Capítulo 6: Hechizo prohibido.

Parte 5:
Aunque todavía no podía moverme, gruñí tan amenazadoramente como pude. Trece me miró fríamente.
— ¿Solena era una bruja tonta e inconsciente? ¿Quería ella esta guerra? ¿Quién preparó el escenario para la Rebelión de la Venganza? ¡¿Quién causó la plaga?! Solena usó su brujería sólo para salvar el pueblo, ¡¿no es cierto?!
—Otra vez, todo fue el resultado de las decisiones que tomaron las brujas de este reino. Unas cuantas brujas que habían aprendido magia se interesaron por la brujería subyacente, y realizaron un experimento con la magia de la plaga. Como los sentimientos contra la brujería eran elevados, era obvio que la realización de un ritual llamativo allí sólo encendería la ira de la gente, independientemente de si el ritual estaba realmente destinado a limpiar el pueblo de la aflicción. Fue la decisión de Solena el ignorar tales peligros y proceder con su brujería.
Hey cara de perro. Tus sospechas estaban equivocadas. No fue 'esa persona'… Trece quien provocó la plaga, sino unas de esas brujas rebeldes… Aunque, fue Trece el que lo hizo posible al esparcir la magia permitiendo la existencia de esas brujas.
Sin embargo, fue precisamente la propia elección de Solena. Ella sabía que sería acusada erróneamente si salvaba la aldea, pero lo hizo de todos modos. Supongo que uno podría llamarla una bruja de poca visión de futuro.
—Vale… ¿pero qué pasa con Albus? Está claro que ella eligió luchar, y es obvio que es impulsiva, ¡pero no es más que una niña! ¡Mataron a sus padres, a la familia que amaba… a sus seres queridos! ¡¿Así que la acusas con cargos falsos, y cuando no te escucha, la tratas como nada más que una herramienta y la quemas en la hoguera?!
Junto con mi grito de ira, tensé mis músculos, y mi parte superior del cuerpo se levantó un poco. Un leve signo de irritación se mostró en la mirada de Trece. Aquellos con ira en su corazón serán controlados por los demás… ¿no era algo como eso?
Sera mejor que no te enfades, Trece. ¿No te gusta cómo muestro los hechos y su lógica?
—Eres muy egoísta, Trece. ¿Simplemente vas a ignorar la realidad que no te conviene? ¿Qué pasa con tu maestro y el de Zero, vuestros compañeros? ¡¿Ellos eran unos ineptos e insensatos que ansiaban la guerra?!
— ¡Evitar el cambio y vivir una existencia cerrada es también una tontería! ¡Cada día era simplemente el constante debate de los mismos argumentos! Ella y los demás detuvieron todos los intentos de pensamiento, habían muerto por dentro hace mucho tiempo. La única excepción era Zero. Les propuse dirigir nuestra atención hacia el mundo del exterior, ofrecer nuevas opciones e intentar la persuasión. Sin embargo, la respuesta que obtuve fue una obstinada negativa. Tenían miedo del poder de Zero y querían extinguirlo.
— ¡¿Entonces qué pasa con Zero?!
La expresión de Trece cambio al instante. Una arruga apareció en su frente, permitiendo ver su cólera y desprecio. Parecía que me tenía envidia. No es agradable, Trece. Estar celoso de alguien como yo.
Gracias a eso… aunque con esfuerzo, pude volver a moverme.
— ¿Cuándo le volviste a dar a Zero alguna opción? ¡¿Eh?! ¿Siquiera sabias lo que ella quería? Mira la bien ahora, Trece. ¿Crees que aprueba algo de lo que estás haciendo? ¡¡¿Cuándo te dijo ella con una sonrisa en la cara "gracias por matar a todas esas brujas problemáticas"?!!
Por un momento, la mirada de Trece pasó de estar enfocada en mí a posarse en Zero. Aprovechando ese lapso de tiempo, me levanté y empecé a correr a máxima velocidad.
Cubrí la distancia que nos separaba en un instante y sacando algo de mi bolsa, se lo lancé a Trece. El objeto voló más allá de Trece y se rompió en el suelo.
Con sólo un corte en su mejilla causado por un fragmento de vidrio volador, Trece movió su brazo como una guadaña y un rayo atravesó el aire golpeándome. Me caí al suelo.
— ¡Mercenario!
Gritando, Zero extendió un brazo entre los barrotes de su jaula. Quería tomar su mano, pero no era el momento. Sólo un poco más.
