— ¿Ya despertaste? Qué alivio. ¿Cómo te
sientes, mercenario?
—Hm… me siento como si un demonio hubiese
poseído mi cuerpo.
Zero se rió.
—El demonio devolvió tu cuerpo sin ningún
problema, pero estuviste durmiendo por tres días. Supongo que vosotros dos
erais simplemente demasiado compatibles. El pueblo ya ha recibido noticias del
reino sobre la derrota de las "brujas malvadas", y ha comenzado una
celebración patriótica. Deberías haber oído los llantos de las brujas rebeldes
cuando se dieron cuenta de que habían perdido su magia.
Oh, me podía imaginar lo lamentables que
serían.
—Me imagino que los desesperados seguirían
luchando.
—Así fue, pero eran humanos normales, ya no
había nada que temer. Inesperadamente el perro incluso demostró ser de ayuda. Nuestro
problema ahora está más allá de la barrera. Es decir, los que son lo
suficientemente astutos como para darse cuenta de que fuera de Wenias, la magia
sigue siendo perfectamente accesible. Otra nube tempestuosa se asoma en el
horizonte en forma de aquellos que han descubierto su habilidad para realizar
hechicería, y que han comenzado sus investigaciones.
Entonces la erradicación de la magia tan solo
era algo temporal, que solo afectaba al reino de Wenias. Cada una de las brujas
del mundo sólo pondría su propio conocimiento para investigar las nuevas
magias.
Menuda patada en el culo. El mundo era un
lugar grande, y tener sólo a Trece y Albus en Wenias significaba que casi todo
el resto del mundo estaba indefenso ante la magia. Habría más incidentes como el
de Wenias, y posiblemente más historias de tragedia.
—El chico ha comenzado a acoger a aquellos
que tienen aptitudes para la magia, enseñándoles brujería y magia en
preparación para futuras operaciones cuyo propósito será erradicar tales
dolores de cabeza. Wenias patrocinará este proyecto como reino que es,
convirtiéndola en la primera nación de hechiceros, tal como Trece la había
intentado.
—Una nación de hechiceros… tiene un nombre
muy aterrador. Por cierto, ¿dónde está Trece?
—En las mazmorras, esperando a la hora de su
ejecución.
Miré a Zero con incredulidad. Simplemente
sonaba demasiado seria para ser una broma.
—Así están las cosas. Pero claro, todo serán
humos y espejos. Es la actuación final de Trece, el hombre que interpretó el
papel de embaucador como el hechicero de la rectitud, e incitó la guerra entre
las brujas y el reino. El chico pasará a la historia como el que expuso y
derrotó a Trece, el cerebro detrás de todo lo sucedido.
—Mhm… ¿entonces ella lo está convirtiendo en
un enemigo en común para llegar a la convivencia?
Miré hacia el techo, suspirando. Todo había
sido organizado por Trece, y todos habían sido engañados por la maldad de un solo
hombre. Esa creencia haría mucho más fácil para los humanos, que habían quemado
a la inocente Solena hasta la muerte, y las brujas que habían comenzado el
levantamiento, para dar los primeros pasos hacia la coexistencia pacífica.
— ¿Así que tendremos al malvado hechicero
Trece, y la nieta de la gran Solena que frustró sus planes? Es un auténtico
cuento de hadas que pasará a la historia
—Aunque la ayuda que necesitó el chico de
Trece para acabar con la insurrección complica las cosas.
Zero se echó a reír, dejando su libro y me
ofreció un vaso de agua. Lo tomé con gratitud y me lo bebí mientras Zero se
dejaba caer en la cama.
—…Buenos días, mercenario. Me alegro de que
estés bien.
—Uh… ah…
—Oh, cierto. Todavía queda un problema...
pero finalmente he recuperado mi libro.
—Genial, felicidades. Ahora yo-
—No podrás convertirte en humano.
¿Qué
es lo que acabo de oír? No, seguramente solo haya sido parte de mi imaginación.
Por favor, que simplemente me haya imaginado escuchar eso.
—Necesitaré tiempo para recuperarme. Mi duelo
con Trece y la barrera para sellar la magia a gran escala, han drenado hasta mi
fuente de reserva de poder mágico.
Mierda, no me lo había imaginado. Me
cubrí la cara con ambas manos.
