Capítulo 5: Inmolación.

Parte 3:
—Yo era el tercer hijo de una familia aristocrática, así que era incapaz de heredar el estatus de noble, y tendría que servir como oficial en el castillo del rey… pero mi ingenio masculino… o debería llamarlo ahora mi instinto animal… siempre fue muy fuerte. ¿Cómo debería decirlo...? Mientras la chica fuese atractiva, no me importaba ni un poco su estatus social o si estaba casada o no.
— ¿…Me estás diciendo que flirteaste con la mujer de alguno y te echaron a patadas del cuerpo de caballeros?
Cara de perro se rio a voces.
—Nah, se convirtió en una gran molestia que terminó a sólo un par de centímetros de un duelo. El tipo de rabia que se espera de algo como 'no codiciarás la esposa de tu prójimo'. Independientemente, yo era un tipo tan sexy que todas las damas querían un pedacito de mí, ya me entiendes, ¿no? Bueno, todavía tengo un buen aspecto.
Al menos espera hasta que te vuelva a crecer el pelo para decir eso, idiota. Quería decirle eso, pero resistí el impulso ya que no sacaría ningún beneficio al interrumpir su historia.
—Los hombres atractivos destacan, ¿no crees? Eso hizo mi escape mucho más difícil. Corrí hacia el bosque, y cuando me caí y no pude ir más lejos, Solena llego y me recogió. ¿Te lo puedes creer? Siempre había pensado que era una anciana, ¡pero era una belleza! Le supliqué que me dejara quedarme con ella, pero me dijo que no estaba interesada en un ser humano débil. Así que le dije que haría cualquier cosa, aunque tuviera que convertirme en un monstruo...
—Entonces, ¿en un caído…?
—Como no me importaba nada de mi viejo cuerpo, si me convertía en un caído, podría ser despreciado, pero nadie me perseguiría. Además, todavía podía hacer lo que quisiera.
—Las brujas son nuestro enemigo natural. Incluso si Solena no te atacaba, otras brujas lo harían.
—Normalmente no lo hacen. Después de todo, pueden conseguir sus propias cabezas de caídos.
…Eso era interesante. Pero yo seguía siendo cazado por brujas por mi propia cabeza, siendo Albus uno de ellos. Cuando le pregunté al perro sobre el tema, continuó con su explicación.
—La cosa es que, sólo las brujas que no pueden realizar el ritual de "la concesión de la bestia" buscarán las cabezas de los caídos. Las personas que compran cabezas de caídos a los bandidos son nobles, que tienen un montón de tiempo libre y una obsesión con invocar demonios. Las brujas de Wenias han estado cazando caídos sólo desde hace un año o así, cuando la guerra empezó a ponerse intensa, así que cuando elegí ser un caído ese peligro no existía.
"Y yo podría luchar contra cualquier bandido fácilmente", concluyó el cara de perro.
Así que parecía que las brujas que me habían perseguido no eran verdaderas brujas, sino farsantes que acababan de empezar en la hechicería y tenían demasiado tiempo libre. Así que si eso fuera cierto, entonces Zero no tendría necesidad de tomar mi cabeza.
—Así que viví una vida despreocupada con Solena y la señorita...
Un día, sin embargo, una plaga apareció, y Solena fue falsamente acusado y ejecutado por ello. Su nieta estaba empeñada en buscar venganza, y como Solena le había dicho que cuidara a su nieta, naturalmente se había opuesto a la decisión de la nieta. Pero parecía que esta "señorita" había dejado a cara de perro y se unió al Culto de Zero. Ahora, el cara de perro estaba desesperado por encontrarla y había pasado este año reuniendo información sobre el Culto con ese propósito.
—Con dinero y esfuerzo, conseguí información de los hechiceros rebeldes… Pero, no tengo ni la menor idea de donde se encuentra el libro que buscas. Después de todo, no es como si hubiera un registro de adhesión al Culto.
—Menudo perro inútil…
— ¡¿Cuántas veces te he dicho que soy un lobo?! ¡¿Realmente quieres que te explique la diferencia entre un perro y un lobo?!
—Menudo lobo inútil… –Dije, desinteresado. Como si el cara de perro hubiera renunciado, su cola y sus hombros cayeron.
—Bueno… la posibilidad de que 'esa persona' lo tenga es casi cero, así que probablemente la nieta de Solena sea quien lo tenga...