—Ugh, es tan difícil de contener…
Dijo Trece como si estuviera irritado. ¿Se contuvo con ese relámpago? Aprendí hace mucho tiempo que las descargas eléctricas eran desagradables, pero esta de ahora era muy fuerte. No podía levantarme.
…Pero eh, lo que sea.
Trece golpeó el suelo con su bastón. Mientras grababa un círculo en el suelo alrededor de él, unas finas llamas ardían a mi alrededor… Un círculo mágico.
—No has cometido ningún crimen. Con la resolución que demostraste al subir un acantilado con sólo dos cuchillos por el bien de Zero, tal vez te hubiera dado la bienvenida como sirviente de Zero en tiempos más felices. Sin embargo… Zero ha sido demasiado mal influenciada por ti.
A través del delgado velo de fuego que nos separaba, fulminé con la mirada a Trece.
—Ella se pasó los últimos diez años esperando sola en una cueva, después de ser abandonada, ¡¿y piensas que es raro que cambiase después de finalmente conocer a una persona decente y honesta como ella…?! No te resientas conmigo, Trece… y sobre todo no culpes a Zero, por tomar la decisión equivocada. ¡ fuiste el que le arrebato a sus compañeros y únicamente le dio soledad y dolor! ¡¿Te puedes imaginar lo ansiosa que ha estado por mantener una conversación… cuanto ha deseado tener algo de compañía?!
— ¡Todo fue por Zero!
— ¡No mientas, Trece! ¡Todo fue por ti mismo! ¡Todo era porque lo querías así! ¡No hay forma de que lo ocultes!
—Apenas has estado con ella unos cuantos días… ¿y ya crees comprenderla? ¡Me das risa!
— ¡Corta el rollo! ¡¿Cómo podría alguien entender a esa glotona, perezosa, arrogante, egoísta, carente de sentido común e impulsiva bruja?! Pero Trece. No voy a dejarte encerrar a una mujer tan hermosa como ella con tus amenazas, y quedarme mirando mientras la pisas o la haces llorar. Soy un hombre y un mercenario. ¡El trabajo de los hombres es amar a las mujeres, y el de los mercenarios cumplir las órdenes de sus clientes por dinero! Oh, y olvide comentarte algo, ¡Trece!
Mostré mis colmillos y gruñí.
—No quiero ese regalo tuyo. Sigo siendo el mercenario de esa bruja, y mis clientes nunca se olvidan de pagarme… Por eso te lo devuelvo.
— ¿Qué-?
—Esa poción mágica que me diste.
Trece palideció y se giró para ver la jaula detrás de él. Por desgracia, era demasiado tarde. El líquido de la botella de vidrio rota ya había penetrado en el círculo mágico que encerraba a Zero. Con un resplandor final, el círculo desapareció del suelo.
— ¡¡Tú-!!
Trece intento decir algo, pero fue interrumpido por una explosión que estuvo a punto de reventarme los tímpanos. La jaula donde Zero estaba encerrada, acabó hecha pedazos.
—…En realidad, mercenario, a eso se le llama utilizarla, no devolverla.
Sacudiéndose pedazos de metal, Zero salió de los restos de la jaula.
—No arruines mi buen nombre. Se lo lance para devolverlo. Lamentablemente se rompió contra el suelo cuando él lo esquivo. Supongo que ya no lo quería. No tengo ninguna culpa de como terminase.
—Hm, un hombre que habla como un demonio… No me desagrada en absoluto.
Caminando, Zero se estremecía de la risa. Su emoción desapareció rápidamente cuando se colocó frente a Trece.
—…Trece. Mi único compañero y mi último camarada.
—Retírate, Zero. No tienes ninguna oportunidad contra mí ahora.
—Así que, ¿tomaste hasta la última pizca de poder mágico de las brujas que mataste para aumentar tu fuerza, Trece? ¿Olvidaste la razón por la que yo soy Zero y tú Trece?
—Es un valor de referencia [1] para una bruja del Lúgubre Luto… la nada de donde viene todo. Sin embargo, el conocimiento y la habilidad a veces superan el talento innato.
—Entonces, ¿te atreves a probar esa afirmación? ¡Trece, estoy un poco disgustada!
Mientras hablaba, una oleada de partículas de tinta se juntaron alrededor de Zero, formando un círculo mágico en un instante. Trece chasqueó su lengua molesto, y un segundo más tarde conjuró un círculo mágico idéntico. Al mismo tiempo, el fuego que me rodeaba desapareció. Por todo lo que hizo antes, parecía que Trece no podía mantener dos hechizos al mismo tiempo.
