Capítulo 1: La bruja y la bestia.



Parte 2:

¡¿Pero qué- que demonios esta pasando?!

Mire al viajero, sin esperar ver nada raro, pero me quede en estado de shock.

La capucha del viajero se cayó, revelando un reluciente pelo plateado, ondulado como si estuviera atrapado en un vendaval.

...Una mujer.

Además, una muy hermosa.

A pesar de que mi vida estaba en peligro, no pude evitar recordar lo delgada y ligera que era en mis brazos. Ella hablaba de una forma confiada y tranquila, pero aun así, su voz era demasiado aguda para ser la de un hombre. Mi instinto masculino me decía que tendría que haberlo notado antes, entre otras cosas inapropiadas en la situación actual. Que desperdicio.

¿Pero podría ser…?

¿Esta mujer… fue la que hizo esto?

Aparte de ella, la bruja y yo éramos los únicos aquí.

Es obvio que la bruja era el objetivo del cataclismo, y tan claro que yo no podía hacer esos trucos. No había otra forma de verlo.

En un abrir y cerrar de ojos, se acabó.

Las paredes formaron un gigantesco cubo de tierra, parecía tan natural como si siempre hubiese estado allí, pero llamaba mucho la atención debido a su intimidante presencia.

Esta es la caja de captura, versículo tres: Etraak. Le debería de costar una semana escapar con algo tan débil como Staim. Usando Edarest, podría salir fácilmente… pero parece estar bastante cansada. Ella necesitara descansar por un rato. Ahora… me gustaría escuchar una explicación de todo esto.

Sus labios rojos, se curvaron en una fría sonrisa. Ahora podía ver que ella tenía unas largas pestañas, que apenas oscurecían sus iris anormalmente claros, y unos ojos azul purpura que brillaban como joyas.

Me quede pasmado, con la boca abierta, mirándola como un idiota.

¿Tú… eres… una bruja…?

La mujer se dirigió hacia mí. Como me esperaba, poseía una belleza que producía miedo. Pero, por esa cara de seguridad que sustituyo aquella aterradora sonrisa, se podía apreciar inmadurez e inocencia.

Era como si se hubiera convertido en otra persona.

Correcto, soy una bruja. ¡Una bruja del Lúgubre Luto[1] que extrae el sentido de lo incoherente, e invoca de la nada!

Oh. Bien. Ya veo. Lo tengo.

Sin más preámbulos, me levanté... y me aleje tan rápido como pude.

––––––––––

Si hay algo bueno de haber nacido como un caído, eso sería mi condición física, la cual supera ampliamente a los humanos normales.

Si corriese a máxima velocidad, nadie sería capaz de alcanzarme. Si me enfrentase a una persona normal y corriente a puñetazos, él moriría y yo saldría ileso. Este era el cuerpo perfecto para la lucha.

…Parece que me las arregle para deshacerme de la bruja.

Corrí por el bosque, siguiendo un rastro de tierra escasa. Respirando con esfuerzo, me escondí tras un árbol y examine cautelosamente el camino que recorrí. El bosque estaba envuelto por la oscuridad en ese momento, pero no percibí a nadie que me persiguiera. De todas formas, todavía no podía bajar la guardia. Después de asegurar que me encontraba a salvo, solté un suspiro de alivio y me senté apoyando la espalda contra el árbol.

En serio… menudo desastre. Mire a mi alrededor para confirmar el posible peligro por última vez, y empecé a preparar el campamento bajo la tenue luz de la luna.

Incluso si una bruja pose una belleza incomparable, seguirá siendo mi mayor enemigo. Aunque estuviera tan fascinado por la belleza de una bruja que quisiera dejarla matarme, mi instinto de supervivencia se acabaría imponiendo sobre el deseo sexual. En cualquier caso, a nadie le entristecería la muerte de un caído. Yo sería el único que lamentaría mi muerte.

