esta
pasando?!
Mire al
viajero, sin esperar ver nada raro, pero me quede en estado de shock.
La capucha
del viajero se cayó, revelando un reluciente pelo plateado, ondulado como si estuviera
atrapado en un vendaval.
...Una
mujer.
Además, una
muy hermosa.
A pesar de
que mi vida estaba en peligro, no pude evitar recordar lo delgada y ligera que
era en mis brazos. Ella hablaba de una forma confiada y tranquila, pero aun
así, su voz era demasiado aguda para ser la de un hombre. Mi instinto masculino
me decía que tendría que haberlo notado antes, entre otras cosas inapropiadas
en la situación actual. Que desperdicio.
¿Pero podría
ser…?
¿Esta mujer…
fue la que hizo esto?
Aparte de
ella, la bruja y yo éramos los únicos aquí.
Es obvio que
la bruja era el objetivo del cataclismo, y tan claro que yo no podía hacer esos
trucos. No había otra forma de verlo.
En un abrir
y cerrar de ojos, se acabó.
Las paredes
formaron un gigantesco cubo de tierra, parecía tan natural como si siempre
hubiese estado allí, pero llamaba mucho la atención debido a su intimidante
presencia.
—Esta es la caja de captura,
versículo tres: Etraak. Le debería
de costar una semana escapar con algo tan débil como Staim. Usando Edarest,
podría salir fácilmente… pero parece estar bastante cansada. Ella necesitara
descansar por un rato. Ahora… me gustaría escuchar una explicación de todo
esto.
Sus labios
rojos, se curvaron en una fría sonrisa. Ahora podía ver que ella tenía unas
largas pestañas, que apenas oscurecían sus iris anormalmente claros, y unos
ojos azul purpura que brillaban como joyas.
Me quede
pasmado, con la boca abierta, mirándola como un idiota.
—¿Tú… eres… una bruja…?
La mujer se
dirigió hacia mí. Como me esperaba, poseía una belleza que producía miedo.
Pero, por esa cara de seguridad que sustituyo aquella aterradora sonrisa, se
podía apreciar inmadurez e inocencia.
Era como si
se hubiera convertido en otra persona.
—Correcto, soy una bruja. ¡Una bruja
del Lúgubre Luto[1]
que extrae el sentido de lo incoherente, e invoca de la nada!
Oh. Bien. Ya
veo. Lo tengo.
Sin más
preámbulos, me levanté... y me aleje tan rápido como pude.
––––––––––
Si hay algo
bueno de haber nacido como un caído, eso sería mi condición física, la cual
supera ampliamente a los humanos normales.
Si corriese
a máxima velocidad, nadie sería capaz de alcanzarme. Si me enfrentase a una
persona normal y corriente a puñetazos, él moriría y yo saldría ileso. Este era
el cuerpo perfecto para la lucha.
…Parece que
me las arregle para deshacerme de la bruja.
Corrí por el
bosque, siguiendo un rastro de tierra escasa. Respirando con esfuerzo, me
escondí tras un árbol y examine cautelosamente el camino que recorrí. El bosque
estaba envuelto por la oscuridad en ese momento, pero no percibí a nadie que me
persiguiera. De todas formas, todavía no podía bajar la guardia. Después de
asegurar que me encontraba a salvo, solté un suspiro de alivio y me senté
apoyando la espalda contra el árbol.
En serio… menudo desastre. Mire a mi alrededor para confirmar
el posible peligro por última vez, y empecé a preparar el campamento bajo la
tenue luz de la luna.
Incluso si
una bruja pose una belleza incomparable, seguirá siendo mi mayor enemigo. Aunque
estuviera tan fascinado por la belleza de una bruja que quisiera dejarla
matarme, mi instinto de supervivencia se acabaría imponiendo sobre el deseo
sexual. En cualquier caso, a nadie le entristecería la muerte de un caído. Yo
sería el único que lamentaría mi muerte.