— ¿Qué te hace pensar eso?
—Nadie ha visto ninguna vez a 'esa persona', por eso lo digo. 'Esa persona' es sólo alguien que se dice que existe, y no tiene influencia directa sobre el Culto de Zero... excepto cuando se trata de impartir los castigos.
— ¿Castigos? ¿Cómo los ejecutan sí "esa persona" no se muestra?
—Las brujas juran su lealtad mediante un contrato de sangre. Lo cual significa que si incumplen su palabra de fidelidad a 'esa persona', entonces serán completamente aniquilados. Por alguna razón ellos definen la "lealtad" de una forma bastante vaga.
El cara de perro indicó que el Culto de Zero estaba estrechamente atado con reglas y regulaciones.
Esto tenía que ser parte de luchar por la paz y armonía para todas las brujas. Las brujas que no podían seguir estas reglas y dejaron el Culto fueron los llamados hechiceros rebeldes.
—Entonces, ¿los rebeldes no son castigados?
—A veces si, a veces no. Pero, es cierto que no reciben castigo sólo por abandonar el Culto. Un caso famoso era cuando un pueblo que  un grupo de hechiceros rebeldes saqueo y estableció como base fue destruido. Trataron de emboscar a Trece, que había ido a matarlos, y tomaron algunos rehenes de la ciudad, pero cada uno de ellos fue aniquilado por el castigo de 'esa persona' antes de que llegaran a luchar contra Trece.
Pero las brujas que atacaron La Tête, que estaba en el corazón de la academia, no recibieron ningún castigo y fueron aplastadas por Trece… A veces el castigo funcionaba, y otras veces no. Si que era un contrato ambiguo.
Una vez que se enteraron de que podrían romper un poco las reglas sin consecuencias, los idiotas harían toda la mierda estúpida que quisieran con el libro hasta que realmente fueran castigados. Si las condiciones del contrato de sangre fuesen algo como "destruir a esta persona si él o ella deja el Culto", entonces no habría hechiceros rebeldes.
—Desde el principio a Solena no le gustó ese Culto de Zero. Ella decía que "La magia es un medio asombroso para alcanzar un objetivo, pero esa manera de enseñar es incorrecta". Poco después, fue quemada hasta morir por 'esa persona'.
— ¿Qué?, espera un segundo. ¿No fueron los aldeanos asustados por las plagas los que quemaron a Solena en la hoguera?
— ¿Y si esa plaga fue causada con brujería?
Mis ojos se abrieron al escucharlo.
—Alguien provoco la plaga usando brujería. Eso es por lo que Solena la suprimió con brujería. Le tendieron una trampa. Era evidente que si Solena usaba brujería en esa situación, los aldeanos cometerían el error de inculpar a Solena en su lugar. No hay pruebas de que 'esa persona' lo haya hecho, pero eso es lo que pienso.
No sabía si su corazonada era cierta o no. Pero si era correcta, entonces 'esa persona' no solo mato al maestro de Zero y robo el Libro de Zero hace diez años, sino que también mató a Solena hace un año.
—Yo… no pude proteger a Solena. Eso es por lo que definitivamente debo encontrar a la señorita. ¡Tengo que protegerla!
*Pop*, la fogata chasqueaba, y las brasas flotaban en el aire.
Nunca oí hablar de caídos aliándose, pero no teníamos más elección. Encima del misterio sobre la ubicación de 'esa persona', la persona más cercana al Libro de Zero era la "señorita" del cara de perro.
Parecía que nuestros objetivos eran los mismos… no estaba en contra de trabajar con un perro para lograr nuestros propósitos, ya que por lo general yo anteponía lo útil a todo lo demás.
— ¿Tienes alguna pista o algo?
Llamé su atención.
—Como ya dije, estoy buscando el Libro de Zero. Si tu 'señorita' lo tiene, entonces tengo algunos asuntos con ella. Te ayudare a encontrarla, pero quiero el libro a cambio.
Si encuentro el libro y se lo devuelvo a esa mujer, ¿Cómo reaccionaría ella con mi regreso? Había un noventa y nueve por ciento de posibilidades de que se enfadase, se sintiera molesta u ofendida… en lugar de simplemente darme las gracias. "Yo iba a recuperarlo por mí misma, esto es asunto mío, ¿me traicionaste, y ahora quieres volver conmigo con esto?", se quejaría quitándome el libro de las manos.
