Aunque todavía no podía moverme, gruñí tan
amenazadoramente como pude. Trece me miró fríamente.
— ¿Solena era una bruja tonta e inconsciente?
¿Quería ella esta guerra? ¿Quién preparó el escenario para la Rebelión de la
Venganza? ¡¿Quién causó la plaga?! Solena usó su brujería sólo para salvar el
pueblo, ¡¿no es cierto?!
—Otra vez, todo fue el resultado de las
decisiones que tomaron las brujas de este reino. Unas cuantas brujas que habían
aprendido magia se interesaron por la brujería subyacente, y realizaron un experimento
con la magia de la plaga. Como los sentimientos contra la brujería eran
elevados, era obvio que la realización de un ritual llamativo allí sólo
encendería la ira de la gente, independientemente de si el ritual estaba
realmente destinado a limpiar el pueblo de la aflicción. Fue la decisión de Solena
el ignorar tales peligros y proceder con su brujería.
Hey cara de perro.
Tus sospechas estaban equivocadas. No fue 'esa persona'… Trece quien provocó la
plaga, sino unas de esas brujas rebeldes… Aunque, fue Trece el que lo hizo
posible al esparcir la magia permitiendo la existencia de esas brujas.
Sin embargo, fue precisamente la propia elección
de Solena. Ella sabía que sería acusada erróneamente si salvaba la aldea, pero
lo hizo de todos modos. Supongo que uno podría llamarla una bruja de poca
visión de futuro.
—Vale… ¿pero qué pasa con Albus? Está claro
que ella eligió luchar, y es obvio que es impulsiva, ¡pero no es más que una
niña! ¡Mataron a sus padres, a la familia que amaba… a sus seres queridos!
¡¿Así que la acusas con cargos falsos, y cuando no te escucha, la tratas como
nada más que una herramienta y la quemas en la hoguera?!
Junto con mi grito de ira, tensé mis
músculos, y mi parte superior del cuerpo se levantó un poco. Un leve signo de
irritación se mostró en la mirada de Trece. Aquellos
con ira en su corazón serán controlados por los demás… ¿no era algo como eso?
Sera mejor que no te
enfades, Trece. ¿No te gusta cómo muestro los hechos y su lógica?
—Eres muy egoísta, Trece. ¿Simplemente vas a
ignorar la realidad que no te conviene? ¿Qué pasa con tu maestro y el de Zero,
vuestros compañeros? ¡¿Ellos eran unos ineptos e insensatos que ansiaban la
guerra?!
— ¡Evitar el cambio y vivir una existencia
cerrada es también una tontería! ¡Cada día era simplemente el constante debate
de los mismos argumentos! Ella y los demás detuvieron todos los intentos de
pensamiento, habían muerto por dentro hace mucho tiempo. La única excepción era
Zero. Les propuse dirigir nuestra atención hacia el mundo del exterior, ofrecer
nuevas opciones e intentar la persuasión. Sin embargo, la respuesta que obtuve
fue una obstinada negativa. Tenían miedo del poder de Zero y querían extinguirlo.
— ¡¿Entonces qué pasa con Zero?!
La expresión de Trece cambio al instante. Una
arruga apareció en su frente, permitiendo ver su cólera y desprecio. Parecía
que me tenía envidia. No es agradable,
Trece. Estar celoso de alguien como yo.
Gracias a eso… aunque con esfuerzo, pude
volver a moverme.
— ¿Cuándo le volviste a dar a Zero alguna
opción? ¡¿Eh?! ¿Siquiera sabias lo que ella quería? Mira la bien ahora, Trece.
¿Crees que aprueba algo de lo que estás haciendo? ¡¡¿Cuándo te dijo ella con una sonrisa en la cara "gracias por matar a todas esas brujas
problemáticas"?!!
Por un momento, la mirada de Trece pasó de estar
enfocada en mí a posarse en Zero. Aprovechando ese lapso de tiempo, me levanté
y empecé a correr a máxima velocidad.
Cubrí la distancia que nos separaba en un
instante y sacando algo de mi bolsa, se lo lancé a Trece. El objeto voló más
allá de Trece y se rompió en el suelo.
Con sólo un corte en su mejilla causado por
un fragmento de vidrio volador, Trece movió su brazo como una guadaña y un rayo
atravesó el aire golpeándome. Me caí al suelo.
— ¡Mercenario!
Gritando, Zero extendió un brazo entre los
barrotes de su jaula. Quería tomar su mano, pero no era el momento. Sólo un
poco más.