Ambos, simultáneamente comenzaron a recitar un encantamiento.
—Auldo, Geldo, Iin, Dei, Koa, Deya, Zeya… Por el nombre del soberano de la desesperación que desprecia desde la encrucijada del deseo y de la ambición, llamo desde la negra oscuridad la Puerta de la Decadencia.
De pronto, el mundo cambio. Las paredes y el suelo de la mazmorra comenzaron a resquebrajarse y desmoronarse, de la oscura que se abría a mis pies, algo… algo que emanaba un insoportable frío glacial, se acercaba a nosotros.
Podía sentir el pánico a la muerte en la nuca. Sus mandíbulas y dientes estaban desgarrando mi corazón.
— ¡Siervo de la contienda unido por el pacto de sangre y carne, desciende ahora sobre la fiesta de la locura y la corrupción!
— ¡Esclavo de la contienda unido por el pacto de sangre y carne, desciende ahora sobre el banquete de la locura y la corrupción!
— ¡Libro Prohibido, Versículo Final… [Segtol Meidis]! ¡Sanciona esto! ¡¡Soy al que llaman Trece!!
— ¡Libro Prohibido, Versículo Final… [Segtol Meidis]! ¡Sanciona esto! ¡¡Declaro en mi nombre, Zero!!
Y la oscuridad se alzó.
Esa oscuridad que se retorcía a las espaldas de Trece y Zero se movió, chocando entre sí con violencia, cada una tratando de devorar al otro, hasta dejarlo en el olvido, mientras se unían entre si. Se enfrentaban en un asalto frontal, y el infierno comenzó como si las sombra se consumieran unas a otras. El aire se llenó de olor a sangre, carne putrefacta, muerte…
Sentí una gran necesidad de vomitar. Las dos masas de oscuridad que se comían el uno al otro eran… ambas eran masas de cuerpos humanos. Cada uno devoraba al otro, cada uno mataba al otro, gritando, riendo.
¿Zero invento esta magia? ¿…Cual era el motivo para crear algo así? Esta magia no era útil ni para cazar, ni para proteger a los demás, tampoco para salvar vidas. Junto con el impulso de vomitar, crecía un miedo que me hizo querer gritar y huir lo más lejos que pudiera. ¿Pero dónde? ¿Cómo?
*Crujido*, Escuché un sonido apagado. Miré hacia la batalla y mis ojos se abrieron de la sorpresa.
Trece estaba apretando los dientes con una mirada desesperada en su rostro. Zero en contraste estaba serena y sonriente, sus ojos estaban completamente impregnados por las tinieblas, una profunda oscuridad sin fin.
Para mi sorpresa, Zero había aventajado completamente a Trece. La oscuridad que colisionaba se acercaba constantemente a Trece, y podía oír el rechinar de sus dientes.
— ¡Imposible… esta diferencia de poder…!
*Cough*, Trece tosió sangre y de alguna forma consiguió evitar caerse sobre sus rodillas.
Mantenía el brazo firme hacia adelante, como si impulsara la oscuridad hacia adelante, y mientras yo observaba, su dedo extendido se desgarro y la sangre salía de las heridas.
…No, esto no podía continuar.
Trece iba a morirá… a manos de Zero.
— ¡Zero! ¡Ya es suficiente! ¡Se acabó! –Grité. Justo entonces, Trece se desplomó. Al ver que la oscuridad descendía sobre Trece para engullirlo, me moví sin pensar.
¿Por qué estoy haciendo esto por él?
Era demasiado tarde para pensar en ello. Cubrí a Trece y nos tire contra el suelo, apretando los dientes, medio preparado para morir.
Mi ambición como un hombre y un mercenario era morir valientemente protegiendo a Zero. Pero de todas las formas posibles de morir, hacerlo protegiendo a Trece resultaba muy cómico. *Whoosh*, un vendaval con hedor a sangre pasó, y el silencio volvió. En este sorprendente giro de los acontecimientos, me quedé quieto encima de Trece y tímidamente levanté la cabeza.
— ¿Qué…? Estoy vivo…
— ¡¡…Zero!!
Trece gritó, aún en el suelo. Al momento siguiente, fui empujado por una fuerza formidable, y salí rodando por el suelo.
¿Qué demonios ha ocurrido? Pensé mientras me acercaba a la figura de Trece, y allí vi el cuerpo de Zero, cubierto de sangre.