Los caídos son despreciados por todo el mundo. La primera razón es por nuestra extraña apariencia, pero como la mayoría de caídos se convierten en mercenarios y bandidos, esencialmente somos unos asesinos. Si yo fuese un padre humano, haría todo lo posible para prevenir que mis hijos se acercasen a alguno de ellos. No vengas a nuestro pueblo, a nuestras tiendas, a nuestra vista.

Para terminar, no hay ni un solo aliado de los caídos en todo el mundo.

Yo tenía suerte de ser un mercenario, así no tenía que preocuparme por tener suficiente comida, pero tener que quitarles la vida a otras personas, lo quiera o no, me molesta.

Lo único que yo quería era poder abrir una taberna en alguna parte, establecerme junto a una mujer encantadora y tener una vida tranquila hasta morir, pero… desgraciadamente, el mundo no iba a concederme ese deseo.

Con una apariencia como esta…

Suspirando mire con desprecio a mis manos peludas.

La mayoría de caídos tienen el aspecto de grandes animales carnívoros. Muchos tienen cuerpos de osos y lobos, pero yo no sabía que animal era. Es probable que alguna clase de felino, aunque sería demasiado cruel que fuese un gato. Mi pelaje era blanco con rayas negras, aunque el blanco le ganaba al negro, formando un complejo patrón. Estaba bastante seguro de que era una idiosincrasia[2], pero me hacía llamar mucho la atención por la noche, así que normalmente me tapaba con mi capa.

Bueno, al menos se ve mejor que si no tuviera esas marcas.

En un intento de animarme a mi mismo, forcé una sonrisa.

Me estaba volviendo introspectivo, pero en mi juventud, había meditado sobre esto hasta el punto de cortarme a mí mismo y ver mi sangre subir. Había meditado hasta que, finalmente, había dolido demasiado y me había visto obligado a renunciar. Esto había ocurrido justo después de que dejé mi pueblo. Había estado viviendo en una montaña desierta mientras estaba cubierta de sangre, comiendo pájaros y ratones para sostenerme. Puedo haber sido capaz de reflexionar sobre mi propia naturaleza debido a esa experiencia.

Como sea, yo era un monstruo, nadie me tendría lastima si yo falleciera, al menos estaría motivado para vivir si alguien se compadeciera de mi, aunque sólo fuera poco.

Más de diez años han pasado desde entonces, y las cicatrices de esa época desaparecieron completamente. Incluso la devastadora soledad que sentía en aquel entonces se debilitó a causa de todas las dificultades que tuve que soportar… no, la soledad solo se había aliviado.

De todos modos, vivir solo era divertido. Además, era posible que hubiera alguna mujer en el mundo con unos gustos lo suficientemente raros como para amarme… Solo podía tener fe… Yo no creía en aquellas historias como que incluso las rameras rechazaban darle ‘compañía’ a los caídos, pero…

Si tan solo fuese un animal más lindo…

Por ejemplo, a pesar de que desconocía la existencia de caídos con un aspecto más dócil, como el de los conejos salvajes, ellos seguramente recibirían un mejor trato que los caídos con aspecto de animales carnívoros como yo.

Removía la sopa, mientras me preocupaba por cosas de las que no podía hacer nada.

Accidentalmente me deje la presa que había cazado antes de que empezase a perseguirme aquella bruja, así que tuve que preparar una sopa con hierbas de los alrededores y algo de carne seca, la guardaba para emergencias. Le eche algo de sal a la olla, y un trozo de grasa de animal que guardaba, envuelto en cuero, en la mochila. Después de probar la sopa, añado otra pizca de sal. Hmm, supongo que es tan bueno como puede. Queda dejarlo hervir a fuego lento mientras se le deja mezclar apropiadamente los sabores.  Rebusque un poco por la mochila y saque una brújula y un mapa, el cual desplegué en mi regazo.

—Mapa del Reino de Vanias, Edición Revisada—

Muchos mercaderes van a la ciudad de Foamicaum para vender sus productos. Allí uno puede encontrar lujos de todo el mundo.