—Ugh, es tan difícil de contener…
Dijo Trece como si estuviera irritado. ¿Se contuvo
con ese relámpago? Aprendí hace mucho tiempo que las descargas eléctricas eran
desagradables, pero esta de ahora era muy fuerte. No podía levantarme.
…Pero eh, lo que sea.
Trece golpeó el suelo con su bastón. Mientras
grababa un círculo en el suelo alrededor de él, unas finas llamas ardían a mi
alrededor… Un círculo mágico.
—No has cometido ningún crimen. Con la
resolución que demostraste al subir un acantilado con sólo dos cuchillos por el
bien de Zero, tal vez te hubiera dado la bienvenida como sirviente de Zero en tiempos
más felices. Sin embargo… Zero ha sido demasiado mal influenciada por ti.
A través del delgado velo de fuego que nos
separaba, fulminé con la mirada a Trece.
—Ella se pasó los últimos diez años esperando
sola en una cueva, después de ser abandonada, ¡¿y piensas que es raro que
cambiase después de finalmente conocer a una persona decente y honesta como
ella…?! No te resientas conmigo, Trece… y sobre todo no culpes a Zero, por
tomar la decisión equivocada. ¡Tú fuiste el que le arrebato a sus
compañeros y únicamente le dio soledad y dolor! ¡¿Te puedes imaginar lo ansiosa que ha estado por mantener una
conversación… cuanto ha deseado tener algo de compañía?!
— ¡Todo fue por Zero!
— ¡No mientas, Trece! ¡Todo fue por ti mismo!
¡Todo era porque lo querías así! ¡No hay forma de que lo ocultes!
—Apenas has estado con ella unos cuantos
días… ¿y ya crees comprenderla? ¡Me das risa!
— ¡Corta el rollo! ¡¿Cómo podría alguien
entender a esa glotona, perezosa, arrogante, egoísta, carente de sentido común
e impulsiva bruja?! Pero Trece. No voy a dejarte encerrar a una mujer tan hermosa
como ella con tus amenazas, y quedarme mirando mientras la pisas o la haces
llorar. Soy un hombre y un mercenario. ¡El trabajo de los hombres es amar a las
mujeres, y el de los mercenarios cumplir las órdenes de sus clientes por
dinero! Oh, y olvide comentarte algo, ¡Trece!
Mostré mis colmillos y gruñí.
—No quiero ese regalo tuyo. Sigo siendo el
mercenario de esa bruja, y mis clientes nunca se olvidan de pagarme… Por eso te
lo devuelvo.
— ¿Qué-?
—Esa poción mágica que me diste.
Trece palideció y se giró para ver la jaula
detrás de él. Por desgracia, era demasiado tarde. El líquido de la botella de
vidrio rota ya había penetrado en el círculo mágico que encerraba a Zero. Con
un resplandor final, el círculo desapareció del suelo.
— ¡¡Tú-!!
Trece intento decir algo, pero fue
interrumpido por una explosión que estuvo a punto de reventarme los tímpanos.
La jaula donde Zero estaba encerrada, acabó hecha pedazos.
—…En realidad, mercenario, a eso se le llama
utilizarla, no devolverla.
Sacudiéndose pedazos de metal, Zero salió de
los restos de la jaula.
—No arruines mi buen nombre. Se lo lance para
devolverlo. Lamentablemente se rompió contra el suelo cuando él lo esquivo.
Supongo que ya no lo quería. No tengo ninguna culpa de como terminase.
—Hm, un hombre que habla como un demonio… No
me desagrada en absoluto.
Caminando, Zero se estremecía de la risa. Su emoción
desapareció rápidamente cuando se colocó frente a Trece.
—…Trece. Mi único compañero y mi último
camarada.
—Retírate, Zero. No tienes ninguna oportunidad
contra mí ahora.
—Así que, ¿tomaste hasta la última pizca de
poder mágico de las brujas que mataste para aumentar tu fuerza, Trece?
¿Olvidaste la razón por la que yo soy Zero y tú Trece?
—Es un valor de referencia [1]
para una bruja del Lúgubre Luto… la nada de donde viene todo. Sin embargo, el conocimiento
y la habilidad a veces superan el talento innato.
—Entonces, ¿te atreves a probar esa
afirmación? ¡Trece, estoy un poco disgustada!
Mientras hablaba, una oleada de partículas de
tinta se juntaron alrededor de Zero, formando un círculo mágico en un instante.
Trece chasqueó su lengua molesto, y un segundo más tarde conjuró un círculo
mágico idéntico. Al mismo tiempo, el fuego que me rodeaba desapareció. Por todo
lo que hizo antes, parecía que Trece no podía mantener dos hechizos al mismo
tiempo.
