Capítulo 1: Mi yo zorro

En mi vida anterior, cuando aún vivía como japonesa, una vez escuché cierta leyenda urbana.
Una madre y su hija que se acababan de mudar estaban yendo de compras. Pero debido a que no estaban familiarizados con la zona, la madre se perdió.
Pero en ese momento, quien le indicó el camino a la tienda fue su hijo, que ni siquiera tenía 5 años.
—Tenemos que cruzar ese semáforo de allí y luego girar a la derecha. Conozco esta calle.
Por supuesto que esa era la primera vez que él estaba allí. No había forma de que conociese el lugar.
Pero la realidad era que la tienda estaba donde decía el niño.
Aunque sorprendida, la madre siguió sus instrucciones, y mientras cruzaban los semáforos, el chico murmuró en voz baja y madura.
—Yo… morí atropellado por un coche aquí en mi vida pasada.
*¡¡Gyahh!!* pensé, cuando escuché por primera vez esa historia de miedo.
Pero ahora no estoy en situación para estar aterrada. La razón era porque ahora mismo estoy en la misma situación que el niño de esa historia.
… …Dicho de otra forma, volví a nacer con los recuerdos de mi vida anterior.
 Pero en esta vida no soy una humana.
Estaba mirando una mano acolchada cubierta de pelo blanco. No, más bien una pata acolchada.
Mirando en el manantial helado frente a mí, me vi reflejada en el hielo.
—Kyun…
Suspiré. No importaba cuántas veces me mirase, no era humana.
Ahora era un cachorro de zorro, con un pelaje blanco plateado como el color de la nieve. Estrictamente hablando, era más redondo que los cachorros de zorro que conocía, había un pelaje mullido alrededor de mi cuello como si fuese una bufanda, e incluso mi cola probablemente era 90% pelo.
Si me acurrucaba, seguramente me vería como una enorme pelusa blanca.
Pero la razón por la que parecía tan tonto podría haber sido porque vivía en una montaña nevada. El pelaje era como un abrigo natural. A pesar de que estaba en medio de los vientos nevados en una montaña bajo cero, estaba completamente bien después de todo.
Y el otro motivo por el cual estaba bien con ese frio, era porque yo no era un zorro normal.
Según mi madre de esta vida, nuestra especie está clasificada como algún tipo de [espíritu]. En otras palabras, lejos de ser humano, ni si quiera era un animal.
Aparentemente somos espíritus de la nieve que toman la forma de zorros, pero no sé mucho más que eso.
Madre no sabe conservo las memorias de mi vida anterior, así que ella probablemente no me dijese nada complicado ya que piensa en mí
como en una niña.
En este momento todavía soy una cría, y es desafortunado decir que al igual que los bebés humanos, no puedo hablar.
No importa cuanto lo intente, lo máximo que puedo decir es “kyun kyun”.
—Kyuuuun…
Dejé salir mi segundo suspiro por hoy.
Incluso mis suspiros no sonaban como “hahh” sino como “kyun”. Es un sonido estúpido, así que no me gusta. No da sensación de estar deprimida.
Y en ese momento, vi un pez pequeño en el manantial.
Mis orejas se alzaron y bajé a la superficie espesa y helada del agua. Mis pequeñas patas peluditas eran demasiado débiles, así que sabía que no podría romper el hielo para atrapar el pescado.
Sin importar que, no podía hacer nada.
En mi anterior vida, morí a la edad de 18 años, y ha pasado cerca de un año desde que renací aquí. Dicho de otra forma, si cuentas los años entonces ya debería estar mentalmente cerca de los 20, pero de vez en cuando me siento atraída por comportamientos que coinciden con la edad de mi cuerpo y la naturaleza animal.
Cuando veo cosas que se mueven, tengo ganas de perseguirlas, y no puedo detenerme.
Es embarazoso decirlo, pero a veces incluso persigo mi propia cola sin darme cuenta, y corro en círculos.
Perseguí al pequeño pez bajo el hielo y corrí dando golpecitos. El hielo estaba resbaladizo y me caía una vez cada cinco pasos. Debido a mi impulsivo comportamiento infantil, me di cuenta de que era lo sufícien-temente fuerte como para correr constantemente sobre un suelo sólido sin cansarme, sin mencionar el hielo.
Como si se burlara de mí, el pez continuó nadando rápidamente aquí y allá.
¡Maldita sea, maldita sea! Quiero ese pez.
Volviéndose molesto, comencé a rascar el hielo cuando…
— ¿Qué estás haciendo en un lugar como este, Milfiria?
Escuche la voz digna y clara de una mujer detrás de mí. Milfiria es mi nombre en esta vida.
Olvidando al pez por un momento me di la vuelta, vi un hermoso zorro de un metro de alto, mirándome con sus ojos azul claro.
Era mi madre.
— ¡Kyun!
Dejando escapar un grito agudo, corrí hacia mi madre, y acaricié mi cabeza contra sus patas delanteras.
—El sol está a punto de ocultarse. Es hora de regresar a casa, mi querida hija.
Al contrario que yo, madre podía hablar. Me pregunto si también seré capaz hablar cuando crezca.
Mordiéndome gentilmente la nuca, madre me levantó. Ella caminó sobre la nieve endurecida hacia nuestra casa.
Nuestro hogar era una cueva cercana a la cima de esta montaña nevada. El viento no soplaba en su interior, así que no había que preocuparse de ser enterradas mientras dormíamos.
Madre continuó hasta la parte posterior de la cueva y me bajó, antes de cerrar los ojos como si se estuviera concentrando.
Y al momento siguiente, la figura del gran zorro blanco había desaparecido, y en su lugar había una belleza sin igual con una piel clara y blanca.
Tenía el pelo largo y brillante de color blanco plateado, y alrededor de su cuello había una bufanda de piel blanca. Eso no es pelaje de zorro, ¿verdad?
Vistiendo un atuendo como un kimono japonés con una esencia algo china, dio la impresión de ser una majestuosa yuki-onna [1].
El pecho del kimono estaba muy abierto, y se veía un espléndido barranco. Aunque ella es mi madre, debo decir que tiene un pecho increíble. Cueste lo que cueste que sea algo hereditario.
En efecto. Ella era mi madre en su forma humanoide. A pesar de que pasa mucho tiempo en su forma de zorro mientras está frente a mí, hay "ciertos momentos" cuando siempre se convierte en humana.
Esos "ciertos momentos" son cuando madre baja a la ciudad.
—Milfiria, hay algo que te tengo que decir.
Con la misma hermosa voz que en su forma de zorro, madre me llamó.



1.- Según folclores japoneses es una mujer de las nieves.

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