Capítulo 6: Hechizo prohibido

Parte 1:
Fue un milagro que lográsemos salir de allí de una sola pieza.
Al caballo que robamos no le gustaba tener a un caído por conductor y se volvió salvaje, haciendo que nuestro carro volcase y cayera por un acantilado, del cual nos salvó la vida la milagrosa presencia de un río, y aunque fuimos arrastrados río abajo y encontramos obstáculos, incluso una lluvia torrencial, si descartamos las leves quemaduras que sufrió el cara de perro, estábamos en general bien.
Después de dejar a una inconsciente Albus en medio de la cueva que utilizamos como refugio, aplique alguno hiervas medicinales que encontré en la espalda del cara de perro, y luego se la envolví con unas cuantas vendas… Aún era muy temprano.
—El pelaje es una armadura natural…
Mientras se quejaba del dolor que le producían las quemaduras de su espalda, el perro bobo me lanzó una mirada de envidia.
A diferencia del cara de perro, que estaba magullado, y Albus, que tenía unos pocos rasguños pequeños pero visibles, yo estaba ileso.
— ¿Entonces? ¿Cómo va la mocosa?
Mire a Albus, acurrucada en los brazos del perro como si tuviera frío, a la vez que desollaba un conejo que había atrapado en el bosque. Había encendido un fuego para calentar el interior de la caverna, pero caer en el río había sido bastante helador. Cubrimos a Albus con mi capa cuando se secó y el cara de perro la siguió abrazando todo el tiempo, pero no esperaba que se calentase mucho en los brazos de un caído sin pelaje.
Yo podría haber ocupado su lugar, pero el perro me miraba como si me fuese a desafiar a una pelea a muerte si la tocaba, aunque fuese un solo pelo de la cabeza, así que decidí no hacer nada. No sentía nada por el cuerpo desnudo del niño, aunque Albus era más o menos una mujer… Más bien una joven. Incluso mirándola en este estado era difícil discernir su género.
Según lo que comento una vez Albus, la nieta de Solena era una persona encantadora con un voluptuoso pecho, pero… lo más probable era sólo cómo se veía a sí misma.
—Está bien. Tan solo duerme por la fatiga.
—Bien. Pero… ¿por qué fingía ser un chico y ocultar que es la nieta de Solena?
—Es posible que lo hiciera porque Trece la estaba buscando, y también por el Culto de Zero. Ya que 'esa persona' no se muestra, la señorita se convirtió en el núcleo del Culto. Si fuesen a matar a la señorita, entonces el resto del Culto no tardaría más de un minuto en sufrir el mismo destino. Seguramente sea por eso por lo que decidió que no revelar su identidad más que a personas en las que de verdad podía confiar. Además, que una mujer viaje sola levanta muchas sospechas de que sea una bruja.
—Ah, cierto… –Dije, abriendo el abdomen del conejo y sacando sus entrañas.
—Uh… –Exclamó el cara de perro.
Parecía tener algún problema con mi intención de tirar las tripas del conejo.
— ¿No te vas a comer eso?
—No como carne cruda.
Cara de perro adoptó una expresión inusualmente seria.
— ¿…Alguna vez has sentido como si quisieras… comer humanos?
No respondí.
Los caídos nos guiamos por nuestros instintos animales. Pero aquellos que renuncian de cualquier rasgo de humanidad y se convierten completamente en bestias, terminan devorando humanos como su alimento.
Una vez que cruzan esa línea, no se convertirán en nada más que en auténticos monstruos.
— ¿Has… comido uno alguna vez?
Me reí amargamente mientras pinchaba trozos de carne de conejo con una rama y cocía la carne chisporroteante sobre el fuego.
—Apenas logro contenerme. Pero a pesar de que la carne cruda me hace babear, me da ganas de vomitar al mismo tiempo. Es por eso que soy malo en peleas extremas. Quiero evitar matar si puedo hacerlo.
— ¿A qué clase de caído no le gusta matar?