—Si te hubieras convertido en un caído de
forma voluntaria como el perro, podría devolverte tu forma humana fácilmente…
pero como fuiste así desde que naciste, el alma humana y la animal dentro de tu
cuerpo se han fusionado por completo. Normalmente el solo hecho de separarlas
ya requiere una gran cantidad de energía, pero la posesión del demonio que
sufriste, parece haber fortalecido aún más ese vínculo.
—Parece haberlo fortalecido… ¡y una mierda!
¡¿Para empezar, quién te crees que hizo que me poseyeran?!
—Tal vez yo tenga la culpa, pero también
siento empatía por ti. He intentado varias cosas para volverte humano mientras
dormías, hasta que tu piel se cayó... eso fue una pesadilla. Me di prisa en devolverte
a la normalidad.
— ¡¿Pero qué diablos me has hecho mientras
estaba inconsciente?!
—No era mi intención. Trece también lo
intentó, pero acabo igual de cansado…
—Vale, lo entiendo. Vayamos a lo importante.
¿Cuánto tiempo tardaras en recuperar tu magia? ¿Un mes? ¿Un año?
—Mm… –Zero sacudió su cabeza en afirmación,
mirando inexpresivamente en otra dirección. —No lo sé.
— ¡¿Por qué tan solo no me lo dices en vez de
esconderlo?! ¡¿Qué pasa con nuestro acuerdo, huh?!
—No me niego a cumplir mi parte del trato,
únicamente te digo que tendrás que esperar un tiempo para recibir tu
recompensa.
— ¡Ningún deudor, sin importar lo honesta que
fueses, aceptaría una estupidez como esa!
—No digas eso. Tan solo tendrás que seguir
siendo mi escolta. Tienes una buena condición física para ejercer ese trabajo,
y además encuentro tu apariencia de bestia muy adorable. Tu piel es como una
manta cálida y blandita, y lo más importante, no tienes a nadie más aparte de tu
propia sinceridad para buscar respuestas con esa forma. De esta manera, no
estaré sola.
Como
puede ella decir todo eso con una cara tan seria…
Miré a Zero a través de los huecos entre mis dedos.
Su encanto era tan inigualable como siempre.
Ella parecía haber estado viviendo en esta habitación, esperando a que yo
despertase. Alrededor de la silla que había ocupado había mantas y cosas por el
estilo, todas desperdigas… Perdóname,
pero esto no es algo que debo celebrar.
— ¿…Escolta? ¿Te vas a ir a algún otro lado?
—Sí, quiero viajar a donde sea. Pasé
demasiado tiempo en una cueva. Los cuentos narran historias sobre árboles que
están compuestos de joyas, de ríos que fluyen por el aire, de peces que nadan
en la arena, y de pájaros que viven en tormentas. Me gustaría ver cosas como
esas, pero es peligroso para una bruja viajar sola en esta época.
Sonreí ante unas palabras ligeramente
nostálgicas. Maldición, me puse a
sonreír… idiota.
Bueno… de todos modos, ya que yo era un
mercenario busca fortunas, pensé que sería mucho mejor proteger a una bruja en
vez de ser una bestia sanguinaria en el campo de batalla. Y lo que es más
importante, había un contrato entre nosotros dos hasta que volviese a ser
humano, incluso después de que las cicatrices en nuestros pulgares sanasen. La
respuesta entonces vino a mí. Me rasqué la nuca.
—Entonces… ¿Qué es lo que ganaré por ser tu
escolta?
⧫⧫⧫⧫
— ¡¡Mercenariooooo!! ¡¡Zeroooo!! Trece es muy
molesto sobre nuestra interpretación. Él simplemente sigue y sigue diciendo cosas
sobre nuestros papeles en la estaca y el escenario.
Yo estaba hambriento después de dormir por tres
días, y así un jabalí gigante asado, uno de los jabalíes de Ebrú de nuestro
botín, estaba preparado para mi comida.
El gigantesco e imponente jabalí asado estaba
colocado magníficamente en el centro de la mesa, y antes de que nos sentásemos
cara de perro, Zero, Albus y yo. Trece estaba supuestamente en las mazmorras,
pero Trece era Trece, sin importar dónde estuviera.
Escuchando a Zero reírse de las quejas de
Albus sobre Trece, yo partí la carne. Tenía su estatus como un ingrediente de
clase alta, pero el jabalí mismo era también increíblemente tierno, la dulzura de
su grasa que llenaba mi boca mientras hundía mis colmillos en su carne. Los
pedazos alrededor del hueso eran tan magníficos, y el condimento de la carne por
si solo ya era suficientemente apetitoso.