En la capital imperial de Prasta, se puede asistir a actuaciones todas las semanas, en la plaza el día de la diosa.

Especialidad: Asado de jabalí de Ebru (Un jabalí gigante nativo de Vanias). Su carne es muy tierna y sabrosa.

¡Atención! Los jabalíes de Ebru salvajes viven en los bosques. Su caza esta prohibida. Manténganse siempre en los caminos.

Tras leer la última frase fruncí el ceño.

No estoy en el bosque porque yo quiera, así que denme un respiro, ¿Eh?

Hablando solo, intente determinar mi ubicación actual a partir de las estrellas y el lugar en el mapa donde fui atacado.

El Reino de Vanias estaba aproximadamente situado en el centro del continente. Anteriormente era un Estado aislado, rodeado por cordilleras, lograron asegurar algunos negocios con los países vecinos, los viajeros y mercaderes empezaron a ser atraídos sucesivamente.

Las montañas eran demasiado peligrosas para cruzarlas, no importaba el alto peaje para usar las entradas de Vanias, los viajeros pagaban para poder usar los túneles. El paso subterráneo era increíblemente descomunal, y había tantas pisadas que estaban situadas unas enfrente de otras. Aquí y halla entre la oscuridad, había gran variedad de antorchas de distintos colores que iluminaban los alrededores y las posadas, haciendo creer que el lugar había salido de algún sueño. Si yo fuese un niño, no cabe duda de que habría estado extremadamente emocionado. Pero estos días, esta circulando el rumor de que el Reino de Vanias estaba tratando con un pequeño problema.

Con el reino teniendo algunos problemas, el robo y los atracos se habían extendido. Empezando por los comerciantes, los viajeros estaban evitando este país, ya que entrar en algún conflicto significaría arriesgar sus vidas.

Como resultado, el Reino de Vanias, que había sido establecido con el dinero de los viajeros, se dirigía a la ruina. Por supuesto, los altos puestos del reino se dedicaron a resolver el problema. Lo primero que hicieron fue fortalecer el ejército del país… contratando mercenarios. Esta información se divulgó en el interior y exterior del reino, llegando hasta los oídos de mercenarios como yo.

En esta situación, yo me dirigía Prasta, la capital imperial de Vanias, para buscar empleo. Según la patrulla fronteriza, la fuerza principal estaba constituida por caídos, por eso me ordenaron llevar mi carta de presentación e ir a la capital, aunque esto era bastante molesto.

Había una gran cantidad de especies endémicas[3] en Vanias, para evitar sus hábitats, tendría que tomar varios desvíos por el camino. Debido a eso, no podía separarme del mapa. Deslice un dedo por el pergamino, que estaba bastante desgastado por innumerables reescrituras. Desde el camino donde inicialmente establecí el campamento, a través del bosque hasta el sendero en el que estaba ahora, eso significaría que Prasta estaba–

De esa manera, ¿Eh?

Después de confirmar mi ruta de viaje alce la vista y me quedé petrificado. Una figura encapuchada, iluminada por una llama, usaba un cucharón de madera para beber mi sopa.

.....

¡AAH!

Como uno hubiera esperado, grité. Generalmente, yo era muy precavido con lo que me rodeaba, incluso con otro caído. Nada me había ocurrido antes. Pero aún con mis sentidos súper desarrollados, no me había dado cuenta de su presencia. Además de eso, era la misma mujer extremadamente hermosa de antes, es decir, la bruja. Para empeorar las cosas, se estaba comiendo mi cena. No estaba seguro de cuál de estas cosas me molestaba más.

¡Hey! ¡Deja de servirte mi sopa!

Se hizo evidente, por lo que dejé escapar, que estaba más preocupado por mi sopa.




[1] Había varias posibles traducciones, pero al final me decante por la que mejor quedaba.
 [2] Marca distintiva, común en algunos animales, para diferenciarse unos de otros.
[3] Que pertenecen a un lugar determinado.


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