Parte 2:
—Ella es muy
lista, alta y delgada… ¡y también tiene pechos grandes!
Ya veo. De repente, yo también tuve ganas de
conocerla… no por algún motivo en especial, por supuesto.
—Después de
la muerte de Solena, todos se dieron cuenta de que no había manera de que las
brujas y los humanos normales se llevaran bien sin luchar. Era el momento de alzarnos.
La gente decía que si no mostramos nuestra fuerza, entonces seguiríamos siendo
perseguidos como deporte.
—Eh, claro.
Por lo que
había oído, hasta la “Rebelión de la Venganza” de hace un año, prácticamente no
había caza de brujas. Los humanos habían continuado desinteresadamente su
convivencia con las brujas. Pero desinteresado era desinteresado. Aunque los
humanos dependían de las brujas, llegaron a un acuerdo silencioso de que
involucrarse con ellos era una mala idea y culparon a las brujas por cualquier
cosa.
Así que los
humanos realmente no estaban tratando a las brujas como deberían. Mucha gente
pensó que matándolas, se resolverían los problemas de las que estaban acusadas.
Esta creencia también fue interiorizada.
¿De verdad
es una sorpresa que las brujas estuvieran descontentas con esta clase de
coexistencia?
Y luego,
diez años después, las brujas de Wenias obtuvieron el poder mágico del Libro de
Zero. Tomaba cinco años en aprenderlo, así que el tiempo que tuvieron fue más
que suficiente para que proliferase por todo el reino.
Las llamas
del conflicto fueron encendidas, y ahora tenían sus razones y motivos. Si en
esta situación estallase la guerra, no habría posibilidad de volver a una época
de pacífica y desapasionada coexistencia.
—Ese es el
motivo por el que decidí combatir para defender la serenidad de nuestra forma
de vida. Pero la lucha contra el imperio acaba de empezar, y tengo que hacer
algo o habrá sacrificios. Pero actualmente soy muy débil…
— ¿Y por eso
quieres la cabeza de un caído?–
Murmuró Zero.
Albus soltó
una risa avergonzada.
Eso no es asunto de risa. ¡Ibas a
acabar de una forma sangrienta con mi vida!
—Sip. La
cabeza de un caído es el mejor sacrificio que hay, ¿cierto? Si lo diera como
ofrenda, sería capaz de realizar toda clase de magia de alto nivel. Tú lanzaste
un ‘Staim’ sin recitar el encantamiento, ¿verdad? Y además, ni siquiera me había
imaginado que alguien pudiera anular mi magia. ¡Eres increíble!
Lanzando una
mirada de envidia a Zero, Albus suspiró.
Estaba
actuando como un niño soñador y ansioso de poder.
—Aunque mi
afinidad con la magia no es mala. Aprendí muy rápido a usarla. Es solo que mi
poder mágico es un poco bajo… Incluso cuando sigo las instrucciones del Libro
de Zero para magias de nivel superior al pie de la letra, todavía no puedo
conseguir que funcionen…
— ¿Entonces
no sería el libro el que esté mal?
Lo que dije
era bastante duro, pero Zero no parecía molesta.
—Todo es
como debería ser. Hay algunos mecanismos implementados al libro como medidas de
seguridad. Evita que los novatos con poca capacidad mágica realicen niveles
altos.
— ¿Entonces
que es la capacidad mágica?
—Bueno, para
ponerlo en palabras, sería fuerza física. Esa fuerza incluso te permite usar
magia que no hayas practicado mucho. Y así ha habido incidentes donde brujas
han realizado magia más allá de sus capacidades mediante ofrendas de alta calidad
y su magia quedó fuera de control.
—Con mi
cabeza, ¿eh?
—Sí, con tu
cabeza. Mi ‘Rechazo’ también es otra medida de precaución, para evitar
situaciones como esa. Funciona tomando el poder de un demonio de alto rango,
para cancelar poder de otro demonio de menor rango.
Intentando
digerir toda la información, Albus me miró con unos ojos resplandecientes.
—Entonces lo
que estas estás diciendo es que sigo siendo débil, pero con un sacrificio tan
maravilloso como la cabeza de un caído, ¿sería capaz de usar magia más poderosa
cuando quisiera? ¡Si vinieran algunos de esos caza brujas, sería capaz de
proteger a todos! ¡Por tanto, por favor, dame esa cabeza!