—No seas tan cruel. No hay nadie más hábil
que Trece en manipular los corazones de otros. Está tratando de entregarte a
Wenias como está, en un estado óptimo. Piensa en ello como una lección sobre
comprender los corazones de la gente, encima de asumir las cargas de la nación
como bruja del Canto Lunar.
— ¿Queeeeé? Pero si aprendo de Trece, acabaré
siendo una mujer tenebrosa y sin escrúpulos.
—La señorita siempre odió estudiar. Incluso
Solena no tenía ni idea de qué hacer con ella. –Cara de perro murmuró
seriamente con un tono de nostalgia, y de repente gritó y se cayó de la silla.
Albus debió haber tirado de su cola. Tu
piel ha vuelto a crecer gracias a la magia de Zero, pero sigues siendo tan
patético como siempre, cara de perro.
Zero se partió de la risa de nuevo al ver
eso, y mordió un trozo de la grasa de jabalí como yo.
Una semana después, cuando ya me podía mover
con normalidad de nuevo, Trece fue "ejecutado", y Albus fue
reconocida como la líder de la alianza de hechiceros reales, conocida como la
"Llama de Solena" por el populacho, Zero y yo decidimos despedirnos.
Y durante el amanecer, estábamos esperando en
las afueras de Prasta.
Como necesitábamos que Trece pudiera escapar
en secreto, nos escondíamos y nos dirigíamos hacia el bosque. El aire húmedo de
la madrugada en el bosque era fresco, y no había ninguna señal de presencia
humana cerca. Hubo un pequeño incidente cuando Albus no se separaba de mi
cintura, rogándonos que no nos fuéramos y nos quedásemos para siempre, pero cara
de perro logró calmarla y quitármela de encima, sin contar eso nuestra marcha
fue muy tranquila.
— ¡Volved a visitarnos pronto! Yo iría con vosotros,
pero soy una bruja del Canto Lunar...
Acaricie la cabeza de Albus mientras ella
seguía moqueando y le prometí que volveríamos enseguida. El hecho de que nos
conociéramos cuando ella intento atacarme para tomar mi cabeza, parecía haber
desaparecido completamente de su memoria. No
es que le guarde rencor o que tenga algo contra ella… es complicado.
La verdad del intento de Solena de limpiar la
peste había sido promulgada a través de Wenias, y en un abrir y cerrar de ojos,
las brujas ya no eran blancos del miedo y el prejuicio.
Había ya una base sobre la cual consolidar la
convivencia, y debía haber un sentimiento para expiar la injusta muerte de
Solena. La población aceptó la posición de Albus como la hechicera de la
justicia sorprendentemente fácil, y aunque ciertamente hubo varios temas sin
resolver, la crisis de la revuelta de las brujas en Wenias podría ser
considerada como terminada. De ahora en adelante, sólo aquellas brujas que
reciban la autorización de Albus pueden usar magia dentro de las fronteras de
Wenias, y el plan parece ser usar a los recién establecidos y oficialmente
reconocidos hechiceros reales, junto con el llamado Sistema de Autorización
Mágica, para purgar a las brujas se dispersaron fuera de la nación.
Bajo el pretexto de exploración para ese objetivo,
nos entregaron pases especiales que nos permitirían viajar libremente entre naciones.
Después de todo, Wenias prosperó como lugar de parada para el comercio entre
reinos, así que tuvo influencia sobre la admisión incluso a naciones
extranjeras.
Trece iba a volver a la cueva del Bosque de
la Luna Curvada. Unas cuantas brujas de Wenias que eligieron a Trece como su
maestro, le acompañarían como sus pupilos. Solo a tres les revelaron que la
ejecución de Trece era en realidad una farsa, y esos tres estaban esperando con
calma a Trece en otro lugar.
Zero mencionó que aunque Trece volvería a su
cueva, había dejado algunos "ojos" por todo Wenias para observar
cualquier posible revuelta de las brujas. De esa manera, podría hacer todo lo
posible para asesorar a Albus incluso desde muy lejos.
El apodo de 'bruja' fue sustituido de ahora
en adelante por el título de 'mago'. La razón parecía ser que si esa denominación
no se cambiaba podrían surgir algunos malentendidos.
Sin embargo, eso no significaba que el uso de
los títulos de 'bruja' y 'hechicero' desaparecería tan fácilmente, pero sin
tener en cuenta el género, si uno usaba magia, entonces era un mago.
—Zero, ¿de verdad no quieres volver a la
cueva conmigo?