Ambos, simultáneamente comenzaron a recitar
un encantamiento.
—Auldo, Geldo, Iin, Dei, Koa, Deya, Zeya… Por
el nombre del soberano de la desesperación que desprecia desde la encrucijada
del deseo y de la ambición, llamo desde la negra oscuridad la Puerta de la Decadencia.
De pronto, el mundo cambio. Las paredes y el suelo
de la mazmorra comenzaron a resquebrajarse y desmoronarse, de la oscura que se
abría a mis pies, algo… algo que emanaba un insoportable frío glacial, se
acercaba a nosotros.
Podía sentir el pánico a la muerte en la
nuca. Sus mandíbulas y dientes estaban desgarrando mi corazón.
— ¡Siervo de la contienda unido por el pacto
de sangre y carne, desciende ahora sobre la fiesta de la locura y la
corrupción!
— ¡Esclavo de la contienda unido por el pacto
de sangre y carne, desciende ahora sobre el banquete de la locura y la
corrupción!
— ¡Libro Prohibido, Versículo Final… [Segtol
Meidis]! ¡Sanciona esto! ¡¡Soy al que llaman Trece!!
— ¡Libro Prohibido, Versículo Final… [Segtol
Meidis]! ¡Sanciona esto! ¡¡Declaro en mi nombre, Zero!!
Y la oscuridad se alzó.
Esa oscuridad que se retorcía a las espaldas
de Trece y Zero se movió, chocando entre sí con violencia, cada una tratando de
devorar al otro, hasta dejarlo en el olvido, mientras se unían entre si. Se
enfrentaban en un asalto frontal, y el infierno comenzó como si las sombra se
consumieran unas a otras. El aire se llenó de olor a sangre, carne putrefacta,
muerte…
Sentí una gran necesidad de vomitar. Las dos
masas de oscuridad que se comían el uno al otro eran… ambas eran masas de cuerpos
humanos. Cada uno devoraba al otro, cada uno mataba al otro, gritando, riendo.
¿Zero invento esta magia? ¿…Cual era el
motivo para crear algo así? Esta magia no era útil ni para cazar, ni para
proteger a los demás, tampoco para salvar vidas. Junto con el impulso de
vomitar, crecía un miedo que me hizo querer gritar y huir lo más lejos que pudiera.
¿Pero dónde? ¿Cómo?
*Crujido*,
Escuché un sonido apagado. Miré hacia la batalla y mis ojos se abrieron de la
sorpresa.
Trece estaba apretando los dientes con una
mirada desesperada en su rostro. Zero en contraste estaba serena y sonriente,
sus ojos estaban completamente impregnados por las tinieblas, una profunda oscuridad
sin fin.
Para mi sorpresa, Zero había aventajado
completamente a Trece. La oscuridad que colisionaba se acercaba constantemente
a Trece, y podía oír el rechinar de sus dientes.
— ¡Imposible… esta diferencia de poder…!
*Cough*,
Trece tosió sangre y de alguna forma consiguió evitar caerse sobre sus
rodillas.
Mantenía el brazo firme hacia adelante, como
si impulsara la oscuridad hacia adelante, y mientras yo observaba, su dedo
extendido se desgarro y la sangre salía de las heridas.
…No, esto no podía continuar.
Trece iba a morirá… a manos de Zero.
— ¡Zero! ¡Ya es suficiente! ¡Se acabó!
–Grité. Justo entonces, Trece se desplomó. Al ver que la oscuridad descendía
sobre Trece para engullirlo, me moví sin pensar.
¿Por qué estoy
haciendo esto por él?
Era demasiado tarde para pensar en ello. Cubrí
a Trece y nos tire contra el suelo, apretando los dientes, medio preparado para
morir.
Mi ambición como un hombre y un mercenario
era morir valientemente protegiendo a Zero. Pero de todas las formas posibles
de morir, hacerlo protegiendo a Trece resultaba muy cómico. *Whoosh*, un vendaval con hedor a sangre
pasó, y el silencio volvió. En este sorprendente giro de los acontecimientos,
me quedé quieto encima de Trece y tímidamente levanté la cabeza.
— ¿Qué…? Estoy vivo…
— ¡¡…Zero!!
Trece gritó, aún en el suelo. Al momento
siguiente, fui empujado por una fuerza formidable, y salí rodando por el suelo.
¿Qué demonios ha
ocurrido? Pensé
mientras me acercaba a la figura de Trece, y allí vi el cuerpo de Zero,
cubierto de sangre.