¿…Q-qué le ha pasado a Zero?
Zero llevaba la delantera. Trece no tenía manera de ganar en esas circunstancias.
— ¡¿Q-qué está pasando?! ¡¿Por qué Zero está herida?!
— ¡¡¿Todavía no lo entiendes?!! ¡Zero ha tomado tus heridas! ¡Debe haber un sello mágico en algún lugar de tu cuerpo que forme un vínculo con el de Zero!
—No teng-
"No tengo nada como eso", estaba a punto de gritar. Recordé la vez cuando me bañe en la posada de Foamicaum, Zero dibujó algo en mi espalda.
¿Podría… ser eso? Ella me dijo que se lo agradecería en el futuro, ¿pero esto?
—Para cortar ese lazo entre vosotros y liberar a Zero, ella debía liberar el hechizo, o tú perecer dentro de mi barrera. ¡Si hubiera sido de otro modo, simplemente te habría convertido en carbón en un instante!
Finalmente lo comprendí.
Durante la noche en la que fuimos atrapados por Trece… la noche en la que abandone a Zero… fui atacado por la bruja a la que el cara de perro ayudó a encontrarme,  y atravesó mi abdomen con magia. Según Albus, Zero escupió sangre y se desmayó aproximadamente al mismo tiempo.
Recibí un ataque que no produjo ningún daño, mientras que Zero resulto herida en mi lugar.
"Detened los disparos, dañareis a Zero."
Las palabras de ese momento de Trece cobraban sentido ahora.
— ¡¿En qué estabas pensando?! ¡¿Dónde se ha visto que un cliente proteja a su guardaespaldas?! ¡Hey Trece, haz algo con la magia del libro de la Salvaguardia!
—Cada una de las cuatro partes del Libro de Zero depende de diferentes aptitudes, aunque todas formen un mismo grimorio. No soy capaz de usar el Libro de Salvaguardia… ¡¿Por qué me salvaste?!
— ¡Cállate, simplemente ocurrió! Además, ¡¿no eras tú la raíz de todo este mal?!
Mientras gritábamos de un lado a otro, oí el débil sonido de una risa.
Era Zero… Todavía estaba viva.
—Así que parece que tener dos hombres grandes juntos es demasiado. Parad de gritar. Qué indecorosos. Esto es sólo un rasguño. Los círculos mágicos son protecciones contra los hechizos propios... aunque a medida que atravesaba el cuerpo de mercenario, mi piel se vio ligeramente perjudicada...
*Oof*, Zero expresó sin prisas y se incorporó lentamente.
—Sin embargo, el poder se me subió un poco a la cabeza. No pude contenerlo del todo. Tal vez, si Mercenario no hubiese intervenido, te habría matado. Esta es una buena lección para mi orgullo. Debo amonestarme a mí misma.
Trece esta perplejo.
—Tú… ¿Trataste de contenerte contra mí? ¿Con semejante poder?
— ¿Estas atónito por nuestra diferencia de habilidad? …Pero desafortunadamente, no se trataba de la habilidad. Sino de cuál de los dos inventó el hechizo.
— ¿A qué te refieres?
—Trece, ese libro contiene… –Zero tenía una expresión presumida. Con un rostro que parecía decir "¿De verdad no te das cuenta? ¿Eres un tonto? Siempre supe que yo era el verdadero prodigio", ella sonrió. Entonces Zero dijo con una terrible elocuencia.
—Erratas, un montón de ellas.
La mandíbula de Trece se le desencajo. Fue una inesperada sorpresa ver eso de alguien tan carente de expresiones como Trece.
— ¡¿Qué?! ¡¿Erratas?! ¡¿Entonces cometiste errores al documentarte de los hechizos?!
—No seas ridículo. Soy una genio. Los genios no cometen errores, pero los provocan deliberadamente.
—Por tanto esas erratas…
—Repitámoslo una vez más. Desde la segunda estrofa. ¿A la de tres?
Trece cumplió obedientemente como dijo Zero. A la cuenta de tres, repitieron el encantamiento.
— Siervo de la contienda unido por el pacto de sangre y carne, desciende ahora sobre la fiesta-
— Esclavo de la contienda unido por el pacto de sangre y carne, desciende ahora sobre el banquete-
Se detuvieron a mitad del encantamiento. Trece se tocó la cabeza como si fuera un gran intelectual que fallase con el problema más simple del mundo… Así que los hechizos son diferentes.