Yo estaba temblando bajo el peso de una
enorme mochila llena de alimentos que Zero había recolectado, mientras Trece
planteaba su pregunta con una voz tan monótona como siempre.
—No, no lo haré, Trece. Voy a viajar con
mercenario.
—Zero, yo- [1]
Trece abrió la boca para decir algo, pero
Zero lo silenció.
—Ya me voy, Trece.
Golpeó a Trece en el pecho, luego le dio la
espalda y se alejó. Traté de seguirla, pero algo me detuvo.
— ¿Qué pasa? –Pregunté, y cuando me giré, ahí
estaba la cara de Albus, excesivamente cercana a la mía. Sentí algo en los
labios. Cara de perro gritó.
— ¡Tú, maldito bastardo! ¡¡Puedes ser mi
hermano, pero no permitiré que te quedes a la señorita!!
— ¿Huh? ¿Pero qué? Espera. ¡¿qué demon-?!
Albus ya se había echado a reír, dejándome
nervioso y a cara de perro enfurecido. Ni siquiera podía perseguirla, ya que
Zero estaba alejándose, y me iba a dejar atrás si no me ponía en marcha.
— ¡Ah, joder! ¡No tengo ni idea de que es lo
que pasa, pero no es culpa mía! –Gritando, corrí detrás de Zero.
¿Qué
demonios fue eso? ¿Qué quería lograr? ¿Cuál era el significado de eso? Abrí
la boca mientras me dirigía hacia Zero. Me sentí incómodo por alguna razón, así
que seguí medio paso detrás de ella.
—Besaste a la chica [2],
¿no es así?
Zero hablo sin tapujos. Me caí de rodillas,
fingiendo serenidad mientras en el interior me atormentaba la amargura. Entonces eso fue un beso. ¡¿Cómo pude
permitir que mi primer beso lo tuviese con esa mocosa?!
—…No lo hice.
Mentí con indiferencia. De todas formas yo no
fui quien la besó, por lo tanto, la manera correcta de decirlo sería que me besaron.
—No, si lo hiciste.
—Ni siquiera estabas mirando, ¡¿o no?! ¡¿Cómo
puedes saberlo?!
—Soy una bruja, mercenario.
Eso no explicaba nada, pero era extrañamente
persuasiva. Me rasque la nuca y balbuceé una respuesta.
—Pues... ¡vosotros dos no hicisteis gran
cosa! Querías estar con Trece, ¿verdad? ¿No fue por eso que viniste hasta
Wenias, por él?
Salte a un tema completamente diferente.
—Por ejemplo. –Murmuró Zero, mirándome
atentamente.
—Bueno, las cosas han cambiado. Trece y yo
estuvimos juntos por mucho tiempo, pero eso era porque no tenía a nadie más que
él. Pero ahora, te tengo a ti.
— ¿T-tú no estás interesada en tu viejo
amigo?
Esperando superar mi vergüenza, adopté un
tono acusatorio. Zero se echó a reír.
—Las brujas y los hechiceros son básicamente
tan… Nuestras largas vidas nos han hecho bastante insensibles. Si no fuera así,
no habría perdonado a Trece tan fácilmente el asesinato de nuestro maestro y de
nuestros compañeros.
— ¿…Le perdonaste eso?
—Hm… me lo pregunto. Puede que desde el
principio no estuviese enfadada. Trece lo comentó, pero casi todas las brujas
en la cueva, bajo la enseñanza del Lúgubre Luto, se volvieron 'discapacitadas'.
Eran poco más que cadáveres parlantes, esperando por el dulce descanso eterno
de la muerte. Su práctica era una que yo evitaba, y que Trece había sobrepasado.
Creo que los asesinó muy ordenadamente. Puede que haya sido su manera de
mostrar respeto por los muertos.
Zero miro al cielo, como si extrañase el
pasado. Como sus palabras, ni su voz ni su expresión revelaban algún indicio de
dolor.
No podía ni empezar a entender cuál era la
libertad que daba la muerte, pero…
— ¿Piensas que eso fue cruel?
— ¿Con quién te crees que estás hablando? Soy
un mercenario, ¿sabes? He hecho un montón de cosas detestables que me hicieron
acabar completamente empapado de sangre, de la cabeza a los pies. Yo no soy
quien para ir quejándome de la moral de los demás.
—…Si es así, entonces… ¿Por qué salvaste a
Trece? No debería haberte molestado si lo hubiera matado.
