Capítulo 3: El culto de Zero.



Parte 2:

—Ella es muy lista, alta y delgada… ¡y también tiene pechos grandes!

Ya veo. De repente, yo también tuve ganas de conocerla… no por algún motivo en especial, por supuesto.

—Después de la muerte de Solena, todos se dieron cuenta de que no había manera de que las brujas y los humanos normales se llevaran bien sin luchar. Era el momento de alzarnos. La gente decía que si no mostramos nuestra fuerza, entonces seguiríamos siendo perseguidos como deporte.

—Eh, claro.

Por lo que había oído, hasta la “Rebelión de la Venganza” de hace un año, prácticamente no había caza de brujas. Los humanos habían continuado desinteresadamente su convivencia con las brujas. Pero desinteresado era desinteresado. Aunque los humanos dependían de las brujas, llegaron a un acuerdo silencioso de que involucrarse con ellos era una mala idea y culparon a las brujas por cualquier cosa.

Así que los humanos realmente no estaban tratando a las brujas como deberían. Mucha gente pensó que matándolas, se resolverían los problemas de las que estaban acusadas. Esta creencia también fue interiorizada.

¿De verdad es una sorpresa que las brujas estuvieran descontentas con esta clase de coexistencia?

Y luego, diez años después, las brujas de Wenias obtuvieron el poder mágico del Libro de Zero. Tomaba cinco años en aprenderlo, así que el tiempo que tuvieron fue más que suficiente para que proliferase por todo el reino.

Las llamas del conflicto fueron encendidas, y ahora tenían sus razones y motivos. Si en esta situación estallase la guerra, no habría posibilidad de volver a una época de pacífica y desapasionada coexistencia.

—Ese es el motivo por el que decidí combatir para defender la serenidad de nuestra forma de vida. Pero la lucha contra el imperio acaba de empezar, y tengo que hacer algo o habrá sacrificios. Pero actualmente soy muy débil…

— ¿Y por eso quieres la cabeza de un caído?– Murmuró Zero.

Albus soltó una risa avergonzada.

Eso no es asunto de risa. ¡Ibas a acabar de una forma sangrienta con mi vida!

—Sip. La cabeza de un caído es el mejor sacrificio que hay, ¿cierto? Si lo diera como ofrenda, sería capaz de realizar toda clase de magia de alto nivel. Tú lanzaste un ‘Staim’ sin recitar el encantamiento, ¿verdad? Y además, ni siquiera me había imaginado que alguien pudiera anular mi magia. ¡Eres increíble!

Lanzando una mirada de envidia a Zero, Albus suspiró.

Estaba actuando como un niño soñador y ansioso de poder.

—Aunque mi afinidad con la magia no es mala. Aprendí muy rápido a usarla. Es solo que mi poder mágico es un poco bajo… Incluso cuando sigo las instrucciones del Libro de Zero para magias de nivel superior al pie de la letra, todavía no puedo conseguir que funcionen…

— ¿Entonces no sería el libro el que esté mal?

Lo que dije era bastante duro, pero Zero no parecía molesta.

—Todo es como debería ser. Hay algunos mecanismos implementados al libro como medidas de seguridad. Evita que los novatos con poca capacidad mágica realicen niveles altos.

— ¿Entonces que es la capacidad mágica?

—Bueno, para ponerlo en palabras, sería fuerza física. Esa fuerza incluso te permite usar magia que no hayas practicado mucho. Y así ha habido incidentes donde brujas han realizado magia más allá de sus capacidades mediante ofrendas de alta calidad y su magia quedó fuera de control.

—Con mi cabeza, ¿eh?

—Sí, con tu cabeza. Mi ‘Rechazo’ también es otra medida de precaución, para evitar situaciones como esa. Funciona tomando el poder de un demonio de alto rango, para cancelar poder de otro demonio de menor rango.

Intentando digerir toda la información, Albus me miró con unos ojos resplandecientes.