—Tú y yo somos diferentes, no tengo este cuerpo porque yo quiera. Estoy atrapado en este estilo de vida, así que todo lo que puedo hacer es dar lo mejor de mí. Pero, incluso cuando nos reprimimos, los caídos siempre acaban dejando un rastro de cuerpos.
No importaba si yo quería o no. Como diría Zero, era una verdad ineludible.
Esparcí sal sobre la carne. El fuego salto y resplandeció con un color amarillento.
Recordando la impaciencia de Zero, mire a Albus.
—…Salva a Zero… ¿no? –Murmuré. Albus se movió, y sus ojos se abrieron ligeramente.
—A… uh…
— ¡Señorita! –Exclamó el cara de perro, mirando el rostro de Albus.
Idiota, no hagas eso nada más se acaba de despertar. Ahora mismo parecemos animales salvajes.
— ¡W-aaaaaah!
Bastante predecible, Albus chilló y lanzo un puñetazo al hocico del perro bobo, y se escondió tras mi espalda como para escapar de las garras de un monstruo.

— ¿Por qué, señorita…? No me puedo creer que nada más verme a mí, alguien que te cuidó durante tantos años, grites y vayas con mi hermano, al que apenas conocí ayer…
— ¡¿Cómo se supone que lo iba a saber?! ¡Sin tu pelaje no podía reconocerte!
Comiendo ansiosa la carne del conejo, Albus respondió sin rodeos al cara de perro.
Albus estaba sentada en mi regazo. Se había quejado de pasar frío y se molestó diciendo que no era justo que yo tuviera piel, y así terminamos de esa forma.
Cara de perro me miraba con amargura, pero yo no estaba disfrutando más de lo que lo hacia él.
—Además, estuve con mercenario recientemente, y también lo vi en la plaza.
— ¿Qué? ¡E-espere señorita! ¡¿Qué pasa conmigo?!
— ¿Hm? ¿Dónde estabas?
El cara de perro se desplomó, aparentemente con el corazón destrozado. Parecía tan lamentable, decidí echarle una mano.
—El que saltó a la hoguera, cortó las cuerdas que te ataban al pilar, y te protegió de la explosión fue él, ¿sabes?
*Oh*, Albus reconoció tranquilamente, mirando el cuerpo vendado del cara de perro.
—Además, si él no hubiera ido a salvarte, no sé si yo lo habría hecho.
Yo estaba muy motivado por las acciones de cara de perro. Cuando le dije a Albus esto, ella le mostro al cara de perro un rostro de ligera culpabilidad, pero de inmediato adoptó una actitud contraria, como un niño mimado.
—No es como si te hubiera pedido que me salvases… ¡De todas formas, no me importaba morir!
[Hermit: Solamente le faltaba decirle "baka" para ser una buena tsundere.] :v
— ¡No, señorita! ¡¿Cómo podría dar la cara ante Solena otra vez si te dejase morir?!
— ¡La abuela está muerta, así que puedes vivir como te dé la gana!
—Señorita…
Las orejas del perro se cayeron. Este era un cara de perro completamente distinto al que había hecho esperar a mujeres en la posada.
— ¿No crees que es un poco cruel por tu parte decirle que no te importaba si morías o no, después de que te salvase de morir quemada?
— ¡No me asustaba una pequeña cosa como esa!
—Los humanos que son inmolados aprietan los dientes de dolor y miedo, haciendo que sus dientes se rompan y se claven en sus encías.
*Gulp*, un pequeño sonido de miedo se derramó por la garganta de Albus.
— ¿Pensabas que al ser quemada morirías al instante? Primero el calor calcinaría tu tráquea y pulmones, haciendo que no pudieras respirar. A continuación serían tus ojos. Todas tus partes delicadas se abrasarían una por una. Tu piel se endurecería y acabaría resquebrajándose  al quemarse, y las partes recién desprotegidas también se quemarían con el fuego. Tendrías suerte si te desmayases, pero si no, lucharías y sufrirías una tremenda agonía hasta el momento en que murieses. Gritarías, te retorcerías y se te romperían los huesos...