¿Me volvería a contratar como su mercenario si me disculpase por dudar de ella?
—…Pero esa bruja con la que solías ir… ¿Dónde está ahora?
Sospechando que acabase de leer mi mente, me volví hacia el perro por una aclaración.
—Ella olía un poco como la señorita. Las brujas son difíciles de rastrear por el olfato, porque están cubiertas con los olores de las hierbas medicinales, pero había un olor persistente que podía sentir. Traté de asegurarme, pero me convertí en esto...
Oh, esa cosa en ese momento...
Cuando nos topamos en la posada de Foamicaum, se había interesado por el perfume de Zero porque le había parecido reconocer el olor de esa señorita. Pero eso no significa que perdieses tu pelaje por intentar confirmar lo que habías olido, cara de perro. Fue porque tu misma existencia nos molestó a Zero y a mí, traté de transmitir mediante mi expresión, pero estaba claro que el perro idiota no recibió el mensaje.
—Sin embargo, yo estaba todo el rato con la bruja… ¿No lo puedes percibir en mí?
—No, las bestias caídas huelen demasiado para quedarse con otros olores mucho tiempo… Creo que puedo oler un poco en ti… no, está ahí.
Cara de perro abría los ojos con gran asombro.
—Tú, ¿dónde estuviste antes de llegar aquí? ¡Es muy posible que la señorita siga por allí!
Estuve en Prasta brevemente, y antes de eso en la desolada La Téte. Lo que naturalmente significaba que la última vez que había estado en contacto con mucha gente fue al volver a Foamicaum.
Parece que tendremos que dirigirnos a Foamicaum entonces. Probablemente tu señorita esté por esa zona.

Curiosamente, los carros tirados por caballos que iban de Foamicaum a Prasta parecían tener más prisa este día.
Este era un camino hacia la capital imperial, lo que significaba mucho tráfico, pero pensé que las cosas estaban más tranquilas cuando lo recorrí ayer. Ya habíamos tenido hoy varios encuentros cercanos con carruajes de caballos, casi chocando con algunos de ellos. Al final, nos acercamos a los bosques, corriendo al lado de la carretera para evitar un accidente.
—Hey hermano~.
¿A quién te crees que le estas llamando hermano? No soy como tú, lobo con cara de perro.
Fruncí el ceño tan fuerte como pude mientras miraba por encima de mi hombro al cara de perro, que estaba caminando bastante animado para alguien con un agujero en su abdomen.
— ¿No hay alguna forma de hacer que me crezca antes el pelo? Tal como estoy ahora las damiselas se reirán de mí al verme. Es incomodo como me roza la ropa contra la piel. También sopla mucho el viento y hace frio. En serio.
—Ya ya, yo no puedo hacer nada sobre eso, ¿o sí? Vete a preguntar a una bruja, no a mí.
— ¿El de la fortaleza de la capital? ¡¿Quieres decirme cómo?!
No sé. Si invitan a una comida, podrían ayudarte.
— ¡¿Podrías por favor tomártelo en serio?! –El cara de perro suplicaba en un tono lamentable, lloriqueando como lo haría un perro. Había pensado seriamente que una comida sería suficiente, pero... quizá no fuera muy lógica después de todo.
Justo en ese momento apareció en la carretera otro carruaje moviéndose con una prisa anormal. Había murmullos de conversación en el carro de pasajeros.
—…Una ejecución de brujas…
Escuche solo esa frase. Instintivamente, mire por encima de mi hombro al perro que me acompañaba.
—… Dicen que va a haber una ejecución de una bruja hoy al mediodía…
Los pelos se me pusieron de punta.
*…Coopera, o arderas en la hoguera*.
Trece obligó a Albus a tomar una decisión. Obtener un mayor poder y más conocimientos si se inclinaba ante Trece, o una muerte ardiente si se negaba. No es posible, pensé.
No puede ser… Albus. Empecé a acelerar hasta  alcanzar una velocidad de vértigo en dirección a la capital del reino.
…A mediodía, las ejecuciones públicas de brujas se realizan en la plaza central de la capital.