Y cuando pensé en ello, Albus terminaba sus hechizos diciendo "mi nombre es Albus", pero Zero siempre acaba con "declaro en mi nombre, Zero".
—Entonces, ¿qué significa eso? ¿Estás diciendo que hay hechizos mal escritos en el Libro de Zero, y cuando los usas, el poder de la magia decae?
—En picado. Puedo ser una bruja glotona, perezosa, egoísta, engreída, carente de sentido común e impulsiva, pero también soy la más extraordinaria que existe. Nunca olvidaría poner una última medida de seguridad para protegerme.
Ella me miró con una mirada intensa y burlona, y aparte la mirada tan rápido como pude.
Todo eso es cierto, ¿no? No vayas a usarlo contra mí ahora.
—Además, casi todos los libros sobre hechicería están escritos en un código que nadie más que los propios autores pueden entender. Por ejemplo cuando se escribe "las entrañas de un ratón", pero se entiende como "plantas medicinales". Por supuesto que hay erratas similares en el Libro de Zero. Y en cuanto a las magias de alto nivel, las brujas que ignoran las erratas se toparán con que su magia no tiene ningún efecto en absoluto.
—Huh. –Medité. Cuando Albus se había quejado de que había magia que no funcionaba al seguir las instrucciones del libro, Zero había actuado como si fuera algo natural.
— ¡¿Así que eso era lo que querías decir conque había medidas de seguridad en el libro?! ¡¿Es sólo escribir las cosas mal?!
—Bastante simple, ¿no crees? Dicho de otra forma, nadie podría ganar contra mí usando la magia del Libro de Zero. Así es más o menos cómo decidí el resultado de este duelo. Y aprovechando la magia que se activó primero, me aseguré de que Trece no pudiera defenderse con magia.
Todavía con las manos en la cabeza, Trece se sentó dónde estaba. Respirando profundamente.
—No es de extrañar... que estuvieses tan misteriosamente confiada...
Mientras Zero se reía a carcajadas, miré hacia la vista del exterior que ahora ofrecía la pared destruida de la cámara subterránea. Zero había hecho estallar la pared del acantilado con su magia, y al otro lado de la abertura, pude ver el bosque, con el sol amaneciendo sobre él.
Era de noche cuando subí, pero el sol salió antes de que me diese cuenta del tiempo que había pasado.
—Entonces, Trece, tus astutos planes para difundir el arte de la magia y provocar una rebelión, dominar a Wenias como el hechicero para anularlo, y asegurar una nación de brujas ideal ahora han sido puestos al descubierto... pero incluso ahora, las brujas de Wenias deben reunirse para derrotarte. Me esperaría que inicien una ofensiva a gran escala en todo el país dentro de dos o tres días.
Eso era cierto. Con el intento de inmolación de Albus, el llamado a las armas contra Trece se había elevado a una situación inquieta entre las brujas. Este no era el final.
—Justo como mercenario dijo antes, planeo unirme a la infantil nieta de Solena para sellar la magia, y hacerme responsable de mi error… el Libro de Zero. Los esfuerzos de cierto tonto, han hecho que la situación sea mucho más grande y problemática de lo que había previsto, pero…
Zero se detuvo y los extremos de sus labios se curvaron hacia arriba.
—Trece… ¿Qué harás?
Trece miró con tranquilidad a Zero, que parecía como si lo estuviera desafiando.
No mostró señales de querer recuperar su bastón, que estaba en un rincón de la habitación, y parecía que había perdido toda voluntad de pelear.
—En efecto… –Trece se puso de pie, contestando vagamente.
—Traté de tomar este reino por mi cuenta para entregártelo, ya que pensé que eso era lo que querías. Si no es así, entonces ya no tengo ningún interés o apego a este reino.
Así que eso era todo lo que tenía que decir por incitar la revuelta en Wenias. Incluso puedo llegar a decir que su egoísmo… o más bien su Zeroísmo… era bastante refrescante.
Trece levemente levantó el brazo, y su bastón floto desde el suelo hasta su mano.
La sangre todavía seguí goteando de la mano de Trece debido a la herida que había sufrido durante su duelo con Zero, pero le ofreció fríamente la mano a Zero y la ayudó a levantarse.
—Zero… todo será como tú lo desees.


1.- Por si no queda claro, se refiere a una forma de clasificar a las brujas de ese grupo según su poder, siendo los más poderosos los más cercanos al 0, en este caso Zero.

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