— ¡Para, ya es suficiente! –Gritó el cara de perro. Su expresión parecía decir "Dale algo de compasión", y me di cuenta de mi desliz al hablar de más.
Fue así como el último miembro de la familia de Albus había muerto.
—Mi culpa… no debería haber dicho todo eso…
—No… no pasa nada. Estoy bien. –Dijo Albus, mordiendo sus labios. Su cara había perdido todo el color, sus ojos brillaban y vacilaban, pero apenas podía contener sus lágrimas. Yo admiraba la fuerza de voluntad de Albus. Su valentía y firmeza eran seguramente más fuertes que las mías de lejos.
Pero incluso si se resistía a Trece, eso era demasiado.
— ¿…Qué paso en la mazmorra? Sabías lo que significaba ir contra Trece, ¿verdad?
Que Albus había descubierto algo en la mazmorra y se había rebelado contra los deseos de Trece era indiscutible. Cuando le pregunté, Albus simplemente negó débilmente con la cabeza.
—No tenía más elección… 'esa persona' robo el Libro de Zero y mato a los compañeros de Zero. No podía volver al Culto de Zero que 'esa persona' creo, ni quería hacerlo. ¡Pero, Trece es un hombre detestable también!
—Ahí está el asunto, ¿por qué piensas eso? Está intentando limpiar el lío que causó el Libro de Zero. Él está tratando de evitar que el nombre de Zero sufra más daños.
—Eso puede ser cierto… ¡pero todo lo que le preocupa es eso! ¡A él no le importa si todas las brujas de Wenias mueren, siempre que consiga lo que quiere!
—Trece me dijo que le tendería una trampa al Culto de Zero. Dijo que era hora de terminar la lucho… él pondría la trampa, y yo sería el cebo que atrajese a todos. Trece sabía que yo estaba representando a 'esa persona' como la nieta de Solena. Por eso sacó esa estratagema en la academia, estaba esperando a que me expusiera yo misma.
El conflicto terminaría entonces, y cuando eso ocurriera…
Pensé en lo que Trece le había dicho a Zero. Él vio la conclusión de la guerra de un año, que se lograría con la desaparición de cada bruja en este reino.
—Trece me usaría para destruir el Culto, las brujas rebelde… todas y cada una de las brujas que sabían magia, porque dejar libres y sin control a las brujas continuaría manchando el nombre de Zero, o eso dijo... ¡pero eso no es lo correcto! Claro, hay brujas que causan el caos, pero también hay muchas brujas que están luchando para poder vivir pacíficamente, y brujas que utilizan la magia en la forma en que estaba destinado a ser empleada... y sólo porque no puede distinguirlas, ¡Trece los mataría a todos!
—Si… puede ser. –Respondí vagamente.
— ¡Es cierto! –Contestó Albus, indignada. —Si me hubiera pedido que le dijera a todos los del Culto de Zero la verdad sobre 'esa persona' y les convenciera de que dejaran de pelear, yo habría ayudado. Se supone que debemos combinar nuestro poder y deshacernos de las brujas rebeldes, ¿verdad? Pero Trece dijo que no funcionaría. Por eso yo…
Por lo qué eligió ser quemada en la hoguera, y dar un grito de guerra a sus compañeros.
Si Albus no lo hubiera hecho, entonces simplemente habría una matanza unilateral por parte de Trece a las brujas.
Cuando la nieta de Solena, Albus, gritó "derrotad a Trece por el bien de la paz", dudo que hubiese una sola persona allí cuyo corazón no estuviera ni un poco conmovido. Había ahora una alta probabilidad de que aquellas brujas "expertas en brujería y poseídas por el poder", que habían elegido mirar pero no tomar medidas, se pusieran a derrocar a Trece.
Si tuvieran que unir fuerzas, incluso temporalmente, con el Culto de Zero, dudo que incluso Trece pudiera resistir su ataque sin lesiones. Albus había buscado esa alianza.