Por la mañana de este aviso se difundió rápidamente, y los turistas se amontonaron en la plaza. Corrí sin preocuparme por el riesgo de que se abriera la herida abdominal del cara de perro, y ahora, era un poco antes del mediodía, el sol se aproximaba a su cenit. Una cosa buena de ser un caído era que al correr, mi velocidad máxima igualaba la de un carro tirado por caballos. Yo no era rival para un caballo salvaje, pero era tan rápido como uno tirando de un carruaje pesado.
Me metí entre la multitud, empujando a la gente a un lado, y llegamos a una plaza llena de un mar de espectadores. Vi de lejos que una figura que estaba atada al enorme poste que estaba en el centro.
No era posible… era Albus. Mi predicción era correcta.
— ¡¿Qué mierdas hizo ese idiota?! ¡¿Por qué se opuso a Trece?!
Incluso desde esa distancia, podía ver al tembloroso Albus, capaz de desmallarse en cualquier momento. Sin embargo, su rostro no estaba tapado. Miró abiertamente a la multitud de espectadores, y su mirada atrajo la mía por un instante.
Se mordió los labios… Albus me había visto.
Idiota, ¿por quién pretendes hacerte el valiente? Estas a punto de morir en la hoguera. Sera largo y doloroso. ¿Lo entiendes, maldito niño estúpido?
Eso es... hermano... ¿Dijiste que es alguien que conoces? –Preguntó el cara de perro, jadeando por la falta de aire cuando finalmente me alcanzo, entrecerrando los ojos.
—Es un niño, un hechicero que me atacó. Le hice llevarnos a la academia, y fue capturado por Trece… ¡pero cuando tuvo que elegir entre servir a Trece o morir quemado, ese idiota eligió lo segundo!
—Huuuh. Muy valiente por su parte. –Respondió con indiferencia mientras examinaba la lejana estaca.
—…Hey hermano.
— ¡¿Qué?!
Ah mierda, le respondí normalmente. Ahora me relacionaran con él como si fuera su hermano, maldita sea.
—Ese chico… ¿tiene el pelo rubio?
— ¿Qué pasa con eso?
— ¿Y los iris dorados?
Eso era cierto, los ojos de Albus tenían un color dorado. ¿Pero cómo sabia él que Albus tenía los ojos de ese color? A esta distancia no era posible que un caído de tipo canino… o incluso un lupino[1] pudiesen ver de qué color eran los ojos de Albus.
—Señorita…
¿…Señorita?
¿Qué quiso decir con eso? Albus era un chico. Iba a preguntarle, pero el silencio cayó rápidamente sobre la ruidosa plaza. Volví a mirar hacia el centro de la plaza. Trece estaba allí.
El pliegue de su ropa parecía arrastrarse por la plataforma, y él llevaba un gran bastón. Tenía la espalda encorvada y mostraba una expresión oscura. El hombre que parecía el mismo retrato de un malvado hechicero se paraba como el árbitro de la justicia en la hoguera.
—…El día de hoy, vamos a inmolar a una bruja.
La voz baja de Trece resonó silenciosamente por la plaza. A su lado, Albus seguía atado a la viga.
El día de hoy, vamos a inmolar a una bruja, dice. Eso es ponerlo a la ligera, ¿verdad, Trece?
—No deben sentir compasión solo porque tenga la apariencia de un niño. Lo que deben considerar es la cantidad de humanos que esta bruja ha asesinado hasta ahora, y cuantos más asesinara en el futuro.
Trece hizo hincapié en la palabra bruja mientras hablaba. Comprendí su intención. Estaba diciendo a la gente que las brujas eran algo más que humanos.
Con esto, dejarán de ver a las brujas como seres humanos. La multitud piensa en ellos como males que merecen morir, y poco a poco podrán animar y regodearse ante la visión de las figuras que gritan hasta la muerte.
En cualquier época y cualquier nación, durante tiempos de guerra, los ejércitos enemigos serán maldecidos y calumniados como basura e insectos asquerosos que hay que exterminar. Siempre hay una trascendente significada para la práctica. Lo importante es proporcionar una razón incuestionable y suficiente para que estos ejércitos maten a otros seres humanos y glorifiquen su muerte.
—Damas y caballeros, yo también soy un hechicero. Sin embargo, no hago daño a los seres humanos con brujería, ni tampoco condeno el acto de infligir daño a otros. ¡Nunca he querido llevar el poder de la brujería y usarlo para seguir mi propio ego!