—Deja de
bromear o te mato, niño estúpido.
Le di un
puñetazo en la cabeza.
—¡¡Gyah!! –Lloriqueo
Albus, cubriéndose la cabeza con las manos.
— ¿Apenas tendrás
quince años o algo? ¿No deberías preocuparte primero por proteger a tu familia
antes que intentar salvar a otros? ¿Tus padres no se preocupan de eso?
—Eso si no
tiene nada que ver contigo. Cuando es necesario luchar, incluso los niños
ayudan.
—Oh, ¿En
serio? Eres muy terco, ¿lo sabías? Entonces… ¿ahora qué, señor mago?
¿Vas a devolver el libro? Eso era lo que estaba insinuando.
Pero como
dijo antes Zero, las cosas no serían tan fáciles.
—…Chico,
¿dónde está el Libro de Zero?
—Bueno… está
claro que en la academia…
— ¿Academia?
–Pregunté.
—Escondite. –Se
corrigió repentinamente Albus. Parece ser lo mismo que el ‘agujero’ de Zero.
— ¿Podría
pedirte que nos guíes hasta allí? Todavía tengo algún uso para él.
— ¡Claro! –Sonrió
Albus. — ¡El Culto de Zero no rechaza a nadie, salvo a las malas personas!
______________
Después de
terminar la mayor parte del pájaro asado, partimos a lo largo de un pequeño
sendero a través de los bosques, que conducía a una carretera principal
pavimentada con piedra arenisca. Nuestro destino era el escondite --er...
"academia", donde se guardaba el Libro de Cero.
Albus nos
dijo que tomaría dos días de viaje si tomábamos el camino recto cruzando el bosque,
pero decidimos pasar antes por Foamicaum.
Albus quería
evitar la ciudad y dirigirse directamente a la academia, pero yo tenía algunas
cosas de las que encargarme en Foamicaum.
Foamicaum
era una parada obligatoria para los viajeros que se dirigían a la capital,
Prasta. Los guardias fronterizos de Wenias me habían dicho que me verían si iba
o no a Foamicaum cuando llegué a las murallas fortificadas de Prasta.
Resumiendo, si
no tenía alguna prueba de haber visitado Foamicaum antes de ir a Prasta,
sospecharían de mí por querer evitar una ciudad principal, sin importar el
motivo.
Nos
dirigíamos a la academia de Albus desde el principio, pero nuestra meta final
era buscar a Trece en Prasta, por lo que teníamos que tomar ese desvío. Aunque
ya estaba viajando junto a una bruja, todavía quería intentar seguir las normas
para minimizar los posibles problemas.
Zero y yo
caminamos uno al lado del otro, mientras que Albus caminaba solo por delante.
Él parecía totalmente
un niño, parando para oler flores y guardando ranas en su mochila, pero cuando
Zero explico que —Seguramente está recolectando ofrendas. –Mi impresión sobre
el cambio totalmente. Puede tener el
aspecto de un niño, pero es un brujo poco fiable. Estábamos haciendo que un
hechicero así nos llevara a la fortaleza de las brujas.
En serio, eso es deprimente. Zero probablemente planeaba
infiltrarse en el Culto de Zero, y tomar de vuelta su libro, pero yo dudaba que
las cosas fuesen tan fáciles. Si las cosas iban bien, ¿mi cabeza todavía
estaría a salvo?
Mis dudas
internas se podían apreciar en mi rostro.
— ¿Por qué esa
cara tan larga? Las brujas no pondrán ni un dedo en las posesiones de otras. Mientras
sepan que eres mi sirviente, nadie intentara ir a por ti.
—Eso es
genial, pero… Sería mi fin, si un grupo fuese a por mi cabeza.
—Incluso si
algo como eso llegase a pasar, no tendrías nada que temer. Yo te protegeré.
—Eso es
tranquilizador.
— ¿Crees que
estoy mintiendo?
— ¿Piensas
que creo que dices la verdad?
Zero se detuvo
por un momento, como si estuviera pensando y sonreía alegremente diciendo —No, no
creo que lo hagas.