—Para empezar, todos se unirán para derrotar a Trece. Después, iríamos a por las brujas malvadas. Y una vez que hubiéramos terminado con eso, pediríamos que el rey pusiera fin a la cacería de brujas, ya que nos habríamos librado de todas las brujas malvadas. A partir de ahí encontraríamos y capturaríamos a 'esa persona', y dejaríamos que Zero hiciera lo que quisiera con él.
—Una buena idea, ¿verdad? –Añadió Albus.
—Posiblemente. –Volví a dar una respuesta ambigua. Simplemente no iba a ser tan simple como describió Albus.
Comprendí la oposición de Albus hacia Trece, pero detener un arte que se extendía como la pólvora y su uso indebido requeriría un perfecto liderazgo de las personas que lo usan, porque de lo contrario no habría otra opción que matarlos.
Y Trece decidió reunir a todos los usuarios de magia y matarlos.
Si Trece, mientras promulgaba su plan asesino, se enfrentara con todas las brujas de la tierra, eso causaría un caos incomparable a cualquier historia que jamás hubiera visto.

Una guerra civil provocaría el caos en el reino, ya que todo el mundo sabía cómo golpear y donde duele. Además, un conflicto interno no era algo que se pudiera mantener, y por lo tanto la situación se deterioraría en un estado irrecuperable, llegando a tal punto de desconfianza que los vecinos sospecharían entre ellos.
A pesar de que Albus había expuesto sus planes para poner fin a la guerra, no había ninguna garantía de que las cosas irían como deseamos.
El que traicionó a sus camaradas, pero sin embargo quería detener la lucha, Trece.
El que, para implantar la era de las brujas, rompió la paz y mató a otros para robar una técnica secreta, 'esa persona'.
Y la que sueña con una solución ideal y pacífica para el conflicto, Albus.
Si tuviera que apostar por alguno de ellos, elegiría a Trece. Mi opinión no había cambiado, a pesar de los rastreros métodos de Trece. No es como si significara mucho viniendo de la persona que arrebato a Albus de las garras de Trece, pero...
—Sé que es un sueño.
— ¿…Qué?
Albus murmuró de improviso, abrazando sus rodillas.
—Soy la nieta de Solena… pero eso es todo. Todavía sigo en proceso de aprendizaje, ni siquiera soy capaz de hacer el ritual de Concesión de Bestia. Siendo honesta… Trece es increíble. Él se las arregló para estar donde está en tan solo un año. Ganó la confianza del rey y luchó contra todas las brujas por su cuenta. He oído que Trece incluso está enseñando a la gente del castillo a usar magia. Pero la diferencia es que Trece nunca crearía unos hechiceros que pudieran hacer el mal. No hay forma de que alguien como yo pudiera derrotar a Trece...
Trece lucho solo y Albus tenía el poder del Culto de Zero.
Los suyos eran casos diferentes, decía Albus. Aunque Albus siguió andando y deseando una situación ideal, no tenía el poder de hacer sus sueños realidad.
Albus fue acorralado por Trece y por la llamada realidad.
Si Albus fuese igual de poderoso que Trece, entonces la situación seria distinta. Pero no importaba si deseaba o no algo… las cosas seguirían igual.
Aun así, Albus no se rendiría. En comparación con su falta de fuerza, el corazón de Albus era extremadamente firme.
—Ven aquí, Holdem.
Albus le hizo señas al cara de perro. Holdem… ¿era ese el nombre del perro? Bueno, aunque supiera su nombre ahora, realmente no tenía una razón para llamarlo por él.
—Muéstrame tu espalda.
Albus se deslizó fuera de mi regazo, y se agachó cerca de la espalda del cara de perro. Soltó un suspiro como para calmarse.
—Lia, do, kuuha… ¡Sangre, restablece esta carne perdida!
El aire de alrededor se calentó inmediatamente. Una luz tibia se reunía junto a las manos de Albus, bailando a su alrededor. Debe de ser mágico, deduje, pero mucho más suave que los hechizos de [Staim] y [Flagis]. Parecía que se sentiría agradable al tacto.