—Porque…
Mi
cuerpo se movió por si solo… claramente esa no era una razón
lógica. Simplemente sentí que no era correcto matarlo. Concretamente que Zero
matase a Trece, sentí que tenía que evitarlo, costase lo que costase.
De pronto, sentí dentro de mí como si lo
entendiese a la perfección, junto con un indescriptible conflicto interno.
Me preguntaba si sólo estaba poniendo excusas
para lo que hice o lo que sea, pero mi razonamiento fue probablemente así.
— ¿Tú… estabas enamorada de Trece?
"Mi
último compañero y único compatriota". Incluso recordando eso que dijo ahora, la forma en la que Zero
hablaba de Trece cargaba un especial afecto. ¿Ella se pondría nerviosa al
negarlo o tranquilamente lo reconocería? La miré por el rabillo del ojo y vi
que me miraba con el ceño fruncido y una expresión compleja.
— ¿Qué?
—…Parece que lo estás malinterpretando,
mercenario.
— ¿Malinterpretando?
—Trece es mi hermano mayor.
Era bastante común, como un dicho, el decir
que los ojos se te salen de sus órbitas. Pero en ese momento, en mi estado de
shock, sentí que mis ojos realmente corrían el peligro de salirse de sus
órbitas.
Trece y Zero son- ¿y qué más?
— ¡Qué demonios! ¡¿Cómo es posible que siendo
hermanos seáis tan diferentes?! Además, nunca dijiste nada sobre-
—Si lo dije. Dije claramente que somos
hermanos, si me acuerdo bien.
Ella lo había hecho. Ella había dicho que
eran hermanos, y yo sabía que la palabra "hermanos" originalmente
significaba personas nacidas del mismo vientre. Sin embargo,
"hermanos" usualmente se usaba para describir a los compañeros. Por
lo tanto, era absurdo esperar que yo entendiera que eran hermanos de sangre. [3]
—Y a pesar de su apariencia, Trece es un
hombre tan apuesto que incluso los demonios le envidian, aunque negoció con su
aspecto cuando llamó a un demonio de alto rango.
— ¿El atractivo es algo con lo que se puede
negociar?
—Él lo hizo y se volvió como es actualmente.
Pero ahora que lo pienso… ¿durante el calor del momento decidiste evitar que yo
matase a la persona que amaba?
Extrañamente empecé a sentir muchos picores.
Mientras fruncía el ceño, los hombros de Zero se estremecieron de alegría.
—Veo que pusiste tu vida en peligro por mí. Por
la cosa invisible e incomible conocida como mi corazón.
—Mi cuerpo simplemente se movió por voluntad
propia, no es como si hubiese pensado en algo tan profundo como eso.
—Por lo tanto, mercenario. ¿Te enamoraste de
mí?
— ¡Por supuesto qué no!
Probablemente… no, estaba claro que no.
—Eres tan terco. ¿Y si te dijera que me he
enamorado de ti? ¿Qué harías entonces?
—Lo siento, pero odio a las brujas.
Zero simplemente parpadeaba perpleja. Luego
se echó a reír.
—Tan frio como siempre, ya veo. No te vas a
inclinar ni un poco por mi belleza sin igual. Aunque, mercenario, decidí algo
en el momento en que caíste del techo de la torre.
— ¿…Qué decidiste?
—Convertirte en mi sirviente.
Dejé de caminar y miré a Zero.
— ¿…Huuuh?
—Con esto quiero decir que te ataré a mí por
tu nombre, y te haré mío por toda la eternidad. Por eso, ¡vamos, dame tu nombre
de una vez! –Exclamó Zero, y en su rostro surgió una sonrisa perfecta ante la que
todos los nobles del mundo se postrarían. Me aparté lentamente de su radiante
rostro y-
Me aleje corriendo con todas mis fuerzas. Esto no es bueno. Sabía que las brujas eran
aterradoras.
— ¡Mercenario, no huyas! ¡Las cosas serían
mucho más convenientes si te vuelves mi subordinado! ¡También soy de las que
tratan bien a sus siervos! ¡Mercenario, vuelve aquí! ¡No me hagas correr, me
calaré de sudor!
— ¡¿Crees que me importa?! ¡Eres una bruja,
tan solo vuela!
—Esa hechicería de alto rango es más fácil
decirlo que... ¡ah!
Zero se cayó torpemente contra el suelo. *Urgh* Deje escapar un ruido áspero raro
y me di prisa en volver con ella.