—Entonces lo que estas estás diciendo es que sigo siendo débil, pero con un sacrificio tan maravilloso como la cabeza de un caído, ¿sería capaz de usar magia más poderosa cuando quisiera? ¡Si vinieran algunos de esos caza brujas, sería capaz de proteger a todos! ¡Por tanto, por favor, dame esa cabeza!

—Deja de bromear o te mato, niño estúpido.

Le di un puñetazo en la cabeza.

—¡¡Gyah!! –Lloriqueo Albus, cubriéndose la cabeza con las manos.

— ¿Apenas tendrás quince años o algo? ¿No deberías preocuparte primero por proteger a tu familia antes que intentar salvar a otros? ¿Tus padres no se preocupan de eso?

—Eso si no tiene nada que ver contigo. Cuando es necesario luchar, incluso los niños ayudan.

—Oh, ¿En serio? Eres muy terco, ¿lo sabías? Entonces… ¿ahora qué, señor mago?

¿Vas a devolver el libro? Eso era lo que estaba insinuando.

Pero como dijo antes Zero, las cosas no serían tan fáciles.

—…Chico, ¿dónde está el Libro de Zero?

—Bueno… está claro que en la academia…

— ¿Academia? –Pregunté.

—Escondite. –Se corrigió repentinamente Albus. Parece ser lo mismo que el ‘agujero’ de Zero.

— ¿Podría pedirte que nos guíes hasta allí? Todavía tengo algún uso para él.

— ¡Claro! –Sonrió Albus. — ¡El Culto de Zero no rechaza a nadie, salvo a las malas personas!
______________

Después de terminar la mayor parte del pájaro asado, partimos a lo largo de un pequeño sendero a través de los bosques, que conducía a una carretera principal pavimentada con piedra arenisca. Nuestro destino era el escondite --er... "academia", donde se guardaba el Libro de Cero.

Albus nos dijo que tomaría dos días de viaje si tomábamos el camino recto cruzando el bosque, pero decidimos pasar antes por Foamicaum.

Albus quería evitar la ciudad y dirigirse directamente a la academia, pero yo tenía algunas cosas de las que encargarme en Foamicaum.

Foamicaum era una parada obligatoria para los viajeros que se dirigían a la capital, Prasta. Los guardias fronterizos de Wenias me habían dicho que me verían si iba o no a Foamicaum cuando llegué a las murallas fortificadas de Prasta.

Resumiendo, si no tenía alguna prueba de haber visitado Foamicaum antes de ir a Prasta, sospecharían de mí por querer evitar una ciudad principal, sin importar el motivo.

Nos dirigíamos a la academia de Albus desde el principio, pero nuestra meta final era buscar a Trece en Prasta, por lo que teníamos que tomar ese desvío. Aunque ya estaba viajando junto a una bruja, todavía quería intentar seguir las normas para minimizar los posibles problemas.

Zero y yo caminamos uno al lado del otro, mientras que Albus caminaba solo por delante.

Él parecía totalmente un niño, parando para oler flores y guardando ranas en su mochila, pero cuando Zero explico que —Seguramente está recolectando ofrendas. –Mi impresión sobre el cambio totalmente. Puede tener el aspecto de un niño, pero es un brujo poco fiable. Estábamos haciendo que un hechicero así nos llevara a la fortaleza de las brujas.

En serio, eso es deprimente. Zero probablemente planeaba infiltrarse en el Culto de Zero, y tomar de vuelta su libro, pero yo dudaba que las cosas fuesen tan fáciles. Si las cosas iban bien, ¿mi cabeza todavía estaría a salvo?

Mis dudas internas se podían apreciar en mi rostro.

— ¿Por qué esa cara tan larga? Las brujas no pondrán ni un dedo en las posesiones de otras. Mientras sepan que eres mi sirviente, nadie intentara ir a por ti.

—Eso es genial, pero… Sería mi fin, si un grupo fuese a por mi cabeza.

—Incluso si algo como eso llegase a pasar, no tendrías nada que temer. Yo te protegeré.

—Eso es tranquilizador.

— ¿Crees que estoy mintiendo?

— ¿Piensas que creo que dices la verdad?