—Cien años
de soledad y cien traiciones… son los únicos que hacen un guerrero realmente
duro. Confiar y depender en alguien conduce a la autosuficiencia reducida, lo
que lleva a la negligencia, que acaba con la muerte. Por eso no te pido que confíes
en mí. Te protegeré por mi propia voluntad. Eres necesario para mí.
—Eso es… tranquilizador.
Sin querer,
dejé que mis verdaderos pensamientos se escaparan. Volviendo mi mirada a lo que
estaba delante, me rasqué la parte posterior de la cabeza.
…Las cosas
iban con una tranquilidad incomoda. No creo que alguien me dijera nunca cosas
como “Yo te protegeré” o “Eres necesario para mí”.
En la
delantera, Albus parecía molesto cuando se detuvo para que le alcanzásemos. Por
desgracia, Zero caminaba obstinadamente a paso de caracol.
—…Deberías
estar preocupado por ti, ¿vas a estar bien?
–Pregunté.
Zero ladeó
la cabeza extrañamente y me miró interrogante.
—Ya sé que
eres una poderosa bruja, pero estamos hablando de un grupo de brujas que han
estado aprendiendo magia del Libro de Zero. No serás derrotada en tu propio
juego, ¿verdad?
—Ho… ¿Te preocupas
por mí?
— ¿Quieres
que te explique?
— ¿Qué, que
estás encaprichado conmigo?
— ¡No es
eso! –Grité.
Zero se rió
en alto.
—Si te
preocupa que yo muera sin cumplir mi parte del trato, no tienes porque hacerlo.
No existe ni una posibilidad entre un millón, de sea derrotada. También he
pensado en la peor situación posible. Incluso si yo no soy suficiente, mi poder
y el de Trece serían una fuerza con la que ninguna de las masas de brujas imitadoras
podrían competir.
—Trece no está
aquí… –Murmure. Claro, ellos eran compañeros de estudio, pero parecía que Zero
confiaba plenamente en él.
No… no es
simple cuestión de confianza. De cualquier manera, era obvio que compartían un
vínculo, aunque el tipo de vínculo que compartían estaba más allá de lo que yo sabía.
Mi curso de pensamiento se detuvo ahí, y sacudí la cabeza, desconcertado.
Zero y Trece comparten un vínculo… ¿y
qué con eso? No tiene nada que ver conmigo.
Debería estar pensando en otras cosas
más importantes. Si, por ejemplo…
—Hey, si hay
hombres que estén en la hechicería y todo eso, ¿por qué se les llama brujas?
Uwah… he soltado una pregunta tan estúpida
en alto…
Aun así, Zero
respondió mi estúpido pregunta sin vacilar.
—Estas
confundiendo el orden de los acontecimientos. En el pasado, las mujeres
usuarias de magia fueron nombradas como “brujas” para diferenciarlas. Así que,
dicho de otra forma, las brujas fueron originalmente unas pocas.
—Huh… la
primera vez que escucho eso.
—Lo ves, mi
mercenario, la brujería es, en sus raíces, una rama del aprendizaje. Y estas
ramas siempre eran creadas por los hombres. Pero por supuesto, aunque los
hombres sean los creadores, eso no significa que destaquen en ese campo, ¿si?
—Hm, parece
correcto.
—Bueno, lo
mismo se puede aplicar con la brujería. Muchas mujeres lograron grandes
progresos, lo cual no les gustó mucho a los hombres. Y molestos denominaron a
las mujeres hechiceras como ‘brujas’. Oprimidas, las brujas se esparcieron por
el mundo, y esta dispersión concluyo con la introducción de la brujería en
todas partes. Esto significa que la mayor parte del mundo aprendió la brujería
de hechiceras. Así, la palabra "bruja" se convirtió en sinónimo de la
palabra "brujo", según lo que he oído. Debido a esta secuencia de
acontecimientos, hay muchas más brujas hoy en día, aunque los hechiceros también
existen. Y esa existencia a veces produce, para bien o para mal, un terrible
poder.
— ¿…Como
Trece?
—Correcto. –Asintió
Zero. Su voz sonaba extrañamente somnolienta y suave.
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