—Libro de Salvaguardia, versículo uno [Codia]. Sanciona esto, mi nombre es Albus.
Cuando Albus tocó la espalda del cara de perro, la luz fue absorbida por su cuerpo.
*Huh* se me escapó un sonido de sorpresa.
El olor a sangre… mejor dicho, el olor a carne quemada… desapareció.
Cara del perro parpadeó, y cuando fue a quitarse los vendajes, su espalda había sido completamente curada, perdiendo su aspecto de fruta podrida.
—Señorita, esto…
—Es magia. El Libro de Salvaguardia… es una magia que sirve para curar heridas y proteger a las personas. La magia de este libro es la que más me gusta, y es mi punto fuerte. Puedo usar magia de alto nivel de este libro, ¿sabes?
—Hay cuatro libros, Caza, Captura, Cosecha y Salvaguardia, ¿no?
—Sabes un montón sobre esto, mercenario.
—Porque lo escuche todo eso de la persona que los escribió.
—Cierto. –Albus rió amargamente.
—Zero en realidad… escribió los libros para que fuesen usados como ahora. Para ayudar a la gente. He leído el Libro de Zero, pero cosas como hacer que sea fácil cazar, cosas que se usan para obtener frutas de lugares altos. Pensé que estaba escrito de una forma extraña... es curioso lo útil que resulta [Flagis] para quemar sólo lo que quieres quemar. Es como si pudieras cazar y cocinar al mismo tiempo. Dos pájaros de un tiro.
En mi mente, vi a Zero riendo mientras escribía el Libro de Zero.
—Magia que hace que los niños con pesadillas pasen una buena noche. Magia para atrapar ladrones cuando se cuelan a hurtadillas. Zero lo escribió para esos propósitos, pero nadie usa la magia como Zero quería que fuera.
¿Cómo se sintió Zero cuando alguien fue a su cueva y mató a todos sus compañeros, sólo por un libro que había escrito para ser de beneficio para otros? ¿Estaba triste? ¿O tal vez atormentada?
Creo que lloró. Durante diez años… nadie la oyó llorar.
—Todo sería tan simple si la magia no existiera.
Las técnicas destinadas a ser convenientes habían sembrado el fuego de la guerra. Y ese fuego se había convertido en un infierno, muchas brujas y seres humanos estaban muriendo como resultado de ello. No pensé que Zero fuera el tipo de persona benevolente que tomaría en cuenta estas posibilidades. Ella era una bruja fría. Pero ella había admitido con toda seriedad que "no debería haber escrito ese libro".
Note un cierto sentimiento de dolor en ella cuando lo dijo.
— ¿Estás hablando sobre acabar con todas las brujas? Odias a las brujas, ¿verdad?
—No estoy diciendo nada de eso. Si no existiera la magia, en primer lugar, entonces no habría todos esos idiotas causando el caos, y ni Trece los purgaría. Básicamente, Trece no tendría un puñado de hechiceros causando problemas y manchando el nombre de Zero.
—Claro, puedes decir eso, pero no hay nada que hacer al respecto. En este punto…
Albus levantó la cabeza.
— ¿…Deshacerse de la magia?

—Sí. No de las brujas, pero si del causante de todo esto, la magia. Si hicieras eso, no necesitarías volver a matar a ninguna bruja. Si no pudieran usar magia nunca más,  esas brujas que la aprendieron del Culto de Zero volverían a ser personas normales. Si sólo se usara la brujería de la facción del Canto Lunar en primer lugar, entonces no habría una guerra en este momento. Lo que estoy diciendo es que si pudiéramos volver atrás antes de que pusieran sus manos en el Libro de Zero. Bueno, sólo si eso es posible...
—Es posible.
— ¿…Huh?
— ¡Es posible! ¡Podemos acabar con la magia sin tener que matar más brujas! –Gritó Albus, saltando hacia mí y sacudiéndome por los hombros.
— ¡E-espera, para, deja de sacudirme!
—Oye, ¿recuerdas cuando Zero uso [Rechazo] sobre mi magia cuando nos conocimos?