¿…Q-qué le ha pasado a Zero?
Zero llevaba la delantera. Trece no tenía
manera de ganar en esas circunstancias.
— ¡¿Q-qué está pasando?! ¡¿Por qué Zero está
herida?!
— ¡¡¿Todavía no lo entiendes?!! ¡Zero ha
tomado tus heridas! ¡Debe haber un sello mágico en algún lugar de tu cuerpo que
forme un vínculo con el de Zero!
—No teng-
"No
tengo nada como eso", estaba a punto de gritar. Recordé la vez cuando
me bañe en la posada de Foamicaum, Zero dibujó algo en mi espalda.
¿Podría… ser eso? Ella me dijo que se lo
agradecería en el futuro, ¿pero esto?
—Para cortar ese lazo entre vosotros y liberar
a Zero, ella debía liberar el hechizo, o tú perecer dentro de mi barrera. ¡Si
hubiera sido de otro modo, simplemente te habría convertido en carbón en un
instante!
Finalmente lo comprendí.
Durante la noche en la que fuimos atrapados
por Trece… la noche en la que abandone a Zero… fui atacado por la bruja a la que
el cara de perro ayudó a encontrarme, y
atravesó mi abdomen con magia. Según Albus, Zero escupió sangre y se desmayó
aproximadamente al mismo tiempo.
Recibí un ataque que no produjo ningún daño,
mientras que Zero resulto herida en mi lugar.
"Detened
los disparos, dañareis a Zero."
Las palabras de ese momento de Trece cobraban
sentido ahora.
— ¡¿En qué estabas pensando?! ¡¿Dónde se ha
visto que un cliente proteja a su guardaespaldas?! ¡Hey Trece, haz algo con la
magia del libro de la Salvaguardia!
—Cada una de las cuatro partes del Libro de
Zero depende de diferentes aptitudes, aunque todas formen un mismo grimorio. No
soy capaz de usar el Libro de Salvaguardia… ¡¿Por qué me salvaste?!
— ¡Cállate, simplemente ocurrió! Además, ¡¿no
eras tú la raíz de todo este mal?!
Mientras gritábamos de un lado a otro, oí el
débil sonido de una risa.
Era Zero… Todavía estaba viva.
—Así que parece que tener dos hombres grandes
juntos es demasiado. Parad de gritar. Qué indecorosos. Esto es sólo un rasguño.
Los círculos mágicos son protecciones contra los hechizos propios... aunque a
medida que atravesaba el cuerpo de mercenario, mi piel se vio ligeramente
perjudicada...
*Oof*,
Zero expresó sin prisas y se incorporó lentamente.
—Sin embargo, el poder se me subió un poco a
la cabeza. No pude contenerlo del todo. Tal vez, si Mercenario no hubiese
intervenido, te habría matado. Esta es una buena lección para mi orgullo. Debo
amonestarme a mí misma.
Trece esta perplejo.
—Tú… ¿Trataste de contenerte contra mí? ¿Con semejante
poder?
— ¿Estas atónito por nuestra diferencia de
habilidad? …Pero desafortunadamente, no se trataba de la habilidad. Sino de
cuál de los dos inventó el hechizo.
— ¿A qué te refieres?
—Trece, ese libro contiene… –Zero tenía una
expresión presumida. Con un rostro que parecía decir "¿De verdad no te das cuenta? ¿Eres un tonto? Siempre supe que yo era
el verdadero prodigio", ella sonrió. Entonces Zero dijo con una
terrible elocuencia.
—Erratas, un montón de ellas.
La mandíbula de Trece se le desencajo. Fue
una inesperada sorpresa ver eso de alguien tan carente de expresiones como
Trece.
— ¡¿Qué?! ¡¿Erratas?! ¡¿Entonces cometiste
errores al documentarte de los hechizos?!
—No seas ridículo. Soy una genio. Los genios
no cometen errores, pero los provocan deliberadamente.
—Por tanto esas erratas…
—Repitámoslo una vez más. Desde la segunda
estrofa. ¿A la de tres?
Trece cumplió obedientemente como dijo Zero.
A la cuenta de tres, repitieron el encantamiento.
— Siervo de la contienda unido por el pacto
de sangre y carne, desciende ahora sobre la fiesta-
— Esclavo de la contienda unido por el pacto
de sangre y carne, desciende ahora sobre el banquete-
Se detuvieron a mitad del encantamiento.
Trece se tocó la cabeza como si fuera un gran intelectual que fallase con el
problema más simple del mundo… Así que
los hechizos son diferentes.