Zero se detuvo por un momento, como si estuviera pensando y sonreía alegremente diciendo —No, no creo que lo hagas.

—Cien años de soledad y cien traiciones… son los únicos que hacen un guerrero realmente duro. Confiar y depender en alguien conduce a la autosuficiencia reducida, lo que lleva a la negligencia, que acaba con la muerte. Por eso no te pido que confíes en mí. Te protegeré por mi propia voluntad. Eres necesario para mí.

—Eso es… tranquilizador.

Sin querer, dejé que mis verdaderos pensamientos se escaparan. Volviendo mi mirada a lo que estaba delante, me rasqué la parte posterior de la cabeza.

…Las cosas iban con una tranquilidad incomoda. No creo que alguien me dijera nunca cosas como “Yo te protegeré” o “Eres necesario para mí”.

En la delantera, Albus parecía molesto cuando se detuvo para que le alcanzásemos. Por desgracia, Zero caminaba obstinadamente a paso de caracol.

—…Deberías estar preocupado por ti, ¿vas a estar bien?
–Pregunté.

Zero ladeó la cabeza extrañamente y me miró interrogante.

—Ya sé que eres una poderosa bruja, pero estamos hablando de un grupo de brujas que han estado aprendiendo magia del Libro de Zero. No serás derrotada en tu propio juego, ¿verdad?

—Ho… ¿Te preocupas por mí?

— ¿Quieres que te explique?

— ¿Qué, que estás encaprichado conmigo?

— ¡No es eso! –Grité.

Zero se rió en alto.

—Si te preocupa que yo muera sin cumplir mi parte del trato, no tienes porque hacerlo. No existe ni una posibilidad entre un millón, de sea derrotada. También he pensado en la peor situación posible. Incluso si yo no soy suficiente, mi poder y el de Trece serían una fuerza con la que ninguna de las masas de brujas imitadoras podrían competir.

—Trece no está aquí… –Murmure. Claro, ellos eran compañeros de estudio, pero parecía que Zero confiaba plenamente en él.

No… no es simple cuestión de confianza. De cualquier manera, era obvio que compartían un vínculo, aunque el tipo de vínculo que compartían estaba más allá de lo que yo sabía. Mi curso de pensamiento se detuvo ahí, y sacudí la cabeza, desconcertado.

Zero y Trece comparten un vínculo… ¿y qué con eso? No tiene nada que ver conmigo.

Debería estar pensando en otras cosas más importantes. Si, por ejemplo…

—Hey, si hay hombres que estén en la hechicería y todo eso, ¿por qué se les llama brujas?

Uwah… he soltado una pregunta tan estúpida en alto…

Aun así, Zero respondió mi estúpido pregunta sin vacilar.

—Estas confundiendo el orden de los acontecimientos. En el pasado, las mujeres usuarias de magia fueron nombradas como “brujas” para diferenciarlas. Así que, dicho de otra forma, las brujas fueron originalmente unas pocas.

—Huh… la primera vez que escucho eso.

—Lo ves, mi mercenario, la brujería es, en sus raíces, una rama del aprendizaje. Y estas ramas siempre eran creadas por los hombres. Pero por supuesto, aunque los hombres sean los creadores, eso no significa que destaquen en ese campo, ¿si?

—Hm, parece correcto.

—Bueno, lo mismo se puede aplicar con la brujería. Muchas mujeres lograron grandes progresos, lo cual no les gustó mucho a los hombres. Y molestos denominaron a las mujeres hechiceras como ‘brujas’. Oprimidas, las brujas se esparcieron por el mundo, y esta dispersión concluyo con la introducción de la brujería en todas partes. Esto significa que la mayor parte del mundo aprendió la brujería de hechiceras. Así, la palabra "bruja" se convirtió en sinónimo de la palabra "brujo", según lo que he oído. Debido a esta secuencia de acontecimientos, hay muchas más brujas hoy en día, aunque los hechiceros también existen. Y esa existencia a veces produce, para bien o para mal, un terrible poder.

— ¿…Como Trece?

—Correcto. –Asintió Zero. Su voz sonaba extrañamente somnolienta y suave.

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