—Pues… si, lo hizo. Lo recuerdo.
—Toda la magia del Libro de Zero está bajo el control de un demonio de alto rango que Zero invocó, ya que toman prestado los poderes de los demonios de rango inferior. Es por eso que si Zero hiciera que estos demonios de alto rango rechazaran la magia utilizada por las brujas de Wenias, ¡entonces nadie sería capaz de usar lo que está escrito en el Libro de Zero jamás! ¡Solo con eso, la magia desaparecería de todas partes!
— ¿A… así y ya está?
—Sí, únicamente con eso. El concepto de "usar hechicería sin invocar demonios" no desaparecería sólo porque la magia del Libro de Zero se volviera inutilizable. Si una horquilla se rompe y sabes cómo hacer una, entonces podrías hacer una nueva, ¿verdad? Esencialmente, si alguien fuera a hacer una nueva forma de magia, simplemente podría usarla.
—Entonces no tiene sentido, ¿verdad?
— ¡Ahí está! Por lo menos podemos ir a por todos los brujos inexpertos con un solo golpe. Para personas como ellos, que no habían aprendido nada sobre la hechicería, hacer una nueva forma de magia sería imposible.
—Bien entonces…
—Y estas brujas confusas y sin magia buscarán un nuevo líder. Un líder que puede dejar que usen magia de nuevo. ¡Ahí es donde entro yo! Yo no podría hacer algo como inventar una nueva magia, pero me parece suficientemente extraordinario engañar a esas brujas novatas. ¡Además, soy la nieta de la gran Solena!
Cuando lo puso de esa forma, realmente parecía ser algo posible. Albus, como la nieta de la más renombrada bruja del reino, seguramente sabía mucho sobre brujeria. Con el perro como su protector, las ingenuas brujas novatas estarían felices de reconocer a Albus como su líder. Esta chica tenía la intención de causar confusión, y luego manejar el caos resultante para adquirir influencia. Sería una bruja aterradora en el futuro.
Pero.
— ¿Se puede hacer? Es imposible ir usando [Rechazo]  en cada bruja del reino.
Si no lo fuera, Zero lo habría hecho hace mucho tiempo.
—Eso es por lo que no lo haremos de uno en uno, sino con el país entero. –Explicó Albus, recogiendo una rama de árbol y dibujando numerosos pequeños círculos en el suelo. Esos pequeños círculos eran brujas, supongo. Y al final, dibujó un círculo grande que rodeaba a los más pequeños.
—Nosotros usaremos sellos demoníacos para construir una gran barrera y cada bruja dentro de esta será incapaz de usar la magia del Libro de Zero. Zero no puede hacerlo sola, ¡pero con mi ayuda deberíamos ser capaces de hacerlo! Trece también puso una barrera alrededor mío mientras me quemaba para suprimir a las brujas.
¿Fue así? Me había preguntado por qué no había ninguna represalia mágica. Si la magia pudiera ser usada en esa área, entonces por supuesto el Zulto de Zero no dejaría que Albus fuera asesinado ante sus propios ojos. El único que usó la magia fue Trece, pero eso fue porque él mismo estableció la barrera.
—Aprendimos magia para tener el poder de luchar, pero si nos deshacemos de las llamas de la guerra entonces no habría necesidad de poder. Incluso volver a la farsa de la convivencia sería mucho mejor que el conflicto que está sucediendo en este momento. Todavía soy una niña, pero también soy descendiente directa de una bruja del Canto Lunar. No perderé contra nadie en lo que se refiere a sellos. ¡Ni siquiera en sellar la magia dentro de la tierra!
—Entonces básicamente… ¿vas a dibujar un descomunal círculo mágico alrededor de toda Wenias?
—Sí. Al reunir muchos círculos mágicos, puedo combinarlos en un gran círculo mágico. Hay un poco de precisión involucrada, pero no es tan difícil.
Cierto. Al menos, no pensé que fuera posible. Zero me dijo que los círculos mágicos tenían que ser perfectos.