Y cuando pensé en ello, Albus terminaba sus
hechizos diciendo "mi nombre es
Albus", pero Zero siempre acaba con "declaro en mi nombre, Zero".
—Entonces, ¿qué significa eso? ¿Estás
diciendo que hay hechizos mal escritos en el Libro de Zero, y cuando los usas,
el poder de la magia decae?
—En picado. Puedo ser una bruja glotona,
perezosa, egoísta, engreída, carente de sentido común e impulsiva, pero también
soy la más extraordinaria que existe. Nunca olvidaría poner una última medida
de seguridad para protegerme.
Ella me miró con una mirada intensa y
burlona, y aparte la mirada tan rápido como pude.
Todo eso es cierto,
¿no? No vayas a usarlo contra mí ahora.
—Además, casi todos los libros sobre hechicería
están escritos en un código que nadie más que los propios autores pueden
entender. Por ejemplo cuando se escribe "las entrañas de un ratón",
pero se entiende como "plantas medicinales". Por supuesto que hay
erratas similares en el Libro de Zero. Y en cuanto a las magias de alto nivel,
las brujas que ignoran las erratas se toparán con que su magia no tiene ningún efecto
en absoluto.
—Huh. –Medité. Cuando Albus se había quejado
de que había magia que no funcionaba al seguir las instrucciones del libro,
Zero había actuado como si fuera algo natural.
— ¡¿Así que eso era lo que querías decir
conque había medidas de seguridad en el libro?! ¡¿Es sólo escribir las cosas
mal?!
—Bastante simple, ¿no crees? Dicho de otra
forma, nadie podría ganar contra mí usando la magia del Libro de Zero. Así es
más o menos cómo decidí el resultado de este duelo. Y aprovechando la magia que
se activó primero, me aseguré de que Trece no pudiera defenderse con magia.
Todavía con las manos en la cabeza, Trece se
sentó dónde estaba. Respirando profundamente.
—No es de extrañar... que estuvieses tan misteriosamente
confiada...
Mientras Zero se reía a carcajadas, miré
hacia la vista del exterior que ahora ofrecía la pared destruida de la cámara
subterránea. Zero había hecho estallar la pared del acantilado con su magia, y al
otro lado de la abertura, pude ver el bosque, con el sol amaneciendo sobre él.
Era de noche cuando subí, pero el sol salió
antes de que me diese cuenta del tiempo que había pasado.
—Entonces, Trece, tus astutos planes para
difundir el arte de la magia y provocar una rebelión, dominar a Wenias como el
hechicero para anularlo, y asegurar una nación de brujas ideal ahora han sido
puestos al descubierto... pero incluso ahora, las brujas de Wenias deben
reunirse para derrotarte. Me esperaría que inicien una ofensiva a gran escala
en todo el país dentro de dos o tres días.
Eso era cierto. Con el intento de inmolación
de Albus, el llamado a las armas contra Trece se había elevado a una situación inquieta
entre las brujas. Este no era el final.
—Justo como mercenario dijo antes, planeo
unirme a la infantil nieta de Solena para sellar la magia, y hacerme
responsable de mi error… el Libro de Zero. Los esfuerzos de cierto tonto, han hecho que la
situación sea mucho más grande y problemática de lo que había previsto, pero…
Zero se detuvo y los extremos de sus labios
se curvaron hacia arriba.
—Trece… ¿Qué harás?
Trece miró con tranquilidad a Zero, que
parecía como si lo estuviera desafiando.
No mostró señales de querer recuperar su
bastón, que estaba en un rincón de la habitación, y parecía que había perdido
toda voluntad de pelear.
—En efecto… –Trece se puso de pie,
contestando vagamente.
—Traté de tomar este reino por mi cuenta para
entregártelo, ya que pensé que eso era lo que querías. Si no es así, entonces
ya no tengo ningún interés o apego a este reino.
Así que eso era todo lo que tenía que decir por
incitar la revuelta en Wenias. Incluso puedo llegar a decir que su egoísmo… o
más bien su Zeroísmo… era bastante refrescante.
Trece levemente levantó el brazo, y su bastón
floto desde el suelo hasta su mano.
La sangre todavía seguí goteando de la mano
de Trece debido a la herida que había sufrido durante su duelo con Zero, pero
le ofreció fríamente la mano a Zero y la ayudó a levantarse.
—Zero… todo será como tú lo desees.
1.- Por si no queda claro, se refiere a una forma de
clasificar a las brujas de ese grupo según su poder, siendo los más poderosos
los más cercanos al 0, en este caso Zero.
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