El aire temblaba, casi como si estuviera a punto de desgarrarse. La voz clara y sonora de Trece, junto con sus palabras y su postura autoritaria, despertó la atención de los espectadores y los mantuvo perfectamente quietos.
—Damas y caballeros, yo practico la hechicería. Sin embargo, no soy reacio a emplear ese poder para purgar a aquellos que han aprendido la misma hechicería que yo y se han extraviado. Por favor, quiero que todos ustedes dirijan su odio hacia esas malvadas brujas. Deseo que todos ustedes entiendan que la hechicería no es malvada en sí misma y que sólo existe el mal que usa la brujería.
¿Cómo podía tener el descaro de decir eso con la misma boca que me dijo "las brujas ven a los demás simplemente como herramientas y nada más"?
Aún más horroroso, era el hecho de que "no había ni una sola mentira" en las palabras de Trece. Presentó ambas declaraciones como verdaderas: que otras personas eran simplemente herramientas para brujas y hechiceros, y que no se reprimiría al purgar a las brujas que se habían desviado de la rectitud.
Zero dijo que Trece era habilidoso con las palabras. Este era el poder de "hablar sin mentiras". Nacido de la confianza de que uno estaba siguiendo la verdad, una actitud de gran autoridad y majestuosidad. La gente se dejó engañar por este aire imponente.
¿Entonces eso no lo convierte en un gran estafador? Parece que yo también fui engañado de esa forma. Trece simplemente quería alejarme de Zero. ¿…Fue por envidia? Eso es verdaderamente honorable, ¿no es así, Trece?
Apreté los molares y miré a Trece, la admiración y la rabia se apreciaban en mi mirada.
—Damas y caballeros, yo me dedicaré a servirles. Les juro que dedicaré este cuerpo, junto con toda la fuerza que poseo, a defender la paz de esta nación. Juro que trabajaré para erradicar todas las malvadas brujas de esta tierra, y protegeré este reino con el poder de los hechiceros. ¡Para ese propósito!
Trece alzó los brazos. Los ojos de los espectadores se movieron como uno solo hacia Albus.
—¡!
Trece se detuvo brevemente y con firmeza.
— ¡Haremos arder a esta bruja!
Un alegre rugido se alzó entre la multitud. "¡Arder, arder, arder!"
Los gritos resonaron por la plaza, como si hicieran temblar la tierra misma. Trece, lleno de poder, alzó los dos brazos, y brillantes llamas brotaron sobre las antorchas alrededor de la estaca. Fue mágico. Los espectadores estaban tan emocionados como si estuvieran viendo una actuación en el escenario. La audiencia se volvió loca al ver la magia de Trece, borracha del poder de este justo hechicero. El saber que había un gran poder que los protegía incitaba una alegría sin precedentes entre las masas.
Miré fijamente lo que parecía ser paja empapada de aceite alrededor de Albus, haciendo rechinar mis dientes.
Hey Trece, ¿realmente vas a quemar a ese niño hasta la muerte?
Hey Zero… señorita brujas. ¿Realmente permites esto? Si él no puede ayudarte a encontrar tu libro… si ya no es útil, ¿le dejaras morir?
Y yo estoy aquí quieto… tan solo viendo como morirá Albus.
Pero entonces, una voz aguda dividió la plaza.
— ¡Escuchad, mis camaradas! ¡Que me escuchen todas aquellas brujas que hayan decidido luchar por su libertad!
Aquella voz venia del centro de la plaza… la voz de Albus, todavía atado al pilar de madera. Me sorprendió que él pudiera reunir palabras para no burlarse, desesperarse o suplicar por su vida, aun cuando estaba a punto de ser ejecutado por el fuego.
— ¡Hoy, este cuerpo mío será reducido a cenizas! Como el de Solena hace un año. ¡Escuchad estas palabras, mis compatriotas! ¡Así como su fuego se convirtió en el fuego de la señal para la guerra, usaremos este fuego en su contra!
—…Yo soy la heredera de la Bruja del Canto Lunar, que unió esta tierra... ¡la sucesora de la gran Solena!
La voz aguda de Albus, completamente diferente a la de Trece, estaba llena de poder y abrumaba su entorno.
Albus era la Bruja del Canto Lunar, era la heredera de Solena. Así que parecía que el cara de perro estaba en lo correcto.