—Entonces, Zero invocaría al demonio para 'rechazar el uso de la magia en este reino', y yo sellaría esa declaración en el círculo mágico. Por lo menos, los demonios que forman la base de la magia del Libro de Zero no responderán a los intentos de usar magia dentro del campo. Es por eso que…
El alegre estado de ánimo de Albus se convirtió rápidamente en tristeza.
—Necesitamos a Zero…
—…Bueno, eso es todo.
Había rangos para los demonios. [Rechazo] era como tener a los demonios de alto rango ordenando a los de rango inferior que "dejen de dar a los humanos su fuerza". El que tenía el poder de hacer que los demonios de alto rango lo hicieran era Zero.
Sin Zero, no había nada que nosotros pudiéramos hacer.
—El problema está en que Trece tiene encerrada a Zero…
—Trece tiene encerrada a Zero… ¡¿Eh?! –Exclamé en un tono histérico. Ese era el motivo por el cual Albus me dijo que 'salvase a Zero'.
—Ocurrió la misma noche que Trece me enjaulo. Estaba en la mazmorra, y Trece me decía que trabajase para él. Fue entonces cuando apareció Zero… ella estaba muy enfadada. Dijo algo como "así que me robaste a mi mercenario, ¿hm?".
Apreté los dientes. Eso fue después de que yo dejase el castillo.
—Y Trece la había traicionado. Zero parecía dispuesta a matarlo. Pero justo entonces, Zero tosió sangre y se derrumbó.
— ¡¿Qué?! ¡¿Realmente Trece lo consiguió?!
—Probablemente. –Albus asintió con la cabeza. Probable o no, no había ninguna otra interpretación de los acontecimientos.
—Trece se enfureció también, y dijo que "eres una necia, ¿no crees? No deberías haber salido de la cueva. Salir fuera e involucrarse con los gustos de ese mercenario es por lo que ahora sufres la carga de una herida de este tipo"…
Albus se me quedo mirando. Es mejor no mirar, mocosa. Soy un guerrero curtido en cientos de batallas, pero mi cara tiene que estar petrificada de miedo ahora mismo.
—Zero perdió la consciencia, y se la llevo a alguna parte…
— ¿…Se encuentra bien?
—No creo que haya muerto. Pude sentir su magia.
—Uh, un segundo… ¿señorita? ¿Hermano? Hace un rato que me he perdido…
Albus y yo miramos al cara de perro al mismo tiempo. Habíamos olvidado por completo que existía. Para cara de perro, que no sabía cómo las cosas habían terminado como estaban ahora, esto tenía que ser muy confuso. Así que…
— ¿No era 'Zero' el nombre de mi hermano?
Él acababa de revelar un malentendido de clase acorazado.
—Cuando estaba huyendo con la señorita, escuche a Trece gritar algo sobre Zero, así que me estaba preguntando si ese era el nombre de mi hermano, el alias de la señorita o algo así…
—El apodo de la mocosa es Albus. Zero es la devastadora belleza que te dio una lección aquella vez.
—Ah, aquella mujer. Ella estaba muy bien. Quiero probar un poco de s…
Antes de que yo pudiera darle al chucho pervertido un buen golpe en la cara, Albus ya lo había hecho. *Gah*, grito el perro, tocando su rostro con dolor. Buen trabajo, Albus.
—Pero… ¿Entonces por qué dijo eso Trece?
— ¿…'Eso'?
—Él dijo "¡Alto, detengan el disparo! ¡…Dañaran a Zero!"
Mis ojos se abrieron llenos de incredulidad… Trece dijo eso. Pero Zero no debería de haber estado allí, así que no había forma de que los disparos pudieran alcanzar a Zero. Fruncí el ceño y me volví hacia Albus.
— ¿Qué significa eso? ¿Por qué dispararnos podría dañar a Zero?
—No sé. Yo no estaba consciente en ese momento.
—Yo estaba concentrado exclusivamente en la señorita.
¿Cuán inútiles pueden llegar a ser estos dos? Pero... no es como si yo fuera mejor.

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