Los caídos son
despreciados por todo el mundo. La primera razón es por nuestra extraña
apariencia, pero como la mayoría de caídos se convierten en mercenarios y
bandidos, esencialmente somos unos asesinos. Si yo fuese un padre humano, haría
todo lo posible para prevenir que mis hijos se acercasen a alguno de ellos. —No vengas a nuestro pueblo, a nuestras
tiendas, a nuestra vista.
Para
terminar, no hay ni un solo aliado de los caídos en todo el mundo.
Yo tenía
suerte de ser un mercenario, así no tenía que preocuparme por tener suficiente comida,
pero tener que quitarles la vida a otras personas, lo quiera o no, me molesta.
Lo único que
yo quería era poder abrir una taberna en alguna parte, establecerme junto a una
mujer encantadora y tener una vida tranquila hasta morir, pero…
desgraciadamente, el mundo no iba a concederme ese deseo.
—Con una apariencia como esta…
Suspirando
mire con desprecio a mis manos peludas.
La mayoría
de caídos tienen el aspecto de grandes animales carnívoros. Muchos tienen
cuerpos de osos y lobos, pero yo no sabía que animal era. Es probable que
alguna clase de felino, aunque sería demasiado cruel que fuese un gato. Mi pelaje
era blanco con rayas negras, aunque el blanco le ganaba al negro, formando un
complejo patrón. Estaba bastante seguro de que era una idiosincrasia[2],
pero me hacía llamar mucho la atención por la noche, así que normalmente me
tapaba con mi capa.
Bueno, al menos se ve mejor que si
no tuviera esas marcas.
En un
intento de animarme a mi mismo, forcé una sonrisa.
Me estaba
volviendo introspectivo, pero en mi juventud, había meditado sobre esto hasta
el punto de cortarme a mí mismo y ver mi sangre subir. Había meditado hasta
que, finalmente, había dolido demasiado y me había visto obligado a renunciar.
Esto había ocurrido justo después de que dejé mi pueblo. Había estado viviendo
en una montaña desierta mientras estaba cubierta de sangre, comiendo pájaros y
ratones para sostenerme. Puedo haber sido capaz de reflexionar sobre mi propia
naturaleza debido a esa experiencia.
Como sea, yo
era un monstruo, nadie me tendría lastima si yo falleciera, al menos estaría
motivado para vivir si alguien se compadeciera de mi, aunque sólo fuera poco.
Más de diez
años han pasado desde entonces, y las cicatrices de esa época desaparecieron
completamente. Incluso la devastadora soledad que sentía en aquel entonces se debilitó
a causa de todas las dificultades que tuve que soportar… no, la soledad solo se
había aliviado.
De todos
modos, vivir solo era divertido. Además, era posible que hubiera alguna mujer
en el mundo con unos gustos lo suficientemente raros como para amarme… Solo
podía tener fe… Yo no creía en aquellas historias como que incluso las rameras
rechazaban darle ‘compañía’ a los caídos, pero…
Si tan solo fuese un animal más
lindo…
Por ejemplo,
a pesar de que desconocía la existencia de caídos con un aspecto más dócil,
como el de los conejos salvajes, ellos seguramente recibirían un mejor trato
que los caídos con aspecto de animales carnívoros como yo.
Removía la
sopa, mientras me preocupaba por cosas de las que no podía hacer nada.
Accidentalmente
me deje la presa que había cazado antes de que empezase a perseguirme aquella bruja,
así que tuve que preparar una sopa con hierbas de los alrededores y algo de
carne seca, la guardaba para emergencias. Le eche algo de sal a la olla, y un
trozo de grasa de animal que guardaba, envuelto en cuero, en la mochila. Después
de probar la sopa, añado otra pizca de sal. —Hmm,
supongo que es tan bueno como puede.— Queda dejarlo hervir a fuego lento
mientras se le deja mezclar apropiadamente los sabores. Rebusque un poco por la mochila y saque una
brújula y un mapa, el cual desplegué en mi regazo.
—Mapa del Reino de Vanias,
Edición Revisada—
Muchos mercaderes van a
la ciudad de Foamicaum para vender sus productos. Allí uno puede encontrar
lujos de todo el mundo.