Hey Albus, ¿eras una chica todo este tiempo? Y encima de eso, tu abuela era Solena… Ella ya está muerta, eh. Al igual que el mentor de Zero. [2]
— ¡Reúnanse, brujas nobles que anhelan la tranquilidad y la paz! ¡Derrotad a Trece para lograr la verdadera armonía! ¡…Todo en el nombre de la gran Solena!
La paja empezó a arder. Gracias al aceite, el fuego se extendió inmediatamente a través de la paja, y comenzó a atacar el pequeño cuerpo de Albus.
— ¡…Mercenario!
Al otro lado del furioso infierno, Albus me miró directamente. Sus labios se movieron.
"…Salva a Zero."
¿Eres estúpida? Estas rodeada de fuego, ¿lo sabes? O debería de decir, ¿Cómo sabes que puedo leer los labios a esta distancia? No hay tiempo para pensar en eso, lo importante es qué hacer ahora. Qué hacer. Qué hacer. Correr, preferiblemente.
Pero era sólo una bruja, a las que odiaba, quien se estaba quemando. La idiota decidió morir quemada aunque hubiera una opción que la salvaría. ¿Por qué demonios me estás diciendo que salve a Zero? Esa bruja rara no tiene ninguna necesidad de mi ayuda. Ahora tiene a Trece de todas formas.
¿Por qué dijiste que derrotasen a Trece? ¿No acabas de confirmar que el Culto de Zero es un grupo malvado? Oh, por eso ya no llamaste a las brujas a las armas en el nombre de 'esa persona', sino en el de Solena. Pero si lo hacías, esperaba que te unieras a Trece y lo tuvieras más fácil.
Pero si te negabas y elegías la hoguera... bueno, eso es lo que hiciste.
Albus, tú… ¿Qué descubriste en la mazmorra?
— ¡Señorita! –El cara de perro gritó y salió corriendo. Su actitud descuidada había desaparecido, y su expresión estaba distorsionada por el miedo y la desesperación.
Ah, esto se va a volver problemático. Si haces eso, no me dejas más opción que hacer esto.
Antes de que me diera cuenta, estaba corriendo y moviéndome entre la muchedumbre. Había dos caídos corriendo hacia la plataforma de ejecución. Si yo fuera un ser humano, estaría bastante asustado.
El mar de gente se dividía a mi izquierda y derecha, creando un camino para mí. Nunca había atraído esta atención tan negativa en toda mi vida, no tan corta. Te maldigo, Albus. Púdrete Trece, cara de perro… también tú, Zero. Saqué un explosivo de la bolsa de mi cintura, y corté su fusible más corto mordiendo parte del cable con mis dientes. Tomando prestada la llama de una antorcha, agarré el explosivo con fuerza.
— ¡Cara de perro, protege a la mocosa! ¡Todos aquellos que no quieran morir, que agachen la cabeza!
Tiré la bomba contra la plataforma. Como todos, incluso Trece, taponaron sus oídos y se agacharon, ataje entre la gente gracias a la onda expansiva y el ensordecedor ruido de la explosión, agarrando al cara de perro por el cuello de la ropa. El cara de perro ya tenía a Albus en sus brazos.
En lugar de estar aturdido por el rugido de la explosión, el cara de perro estaba alerta. Estas empezando a caerme bien, lobo estúpido.
El poste y la paja ardientes fueron enviados a volar por la detonación y extendieron las llamas por todas partes, haciendo que la plaza se convirtiera en una agitada colmena de conmoción. Los gritos de ira de los guardias y los gritos de los espectadores se mezclaban y servían como una cortina perfecta para que pudiéramos escapar.
— ¡La bruja se está escapando!
— ¡Arqueros! ¡Preparen sus arcos!
— ¡Alto, detengan el disparo! ¡…Dañaran a Zero!
Al oír esos gritos de detrás de mí, hice una reverencia a los guardias y a cualquier otro que se interpusiera en mi camino, robé un carro tirado por caballos y un caballo reticente, y con eso, nos fuimos más allá de las murallas de la ciudad.


1.- ¿Les suena canis lupus? Pues ya saben que significa lupino :v
2.- Si no lo recuerdan, mercenario pensó que el que tuviera el libro era el que mato a los compañeros y maestro de Zero y Trece.


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