Estimados Zero y Mercenario,
¿Están bien los dos?
He estado muy ocupada desde que
partieron en su viaje, pero finalmente encontré algo de tiempo para escribirles
una carta.
¿Esto realmente les llegará? Estoy
un poco preocupada porque es la primera vez que uso una Carta de Bruja. Era una
cosa vieja sepultada en lo profundo del almacén de mí abuela, y Zero dijo que "permite
intercambiar cartas con otras personas que se encuentran muy lejos", así
que decidí darle una oportunidad, pero…
Bueno, estoy segura de que están
viendo esto, así que vayamos a lo importante. En Wenias, donde me encuentro
ahora mismo, hemos establecido las leyes relativas a la magia. Una vez que las
promulguemos de forma oficial, tendremos que empezar a educar a los nuevos
magos.
¿Cómo están las cosas por allá? ¿Su
investigación de la magia que parece haber comenzado en Wenias está avanzando
lentamente? También he estado recolectando información aquí y allá, pero todo
es trivial o basado en rumores.
Con la decisión de Wenias de
proscribir la caza de brujas, puede llegar a sugerir que se están sublevando contra
la Iglesia, ¿no? Al parecer como
consecuencia de eso, las facciones anti-Iglesia de todas partes de las naciones
se han vuelto más activas que nunca. Básicamente son todos aquellos humanos normales que buscan
convertirse en brujas difundiendo la voz de que "¡Ha llegado la era de las
brujas!".
¡Ah! Debería decir "mago"
y no "bruja", ¿no es así? Todavía no estoy acostumbrada a esto,
aunque eso es de esperar.
Um... siguiendo adelante, lo que
quería decir era que los informes que estoy recibiendo, ahora mismo, son un
completo desastre.
Es en parte porque las facciones
pro-y-anti-Iglesia están involucradas en pequeños conflictos y luchas, aquí y
allá, y algunos países vecinos están tratando de culpar a Wenias de estos
incidentes.
Incluso he oído historias acerca de
que si tú lees el 'auténtico y único' manual de magia. Instantáneamente
obtendrás el poder de controlar el mundo. Dicen que es un libro milagroso que
cambia de manos por exorbitadas sumas de dinero.
Eso sería realmente ridículo si
fuera verdad, ¿eh? Quiero decir, incluso siendo yo la propietaria de este
"manual de magia", el Libro de Zero.
He oído que Trece hizo que una
parte del Culto de Zero hiciera una copia para él, pero la situación cambió
antes de que se pudiera terminar, por lo que ahora está bastante incompleto...
Ah sí, hablando de Trece. Gracias a ese
sombrío, malvado y fastidioso hechicero, tenemos una buena idea de cuántos
magos salieron de Wenias. No estamos seguros de dónde están, pero al mirar el
número de certificados de inscripción, hay alrededor de diez en total.
Huh, bueno, no tengo más
espacio para escribir. Creo que terminaré aquí.
PD: Contáctenme cuando tengan la oportunidad
de volver a Wenias, ¿quieren? Estaré esperando algún suvenir.
Firmado, Albus.
_____________
—…Así que esto es una carta. –Murmuré,
medio aturdido.
Me senté en una mesa junto a la ventana
del comedor de un albergue barato, al borde de la carretera, mirando el pedazo
de pergamino que tenía y la densa escritura que lo llenaba. La letra era más
limpia de lo que había creído posible.
Sí no me equivoco, ayer no había escrito
nada en el pergamino…
Albus me había dado el pergamino cuando
salimos de Wenias. Ella me dijo algo como que "mientras tengas ese papel, te puedo enviar cartas". Sin
embargo, nunca pensé que sus cartas llegarían así.
¿Eso quiere decir que si escribiera en
mi pedazo de pergamino, también aparecería en el de Albus?
—Las herramientas de las brujas siempre
son muy útiles...
Las palabras se escabulleron de mi boca
mientras suspiraba, aunque no sé si suspiraba por asombro o admiración, no lo
sabía.
Todo sería mucho más fácil si esto fuera
algo común. Pero las cosas de las brujas eran casi todas difíciles de hacer y
obtener.
Esta "Carta de Bruja" fue
confeccionada poniendo pieles de cabras gemelas, que nacieron en la noche de
una luna nueva, en el centro de un círculo mágico. Estas entonces necesitan
reposar a la luz de la luna durante siete días y siete noches, y poseer sellos
idénticos grabados en ellas usando una pluma hecha de los huesos de su madre.
Esto era un artículo precioso hecho a través de procedimientos desagradables y molestos.
Bueno, mientras el reino de Wenias diera
el ejemplo y siguiera apoyando a los magos, tal vez un día, sería algo normal.
Había varias otras invenciones que
utilizaban las brujas, y había muchos seres humanos que no estaban dispuestos a
gastar su dinero para ser honrados con una ellas. En cambio, los vendedores
ambulantes, harían cualquier cosa para poner sus manos sobre una Carta de Bruja
para poder comunicarse instantáneamente con otras personas en tierras lejanas.
Si ellos fueran a utilizar una
herramienta de las brujas, el enemigo mortal de la Iglesia, no la pasarían nada
bien. Pero…
— ¿…Te has enterado de lo de Wenias?
De repente, oí una voz ruidosa desde
algún lugar del bullicioso comedor.
Esta posada al borde de la carretera,
alberga gente de todos los sectores de la vida que constantemente pasan por
ella, además era un lugar para que los viajeros de diversas naciones pudieran
recolectar y compartir noticias
Todas las conversaciones se unieron al
unísono, convirtiéndose en ruido aleatorio. Sin embargo, de ese bullicio, mis
oídos se toparon con una frase interesante. Cambié mi enfoque al diálogo de un
grupo de hombres que entre ellos tenían un aire de comerciantes.
—Sí, ¿no decidieron prohibir la caza de
brujas? Quieren vivir con las brujas, aunque hace no mucho estuvieran en guerra
con ellas.
—Fue todo porque una bruja buena acabó
con algún hechicero malvado que intentaba hacerse con el reino. Y eso no es
todo, Wenias cortó lazos con la Iglesia y comenzó a ayudar a las brujas.
— ¿Ayudando a las brujas? Entonces...
los Caballeros de la Iglesia no se van a sentar y mirar, ¿verdad? –Alguien
preguntó inquieto.
Por supuesto que no. Como Wenias
reconoció oficialmente a las brujas, las enemigas de la Iglesia, es obvio que
esta no se quedará de brazos cruzados. No sería extraño ver un ejército de Caballeros
a gran escala intentar aplastar al reino herético.
Sin embargo, Wenias debe haberse dado
cuenta que no les resultaría nada fácil,
y es por eso que han elegido distanciarse de la Iglesia. Después de todo…
—Ahí es donde entra la "magia".
Hasta ahora, las brujas necesitaban gastar quién sabe cuántos días haciendo sus
rituales para usar su brujería, ¿verdad? Hoy en día, sólo necesitan un pequeño
encantamiento para usar magia.
— ¡Como si fuese cierto!
—No, he venido aquí desde Wenias. Lo vi
con mis propios ojos. No sólo eso, he oído que esta magia sólo toma alrededor
de cinco años de práctica para ser aprendida, siempre y cuando poseas talento.
Eso significa que Wenias ahora tiene la fuerza necesaria para repeler a los
Caballeros si van por ellos.
Es peor aún, el hecho de que Wenias está
situado en el centro del continente, lo convierte en una parada de descanso
para los viajeros de todas las naciones y un centro de la diplomacia. Ningún
país aceptaría la guerra en Wenias, de modo que ni siquiera la Iglesia podría
atacar descuidadamente.
—Así que así están las cosas... entonces
si voy a Wenias, ¿puedo aprender esta Magia también?
—Es una cuestión de posibilidad... pero
probablemente no para ti. Simplemente no te ves como un hechicero místico.
— ¿Qué dijiste? –Un hombre exclamó, y
durante un rato hubo risas. Luego, la conversación volvió a los asuntos
comerciales.
Miré de nuevo la carta.
"¿Cómo va su investigación de la magia?" preguntó Albus.
"No hay progreso en absoluto", sería mi respuesta. Los rumores
sobre lo que había sucedido en Wenias se estaban propagando como la pólvora, pero no había oído nada acerca de
incidentes relacionados con la magia en ninguna otra nación.
La magia era una técnica recién nacida.
Era práctica, pero también podía ser usado para innumerables malas acciones, y
aquellos con la capacidad de contrarrestarlo eran pocos. Por lo tanto, si
alguien que había aprendido a usar la magia salió de Wenias e hizo algo grande,
nadie hubiese sido capaz de detenerlo.
Es por eso que nosotros, que sabíamos
más o menos una manera de tratar con ellos, se suponía que investigaríamos
incidentes resultantes del uso de la magia. Sin embargo…
— ¿Qué piensas, señorita Bruja? Incluso
con las habilidades de recolección de inteligencia de Wenias, el centro de la
diplomacia, todavía no tienen nada. No podemos hacer esto sólo nosotros dos... –Comenté, alzando la cabeza.
Mirando lo que parecía ser una mujer
encapuchada en plena batalla con el caparazón de un camarón gigante.
Esta mujer, Zero, era mi empleadora. Un
verdadero dolor de cabeza, y la bruja que había escrito el libro milagroso que
podía conceder a uno el poder de controlar el mundo.
Su apariencia gozaba de una belleza
inigualable, desde su pelo plateado que fluía hasta su cintura, hasta su piel
más clara que la nieve y sus curiosos ojos de amatista. Mirar directamente a su
rostro exigía audacia, incluso la mía, su guardaespaldas. Su capucha ocultaba
la mitad de su cara, pero sus labios eran mucho más que suficientes para
expresar el resto de su atractivo.
Zero destrozó la cáscara del camarón,
que había sido dividida usando una piedra, y hundió sus dientes en la carne
expuesta del crustáceo
…Esta
mujer. No me hizo caso mientras leía la carta de Albus, ¿verdad?
Sentí un poco de rabia mientras la
observaba felizmente llenar su rostro con camarones, así que le arrebaté el
camarón de sus manos, arrojándolo todo a mi boca.
Aplasté la concha restante de la cabeza
entre los dientes especializados que poseía como una bestia depredadora, y
disfrutaba del sabor dulce de los mariscos que se destilaba de la tierna carne
del camarón. Hm, sabe genial.
El camarón entero desapareció por mi
garganta en sólo un momento. Zero, que estaba completamente aturdida, se volvió
pálida y se puso de pie.
— ¡Mi... Mi hierba-cocido al vapor, la salsa de frutas cubierta de Kelzus! ¡¿Por
qué?! ¡¿Por qué me lo quitas... por qué?! ¡¿Cuánto tiempo crees que esperé para
que el vapor pasase correctamente a través de él?! ¿Por qué eres tan cruel,
Mercenario? ¡¿Qué hice para merecer esto?!
—…Yo vi un camarón. Me lo comí. ¿Qué más
razón necesito?
— ¡Tú…! ¡Tú despiadado, bestia
monstruosa!
—Oye, bruja. Acabas de cruzar la línea
justo ahí. Hay cosas que realmente no debes decir en este mundo, y esa es una
de ellas.
*Mmh*,
Zero me lanzó una mirada seria.
En la imagen reflejada en sus iris
violetas, vi, tal como ella dijo, a un animal.
Mi cabeza era la de una bestia
carnívora, y mi cuerpo estaba cubierto de pelo. Mis gigantescas manos tenían
garras, que, al ser afiladas, podían rasgar sin esfuerzo a un humano en dos.
Un monstruo medio hombre, medio
bestia—un caído.
Eso era yo.
Los caídos eran símbolos de la
indecencia, eran vistos como salvajes y conflictivos. Como tal, nos temían por
todo el mundo. Pero, bueno, sería difícil no tener miedo cerca de un monstruo
que podría aplastar la cabeza de un hombre con las manos desnudas.
Incluso en un comedor lleno de viajeros,
había una zona desolada de mesas desocupadas a mí alrededor.
Para los seres humanos normales,
probablemente sentiría lo mismo que tener una comida con una cucaracha
repugnante o algo así. En el momento en que entré en el restaurante, toda la
conversación en el vestíbulo cesó. Sólo después de que todo el mundo había
confirmado que era un caído con buenas intenciones, que sólo estaba ahí para
comer, volvieron a hablar poco a poco. A partir de ahora el comedor había
recuperado su vivacidad, pero un tinte de tensión se mantuvo.
De vez en cuando, mezclados entre el
bullicio, escuchaba quejas como: "¿por
qué hay un caído comiendo con nosotros?..." pero yo actuaba como si no
hubiera oído nada. Esos bocazas probablemente pensaron que eran lo
suficientemente discretos, y además, no tendría fin si trataba de mirarlos uno
a uno.
En verdad, yo era un mercenario, y había
matado a muchos, muchos humanos por dinero. Los únicos humanos que me mirarían
favorablemente serían compañeros asesinos.
Aun así, yo era una persona tímida,
apenas me ganaba la vida por mí mismo. Tenía una sangrienta línea de trabajo,
habiendo nacido como un monstruo, pero me gustaba cocinar como un hobby, y mi
sueño era abrir una pequeña taberna en alguna parte, pero ese sueño nunca se
iba a hacer realidad. Además, ¿quién iría a una taberna donde el tabernero era
un caído? Incluso yo no lo haría.
…Pero Zero dijo que podía convertirme en
un humano normal.
Y así, ella y yo comenzamos nuestro
acuerdo mutuo.
Las brujas son el mal de este mundo, y
están en constante peligro de ser ejecutadas, siendo quemadas en la hoguera. A
cambio de que la protegiera de esos peligros, Zero algún día me haría humano.
Este 'algún día' era ridículamente vago
en referencia a cuándo, pero... de todos modos, Zero había gastado una gran
cantidad de poder mágico arreglando el desastre causado por su hermano, Trece.
Por lo tanto, ella ya no tenía la fuerza
suficiente para convertirme en un humano por ahora.
Y gracias a que mi cuerpo fue poseído
por un demonio por un tiempo, el alma de la bestia dentro de mi cuerpo se
adhirió más fuertemente a la mía, o algo así, y por tanto ahora se requería aún
más poder mágico para hacerlo.
Decidí seguir protegiendo a Zero,
esperando que su magia se recuperara lo suficiente durante nuestro viaje, pero
¿cuándo será eso?
Los mercenarios eran nómadas que
viajaban de campo de batalla en campo de batalla de todos modos, así que en
este punto, tener una bruja que me siguiera en un viaje no me planteaba ninguna
dificultad. Yo estaba bien con ella, bueno casi.
Si había un problema, sin embargo, era
que Zero carecía de cualquier atisbo de sentido común sobre lo normal en la
sociedad.
Por ejemplo, incluso si fuera cierto,
llamar a un caído un monstruo en su cara, podría resultar en un baño de sangre.
Mantuve mi compostura caballerosa y reprendí a Zero, con lo cual ella inclinó
la cabeza como preocupada.
—Ya veo. Lo siento, Mercenario. No
quería hacerte enojar. Yo simplemente…
—No, no estoy enojado. Me sentí un poco
herido-
—Por decir la verdad.
—Retiro lo dicho. Ahora mismo estoy
enloqueciendo.
Empujé la carta de Albus en la cara
solemne de Zero.
— ¡E-espera! ¡¿Qué es esto?! No puedo
comer ahora, ¿no?
—Es una carta de esa mocosa. No hay
noticias de los magos que salieron de Wenias.
Zero inclinó la cabeza hacia atrás, forcejeando
durante un rato, antes de arrancar la carta de su rostro en un esfuerzo por
escapar de mi mano.
—Ahora tengo tinta en la cara. – Gruñó
Zero, echando un vistazo al contenido de la carta. Luego, con cara de aburrida,
sopló las letras inscritas en el pergamino.
Con un susurro, las letras perdieron su
forma y desaparecieron.
Woah...
mierd— notarán que es una bruja.
Actué como si no hubiese visto nada
fuera de lo común.
Afortunadamente, parecía que nadie se
había dado cuenta. No sería nada bueno causar una conmoción y poner toda la
atención sobre nosotros mismos.
—Bien, esto es más o menos lo que me
esperaba. De hecho hemos obtenido más de lo esperado.
— ¿Obtenido?
¿Qué era lo que había "obtenido"
de la carta de Albus?
No habíamos recibido ninguna información
en concreto, mucho menos sabíamos que informes eran rumores falsos y cuáles eran
los verdaderos. Había incluso tantos rumores ridículos esparcidos como que un
manual mágico, el Libro de Zero que en realidad estaba en posesión de Albus, estaba
puesto a la venta.
No había mucha información en absoluto
que se pudiera extraer de la carta, o al menos eso era lo que yo pensaba.
—La transcripción que se estaba haciendo
desapareció. –Dijo Zero abruptamente y de manera muy seria.
La transcripción, es decir, una copia
del libro hecha para el duplicado de una obra original.
Si la transcripción del Libro de Zero
hubiera sido completada, entonces, aunque Albus poseyera el texto genuino, el
artículo transcripto todavía podría ser vendido en el mercado.
Sin embargo, Albus había escrito en su
carta que "la transcripción era un
trabajo en progreso, pero la información en él se volvió turbia durante su
escritura." ¿No quiere decir eso que no podría existir?
Cuando le pregunté a Zero, ella inclinó
la cabeza frustrada.
—Incluso sin terminar, el libro sería
más que suficiente para representar una amenaza para el mundo. Creo que ya te
he explicado que simplemente la primera página podría destruir el mundo. Más
bien es la noción de magia introducida en la primera página lo que en realidad
importa. Una vez que el concepto se hace claro y preciso…
Zero sacudió su cabeza con gravedad y
lanzó un pesado suspiro.
—Es natural asumir que alguien se lo
llevó. Esa niña es demasiado optimista.
—Claro… si lo pones como 'Documentos
sobre un arma que se estuvo desarrollando durante la guerra que luego desapareció
por completo', eso sería un gran problema para el país... pero ¿y si alguien lo
destruyó? Eso tendría sentido, no querrían que saliera. Creo que eso es más
probable que la posibilidad de que alguien lo haya robado.
—Eres demasiado optimista. –Zero declaró
rotundamente.
Básicamente fuimos donde Zero quería ir
y visitamos las cosas que ella quería ver. Sin embargo, desde el principio, el
objetivo de Zero era resolver los problemas causados por la magia que ella
había inventado.
Ella probablemente se sentía responsable
como la persona que había inventado la técnica y de ser la encargada de
resolver los problemas causados por la misma.
En
serio… no hay nada más tonto que eso.
No pensé que el inventor de un método
fuera también el responsable de las personas que lo utilizaban mal. ¿Es culpa
del herrero si un cuchillo que forjó es utilizado por un criminal para cometer
un asesinato? ¿O tal vez la culpa es de la persona que inventó el modo de
refinar el hierro? Qué absurdo.
Sin embargo, cuando le dije a Zero lo
que pensaba, ella insistió en que "esto
es diferente", y se negó a ceder. Siempre era tan despreocupada, pero
siempre que la magia aparecía, se tensaba instantáneamente tan rígida como una
tabla.
Con esa actitud, Zero probablemente vio
hablar de una transcripción como una información que era imposible pasar por
alto.
—Creo que es estúpido preocuparse de que
la transcripción sea robada o mal utilizada cuando ni siquiera tenemos pruebas
de que existe. Además, ¿no piensas que estás siendo demasiada pesimista?
—No. Uno siempre debe considerar el peor
resultado posible al hacer un movimiento. Cualquiera que haya visto el ejemplo
de Trece podría imaginarlo, si alguien se llevará el Libro de Zero fuera del
país, ese alguien podría formar un nuevo Culto de Zero y tomar otra nación.
Sabemos que había una copia en curso, pero no su paradero actual. Por lo tanto,
es apropiado suponer que se la han llevado.
—Tal vez…
El néctar del poder era seductor, y
había muchos patanes.
Mientras la copia del Libro de Zero permaneciera
perdida, no importaba cuántos magos fueran purgados, un nuevo mago nacería en
algún otro lugar. Incluso si, en primer lugar, la transcripción nunca
existiera, habría quienes viajarían para tener ese libro imaginario.
Era una situación interminable, tanto si
la copia existiera o no.
—Esto es tan jodidamente molesto. Ya no
quiero protegerte.
— ¿Huh...así que vas a? –Preguntó Zero
con una expresión en blanco.
— ¡Ni loco! Me he decidido a conseguir
mi recompensa por el trabajo de escolta que he hecho. Voy a seguir escoltándote
hasta el día en que me hagas humano.
Se suponía que Zero debía hacerme humano
como compensación por protegerla en medio del desastre que había ocurrido en
Wenias. Hasta que recibiera esa compensación, en otras palabras, hasta que
volviera a ser humano, nunca iba a separarme de Zero.
Por cierto, Zero me había pagado por
adelantado por el trabajo de guardaespaldas que estaba haciendo ahora, usando
algunas de las piedras preciosas que llevaba. Si los cambiaba por dinero,
podría tener suficiente para vivir cómodamente durante muchos años.
Era un trabajo bien pagado, pero...
Zero soltó una risita.
—Aun así, me proteges porque quieres. De
hecho, no tienes ninguna intención real de dejar tu trabajo. Quieres estar a mi
lado. –Alardeó Zero.
¿De
dónde surgió esta confianza? ¿Era por su rostro? Por eso odio a las mujeres
hermosas. Fruncí el frente, y Zero dejó de reír para
mirar el plato en su mano.
—Bueno... aunque puedo decir eso, no
quiero ligarte a mí innecesariamente. Escribí el Libro de Zero y traje el caos al
mundo. Soy responsable de esto, y es mi deber anularlo. Es una pesada carga…
Siempre tan arrogante y orgullosa, Zero
ahora se sentó desplomada y sus ojos estaban abatidos. Me sorprendió lo
diminuta que era.
—Por eso tengo la intención de pagar mis
cuotas sin demora. Una vez que lo haga, serás verdaderamente libre. Ya no
necesitarás seguir siendo mi protector, y podrás ir donde quieras para cumplir
tus sueños. Es por eso que…
—Woah ahí, lo tengo-
— ¡Es por eso, que antes de que ocurra,
debo hacerte un esclavo de mi encanto y no podrás resistirte, suplicando ser mi
compañero!
Así
que ella es ese tipo de mujer, eh. Está bien. Sabía que no era del tipo que se
deprime. Parecía que estaba tomando una decisión que
significaba la vida o la muerte de una nación, pero en realidad estaba
escupiendo una estupidez absoluta. Desvié mi mirada de Zero, y tomé un sorbo de
mi vaso.
Las brujas eran todas unas interesadas,
y tomarían las acciones más beneficiosas para ellas mismas.
Cuando hablaba de responsabilidad y
deber, incluso cuando dijo que haría algo por el caos que la magia había
causado, ella no quiso decir que lo haría por el bien del mundo. Zero lo hacía
porque no podía evitarlo.
De verdad, palabras como
"responsabilidad" y "deber" estaban más allá de mi
vocabulario. Por un lado, odiar caminar por su cuenta, pero por otro, dispuesta
a emprender un duro viaje a través de algo tan vago como la responsabilidad…
por eso las formas de vida conocidas como brujas eran incomprensibles para mí.
—Dejando de lado las bromas, primero
debemos recuperar la copia del Libro de Zero. Si llega al mercado, será nada
menos que un círculo vicioso.
—Todavía no tenemos idea de dónde está,
aunque... no sabemos si existe en primer lugar.
— ¿No confías en mí? –Preguntó Zero. Le
di una respuesta incómoda, crucé mis brazos y miré hacia arriba el techo
manchado.
—De acuerdo con la carta de la mocosa,
hay cosas que suceden por todas partes, grandes y pequeñas, que podrían haber
tenido algo que ver con la magia. Si realmente hay una copia allí, entonces es
probablemente que sea en algún lado de esos lugares. Sin embargo, tomaría
demasiado tiempo visitar cada uno.
—Entonces lo mejor que podemos hacer es
decirle a la niña, que empiece una investigación exhaustiva de la copia. Si hay
informes de que se vende, debería ser posible descubrir dónde y cómo se vendió,
y los involucrados. Al mismo tiempo, procederemos con nuestra propia
investigación.
Aquí, en la República de Cleión, había
puertos.
Si Wenias era el centro de las rutas por
tierra, entonces la República de Cleión era el centro de las rutas marítimas.
Era un juego de niños reunir rumores de varias tierras desde aquí, y por lo
tanto, lo habíamos hecho nuestro destino por el momento.
Nuestro objetivo era la ciudad portuaria
más grande de la República, Edeabelna. [1]
⧫⧫⧫⧫
—Llegaríamos a Edeabelna mucho más
rápido al atravesar este bosque. Claro, tendríamos que pasar sin perder el
tiempo, pero…
Mientras hablaba, oí el ruido de las
ruedas de un carro y un caballo relinchando a través del alboroto de la
cafetería.
Ya estaba oscuro fuera de la ventana.
Una posada barata como está, incluso para lo corriente que era, probablemente
parecía un paraíso absoluto para cualquier viajero que se había resignado a
acampar fuera por la noche.
Incluso entonces, el carro parecía ir
demasiado rápido para un camino de grava por la noche.
Reflexionando, miré por la ventana.
Un momento después, el carro se estrelló
a través de la débil pared de madera. Me enviaron volando por el aire, partiendo
la mesa de otro cliente antes de caer al suelo.
¿…Estaba muerto?
Un líquido tibio se filtraba desde algún
lugar, cubriendo mi cuerpo.
¿Podría ser mi sangre? Si es así, era
una cantidad espantosa de sangre.
Fue una vida inesperadamente corta. Al
final morí antes de llegar a ser humano de nuevo. Pensando en ello, fue toda
una vida plagada de guerra, aunque fue divertido por un corto tiempo cerca del
final—
El líquido se adentró en mi boca.
De repente fui asaltado por el rico
aroma de leche mezclado con el Umami de verduras. …Huh. Así que esto no era sangre, sino sopa de crema de alguna cena.
— ¡Mercenario! Mercenario, ¿estás bien?
Ah, te ves tan delicioso... ¡¿Podría ser la llamada comida pre-preparada de la
que he oído hablar?!
— ¡No!
Parecía que Zero había evitado la
trayectoria de la carreta. Ella se apresuró a verme mientras hacía comentarios
irrelevantes.
Cuando grité por instinto, mi sensación
de dolor poco a poco comenzó a regresar.
Parecían que eran sólo unos ligeros
moretones. Como se podría esperar de un caído. Nuestra resistencia fue
sobradamente establecida. Zero pareció aliviada mientras respondía, aunque su
rostro se veía triste, en su mano aún tenía un plato de comida y una cuchara de
madera.
Cuando el carro se estrelló,
probablemente se había hechadoo a un lado mientras protegía el plato. Aunque no
tenía ninguna razón real para culparla, algo de eso me dejó pasmado.
Entonces, desde algún lugar del patio de
comida llegó un grito tenso.
— ¡Es un niño!
En el momento en que la palabra
"niño" entró en la conversación, generó una tensión inusual.
Olvidé mi dolor mientras me levantaba y
miraba el carro, que había volcado.
Cerca había un niño, presumiblemente
lanzado desde el vehículo. El chico era delgado y larguirucho, con una
complexión física pequeña, tendría alrededor de diez años de edad como máximo.
No había ningún niño en las cercanías, por lo que el chico debe haber venido
del carro.
La piel del niño era de un tostado
apagado, moteado de sangre. Se retorcía y luchaba, rasgando el suelo.
Sin embargo, al lado había un caballo
agitado. Si se hubiese levantado ahora, sin duda sería pateado hasta la muerte.
Inmediatamente empecé a correr.
Además de mí, un caído, no había nadie
más que pudiera ayudar al niño a escapar del peligro sin espantar al caballo.
Cuando recogí al niño en mis brazos, el
caballo se alzó aterrorizado. Se volvía cada vez más frenético cuanto más me
acercaba yo, un caído. Me quedé quieto, pero su inquebrantable casco rozó mi
cabeza, y la sangre voló en el aire.
Seguí alejándome del caballo mientras
mantenía mi postura, y al niño en mis brazos.
El chico estaba débil y no se movía.
La sangre fluía de su cabeza, y un
fragmento de madera sobresalía de su hombro.
— ¡Hey! ¡¿Hay algún medico en la sala?!
¡Este chico está seriamente herido! –Gritando,
miré alrededor de la cafetería. Sin embargo, me veía en el papel de una bestia
carnívora. No importaba cuál fuera la situación, cada vez que levantaba mi voz,
los humanos normales se asustarían y retrocederían.
…Nadie vino a ayudarme.
Fallé. Debería haberme ocupado de mis
propios asuntos.
¿Todavía había tiempo para dejar al niño
aquí y salir del comedor? Me preguntaba si alguien lo ayudaría si lo hiciera,
pero si tuviéramos tiempo para eso, entonces hacerlo sería más rápido.
Los primeros auxilios fueron lo primero
que aprendí en el campo de batalla, pero debería ser mejor que nada.
— ¡Toma una pata de esa silla! ¡Detendré
el sangrado!
Dando órdenes a Zero, puse al niño en el
suelo. Al rasgar su ropa manchada de sangre, hice vendajes para sus heridas.
Tomé el palo de madera con la que Zero se acercó hacia mí, la coloqué sobre una
herida y la sujeté con un vendaje. Cuando le di la vuelta, gritó con dolor.
—Voy a llevar al niño a nuestra
habitación… ¿puedes ayudarle?
Zero podría curar estas heridas con su
magia. Ella asintió.
— No
obstante, el día en que te haga humano se hará más distante…
—Está bien. Tengo tiempo. Él no tiene
ninguno.
Una vez más me moví para levantar el
cuerpo postrado del niño, insertando mis manos debajo de sus rodillas y detrás
de su cuello para apalancar.
Pero entonces, de la multitud que nos
rodeaba, que había estado observando desde lejos, vino un hombre.
Un manto negro lo cubría, y en su mano
izquierda había una bolsa negra vieja. Le faltaban el dedo pequeño y anular de
la mano. Mirando las cicatrices desfiguradas, parecía que sus dedos habían sido
arrancados por algún animal.
— ¿Y tú eres…?
El hombre se había puesto de rodillas
para examinar las heridas del niño, pero alzó la cabeza ante mi voz.
—Soy médico. Mis disculpas por tardar
tanto. Tenía miedo por ver a un caído.
El hombre que se había llamado médico se
volvió hacia la multitud y alzó la voz.
— ¡¿Qué están esperando?! ¡Aquí hay
heridos! Todos somos doctores, ¡¿no?!
¿…Somos?
Apenas tuve tiempo para interpretar sus
palabras antes de que lo entendiera.
—...Parece que hay demasiados.
Salieron corriendo de la multitud con
bolsas negras en la mano unos cuantos hombres con túnicas negras, diciendo que
eran médicos. Había fácilmente más de diez de ellos.
Varios llevaron al niño de mis brazos a
una mesa vacía y se dispusieron a tratarlo. El resto se esparció por la
cafetería, buscando más heridos y encargándose de cada uno.
— ¿Los médicos han estado viajando en
masa recientemente? –Murmuró Zero, aturdida.
No lo creía, pero no podía pensar en
otra explicación para este fenómeno.
…Antes de que me diera cuenta, el comedor
estaba lleno de médicos.
1.- Hermit: Según el grupo inglés la
pronunciación seria “Ee-deya-belna”.
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