— ¡Idiota! ¡No puedes ponerte a correr y
hablar a la vez si nunca has hecho ejercicio antes! ¡¿Qué pasaría si te
mordieses la lengua-
"qué
harías entonces?!", traté de decir, pero Zero me envolvió el cuello
con sus brazos antes de que pudiera acabar de hablar.
—Te atrapé, mercenario.
*Mwahahaha*,
ella se rio de una manera muy diabólica. Parecía que la caída fue solo para
engañarme.
Maldición,
me la ha colado. ¿Por qué he venido corriendo de todos modos? Soy tan estúpido.
—Mercenario,
tu nombre.
—No te lo diré.
— ¿Y si te digo el mío?
—Realmente no me importan tanto los nombres.
— ¿Tanto te opones a ser mío?
—Ya soy tu mercenario, ¡¿no es cierto?!
Suspirando, cogí a Zero. *Hm*, Zero hizo un ruido como si hubiera
llegado a un entendimiento, y apoyó su cabeza en mi hombro mientras observaba
el cielo. Era claro y azul como siempre.
—Hey, mercenario.
— ¿Qué, bruja?
—Pienso que me gusta que seas un caído. Tú
odias a las brujas, y por eso no eres seducido por mi belleza. Estoy algo
frustrada por eso, pero me siento sorprendentemente satisfecha. Tú has sido mi
primer y único amigo…
Amigo,
¿huh? Ya veo. Ella también era mi primera y única amiga. Bueno,
no me sentí decepcionado.
Me aclaré la garganta ligeramente, y miré
hacia la infinita extensión azul.
—Al menos, me gustarías más si fueses humana.
—Entonces solo sería una chica normal que te
temería. De hecho, estaría muerta de miedo.
Si, supongo.
Si yo no fuese un caído.
Si Zero no fuese una bruja.
Si nuestros caminos se cruzasen entonces,
simplemente habríamos continuado caminando alegremente. Esta era la razón por
la cual llamé a la bruja Zero, y ella me llamó mercenario.
—…Supongo que podría seguir siendo un caído
por un poco más de tiempo…
—Escucha escucha. –Sonrió Zero.
El cielo era de color zafiro y prístino como
podía ser, y el sendero se extendía hacia adelante sin fin. Yo, que estaba
acostumbrado a vagar entre naciones en busca de campos de batalla, ni siquiera
podía imaginar lo que había más delante.
Zero también debe haber sentido lo mismo.
Mientras descansaba en mis brazos, examinando con entusiasmo el mapa y
pareciendo más infantil que Albus, me obligué a olvidar las palabras de
despedida de Trece.
"Si
Zero llegase a odiar este mundo…"
"Todo
será destruido. Ten cuidado…"
Sacudí la cabeza, intentando sacarme el eco
de su voz.
De cualquier manera, ya era demasiado tarde.
Con Wenias como el origen, la magia
probablemente ya se extendió por toda la tierra. Había pasado una década desde
que Trece trajo la magia a Wenias, así que evidentemente la magia habría llegado
a otra parte también. En ese caso, Zero era necesaria sin importar lo que sucediera.
Trece debía saber esto, y por eso acepto tener que separarse de ella.
Zero protegerá al mundo de la magia, y yo al
mundo de Zero. Por ahora, esa medida sería suficiente, pasando por alto el insólito
hecho de que Zero era la más poderosa de entre los dos.
Zero y yo.
No sabía cuánto tiempo permaneceríamos
juntos, pero...
…por esa misma razón, este podría ser el punto
perfecto de separación para nosotros dos. [4]
1.- Nota inglesa: Trece utiliza “Wagahai” aquí en lugar
de su habitual “Watashi”. Zero siempre ha usado “Wagahai”, un pronombre
bastante arcaico y arrogante para referirse a sí misma, y ella ridiculizó a Trece
por no usarlo más desde que abandonó su cueva. Ese es el significado de esta
palabra, ya que es casi como si Trece vuelva a su yo pre-Wenias, recordando a Zero
el pasado.
2.- Primera vez que Zero se
refiere a Albus como una chica, ¿tendrá algo que ver el beso? :v
3.- En español es algo raro de ver, lo más similar
sería el caso de que a una monja sin ser un familiar se le dice
"hermana", pues eso era lo que entendía mercenario. También pasa lo
mismo con la forma que tiene Holdem de referirse a mercenario.
4.- Y ahí tenemos a la autora
diciendo de forma indirecta (¿?) que este es el final del volumen. :v
No hay comentarios:
Publicar un comentario