En la capital imperial
de Prasta, se puede asistir a actuaciones todas las semanas, en la plaza el día
de la diosa.
Especialidad: Asado de
jabalí de Ebru (Un jabalí gigante nativo de Vanias). Su carne es muy tierna y
sabrosa.
¡Atención! Los jabalíes
de Ebru salvajes viven en los bosques. Su caza esta prohibida. Manténganse siempre
en los caminos.
Tras leer la
última frase fruncí el ceño.
—No estoy en el bosque porque yo
quiera, así que denme un respiro, ¿Eh?
Hablando
solo, intente determinar mi ubicación actual a partir de las estrellas y el
lugar en el mapa donde fui atacado.
El Reino de
Vanias estaba aproximadamente situado en el centro del continente. Anteriormente
era un Estado aislado, rodeado por cordilleras, lograron asegurar algunos
negocios con los países vecinos, los viajeros y mercaderes empezaron a ser
atraídos sucesivamente.
Las montañas
eran demasiado peligrosas para cruzarlas, no importaba el alto peaje para usar las
entradas de Vanias, los viajeros pagaban para poder usar los túneles. El paso
subterráneo era increíblemente descomunal, y había tantas pisadas que estaban
situadas unas enfrente de otras. Aquí y halla entre la oscuridad, había gran
variedad de antorchas de distintos colores que iluminaban los alrededores y las
posadas, haciendo creer que el lugar había salido de algún sueño. Si yo fuese
un niño, no cabe duda de que habría estado extremadamente emocionado. Pero
estos días, esta circulando el rumor de que el Reino de Vanias estaba tratando
con un pequeño problema.
Con el reino
teniendo algunos problemas, el robo y los atracos se habían extendido. Empezando
por los comerciantes, los viajeros estaban evitando este país, ya que entrar en
algún conflicto significaría arriesgar sus vidas.
Como
resultado, el Reino de Vanias, que había sido establecido con el dinero de los
viajeros, se dirigía a la ruina. Por supuesto, los altos puestos del reino se
dedicaron a resolver el problema. Lo primero que hicieron fue fortalecer el ejército
del país… contratando mercenarios. Esta información se divulgó en el interior y
exterior del reino, llegando hasta los oídos de mercenarios como yo.
En esta
situación, yo me dirigía Prasta, la capital imperial de Vanias, para buscar
empleo. Según la patrulla fronteriza, la fuerza principal estaba constituida
por caídos, por eso me ordenaron llevar mi carta de presentación e ir a la capital,
aunque esto era bastante molesto.
Había una
gran cantidad de especies endémicas[3]
en Vanias, para evitar sus hábitats, tendría que tomar varios desvíos por el
camino. Debido a eso, no podía separarme del mapa. Deslice un dedo por el
pergamino, que estaba bastante desgastado por innumerables reescrituras. Desde
el camino donde inicialmente establecí el campamento, a través del bosque hasta
el sendero en el que estaba ahora, eso significaría que Prasta estaba–
—De esa manera, ¿Eh?
Después de
confirmar mi ruta de viaje alce la vista y me quedé petrificado. Una figura encapuchada,
iluminada por una llama, usaba un cucharón de madera para beber mi sopa.
.....
—¡AAH!
Como uno
hubiera esperado, grité. Generalmente, yo era muy precavido con lo que me
rodeaba, incluso con otro caído. Nada me había ocurrido antes. Pero aún con mis
sentidos súper desarrollados, no me había dado cuenta de su presencia. Además
de eso, era la misma mujer extremadamente hermosa de antes, es decir, la bruja.
Para empeorar las cosas, se estaba comiendo mi cena. No estaba seguro de cuál
de estas cosas me molestaba más.
—¡Hey! ¡Deja de servirte mi sopa!
Se hizo
evidente, por lo que dejé escapar, que estaba más preocupado por mi sopa.
[1] Había varias posibles traducciones, pero al final me
decante por la que mejor quedaba.
[2] Marca distintiva, común en algunos animales, para
diferenciarse unos de otros.
[3]
Que pertenecen a un lugar determinado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario