Una madre y su hija que
se acababan de mudar estaban yendo de compras. Pero debido a que no estaban
familiarizados con la zona, la madre se perdió.
Pero en ese momento, quien
le indicó el camino a la tienda fue su hijo, que ni siquiera tenía 5 años.
—Tenemos que cruzar
ese semáforo de allí y luego girar a la derecha. Conozco esta calle.
Por supuesto que esa
era la primera vez que él estaba allí. No había forma de que conociese el
lugar.
Pero la realidad era
que la tienda estaba donde decía el niño.
Aunque sorprendida,
la madre siguió sus instrucciones, y mientras cruzaban los semáforos, el chico
murmuró en voz baja y madura.
—Yo… morí atropellado
por un coche aquí en mi vida pasada.
*¡¡Gyahh!!* pensé, cuando escuché por primera vez esa historia de
miedo.
Pero ahora no estoy
en situación para estar aterrada. La razón era porque ahora mismo estoy en la
misma situación que el niño de esa historia.
… …Dicho de otra
forma, volví a nacer con los recuerdos de mi vida anterior.
Pero en esta vida no soy una humana.
Estaba mirando una
mano acolchada cubierta de pelo blanco. No, más bien una pata acolchada.
Mirando en el manantial
helado frente a mí, me vi reflejada en el hielo.
—Kyun…
Suspiré. No importaba
cuántas veces me mirase, no era humana.
Ahora era un cachorro
de zorro, con un pelaje blanco plateado como el color de la nieve. Estrictamente
hablando, era más redondo que los cachorros de zorro que conocía, había un
pelaje mullido alrededor de mi cuello como si fuese una bufanda, e incluso mi
cola probablemente era 90% pelo.
Si me acurrucaba, seguramente
me vería como una enorme pelusa blanca.
Pero la razón por la
que parecía tan tonto podría haber sido porque vivía en una montaña nevada. El
pelaje era como un abrigo natural. A pesar de que estaba en medio de los
vientos nevados en una montaña bajo cero, estaba completamente bien después de
todo.
Y el otro motivo por
el cual estaba bien con ese frio, era porque yo no era un zorro normal.
Según mi madre de
esta vida, nuestra especie está clasificada como algún tipo de [espíritu]. En
otras palabras, lejos de ser humano, ni si quiera era un animal.
Aparentemente somos
espíritus de la nieve que toman la forma de zorros, pero no sé mucho más que
eso.
Madre no sabe
conservo las memorias de mi vida anterior, así que ella probablemente no me
dijese nada complicado ya que piensa en mí
como en una niña.
En este momento
todavía soy una cría, y es desafortunado decir que al igual que los bebés
humanos, no puedo hablar.
No importa cuanto lo
intente, lo máximo que puedo decir es “kyun kyun”.
—Kyuuuun…
Dejé salir mi segundo
suspiro por hoy.
Incluso mis suspiros
no sonaban como “hahh” sino como “kyun”. Es un sonido estúpido, así que no me
gusta. No da sensación de estar deprimida.
Y en ese momento, vi
un pez pequeño en el manantial.
Mis orejas se alzaron
y bajé a la superficie espesa y helada del agua. Mis pequeñas patas peluditas
eran demasiado débiles, así que sabía que no podría romper el hielo para
atrapar el pescado.
Sin importar que, no
podía hacer nada.
En mi anterior vida,
morí a la edad de 18 años, y ha pasado cerca de un año desde que renací aquí.
Dicho de otra forma, si cuentas los años entonces ya debería estar mentalmente
cerca de los 20, pero de vez en cuando me siento atraída por comportamientos
que coinciden con la edad de mi cuerpo y la naturaleza animal.
Cuando veo cosas que
se mueven, tengo ganas de perseguirlas, y no puedo detenerme.
Es embarazoso
decirlo, pero a veces incluso persigo mi propia cola sin darme cuenta, y corro
en círculos.
Perseguí al pequeño
pez bajo el hielo y corrí dando golpecitos. El hielo estaba resbaladizo y me
caía una vez cada cinco pasos. Debido a mi impulsivo comportamiento infantil,
me di cuenta de que era lo sufícien-temente fuerte como para correr
constantemente sobre un suelo sólido sin cansarme, sin mencionar el hielo.
Como si se burlara de
mí, el pez continuó nadando rápidamente aquí y allá.
¡Maldita sea, maldita
sea! Quiero ese pez.
Volviéndose molesto,
comencé a rascar el hielo cuando…
— ¿Qué estás haciendo
en un lugar como este, Milfiria?
Escuche la voz digna
y clara de una mujer detrás de mí. Milfiria es mi nombre en esta vida.
Olvidando al pez por
un momento me di la vuelta, vi un hermoso zorro de un metro de alto, mirándome con
sus ojos azul claro.
Era mi madre.
— ¡Kyun!
Dejando escapar un
grito agudo, corrí hacia mi madre, y acaricié mi cabeza contra sus patas
delanteras.
—El sol está a punto
de ocultarse. Es hora de regresar a casa, mi querida hija.
Al contrario que yo,
madre podía hablar. Me pregunto si también seré capaz hablar cuando crezca.
Mordiéndome gentilmente
la nuca, madre me levantó. Ella caminó sobre la nieve endurecida hacia nuestra
casa.
Nuestro hogar era una
cueva cercana a la cima de esta montaña nevada. El viento no soplaba en su
interior, así que no había que preocuparse de ser enterradas mientras dormíamos.
Madre continuó hasta
la parte posterior de la cueva y me bajó, antes de cerrar los ojos como si se
estuviera concentrando.
Y al momento
siguiente, la figura del gran zorro blanco había desaparecido, y en su lugar
había una belleza sin igual con una piel clara y blanca.
Tenía el pelo largo y
brillante de color blanco plateado, y alrededor de su cuello había una bufanda
de piel blanca. Eso no es pelaje de zorro, ¿verdad?
Vistiendo un atuendo
como un kimono japonés con una esencia algo china, dio la impresión de ser una majestuosa
yuki-onna [1].
El pecho del kimono estaba
muy abierto, y se veía un espléndido barranco. Aunque ella es mi madre, debo
decir que tiene un pecho increíble. Cueste lo que cueste que sea algo hereditario.
En efecto. Ella era
mi madre en su forma humanoide. A pesar de que pasa mucho tiempo en su forma de
zorro mientras está frente a mí, hay "ciertos momentos" cuando
siempre se convierte en humana.
Esos "ciertos
momentos" son cuando madre baja a la ciudad.
—Milfiria, hay algo
que te tengo que decir.
Con la misma hermosa
voz que en su forma de zorro, madre me llamó.
1.- Según folclores
japoneses es una mujer de las nieves.
No hay comentarios:
Publicar un comentario