Capítulo 7: Autorización mágica.

Cuando desperté, me encontraba tendido sobre una cama. Lentamente, me levanté de la cama sintiéndome pesado por el cansancio, y vi a Zero acurrucada en una silla, con un libro en sus manos.
— ¿Ya despertaste? Qué alivio. ¿Cómo te sientes, mercenario?
—Hm… me siento como si un demonio hubiese poseído mi cuerpo.
Zero se rió.
—El demonio devolvió tu cuerpo sin ningún problema, pero estuviste durmiendo por tres días. Supongo que vosotros dos erais simplemente demasiado compatibles. El pueblo ya ha recibido noticias del reino sobre la derrota de las "brujas malvadas", y ha comenzado una celebración patriótica. Deberías haber oído los llantos de las brujas rebeldes cuando se dieron cuenta de que habían perdido su magia.
Oh, me podía imaginar lo lamentables que serían.
—Me imagino que los desesperados seguirían luchando.
—Así fue, pero eran humanos normales, ya no había nada que temer. Inesperadamente el perro incluso demostró ser de ayuda. Nuestro problema ahora está más allá de la barrera. Es decir, los que son lo suficientemente astutos como para darse cuenta de que fuera de Wenias, la magia sigue siendo perfectamente accesible. Otra nube tempestuosa se asoma en el horizonte en forma de aquellos que han descubierto su habilidad para realizar hechicería, y que han comenzado sus investigaciones.
Entonces la erradicación de la magia tan solo era algo temporal, que solo afectaba al reino de Wenias. Cada una de las brujas del mundo sólo pondría su propio conocimiento para investigar las nuevas magias.
Menuda patada en el culo. El mundo era un lugar grande, y tener sólo a Trece y Albus en Wenias significaba que casi todo el resto del mundo estaba indefenso ante la magia. Habría más incidentes como el de Wenias, y posiblemente más historias de tragedia.
—El chico ha comenzado a acoger a aquellos que tienen aptitudes para la magia, enseñándoles brujería y magia en preparación para futuras operaciones cuyo propósito será erradicar tales dolores de cabeza. Wenias patrocinará este proyecto como reino que es, convirtiéndola en la primera nación de hechiceros, tal como Trece la había intentado.
—Una nación de hechiceros… tiene un nombre muy aterrador. Por cierto, ¿dónde está Trece?
—En las mazmorras, esperando a la hora de su ejecución.
Miré a Zero con incredulidad. Simplemente sonaba demasiado seria para ser una broma.
—Así están las cosas. Pero claro, todo serán humos y espejos. Es la actuación final de Trece, el hombre que interpretó el papel de embaucador como el hechicero de la rectitud, e incitó la guerra entre las brujas y el reino. El chico pasará a la historia como el que expuso y derrotó a Trece, el cerebro detrás de todo lo sucedido.
—Mhm… ¿entonces ella lo está convirtiendo en un enemigo en común para llegar a la convivencia?
Miré hacia el techo, suspirando. Todo había sido organizado por Trece, y todos habían sido engañados por la maldad de un solo hombre. Esa creencia haría mucho más fácil para los humanos, que habían quemado a la inocente Solena hasta la muerte, y las brujas que habían comenzado el levantamiento, para dar los primeros pasos hacia la coexistencia pacífica.
— ¿Así que tendremos al malvado hechicero Trece, y la nieta de la gran Solena que frustró sus planes? Es un auténtico cuento de hadas que pasará a la historia
—Aunque la ayuda que necesitó el chico de Trece para acabar con la insurrección complica las cosas.
Zero se echó a reír, dejando su libro y me ofreció un vaso de agua. Lo tomé con gratitud y me lo bebí mientras Zero se dejaba caer en la cama.
—…Buenos días, mercenario. Me alegro de que estés bien.
—Uh… ah…
—Oh, cierto. Todavía queda un problema... pero finalmente he recuperado mi libro.
—Genial, felicidades. Ahora yo-
—No podrás convertirte en humano.
¿Qué es lo que acabo de oír? No, seguramente solo haya sido parte de mi imaginación. Por favor, que simplemente me haya imaginado escuchar eso.
—Necesitaré tiempo para recuperarme. Mi duelo con Trece y la barrera para sellar la magia a gran escala, han drenado hasta mi fuente de reserva de poder mágico.
Mierda, no me lo había imaginado. Me cubrí la cara con ambas manos.
—Si te hubieras convertido en un caído de forma voluntaria como el perro, podría devolverte tu forma humana fácilmente… pero como fuiste así desde que naciste, el alma humana y la animal dentro de tu cuerpo se han fusionado por completo. Normalmente el solo hecho de separarlas ya requiere una gran cantidad de energía, pero la posesión del demonio que sufriste, parece haber fortalecido aún más ese vínculo.
—Parece haberlo fortalecido… ¡y una mierda! ¡¿Para empezar, quién te crees que hizo que me poseyeran?!
—Tal vez yo tenga la culpa, pero también siento empatía por ti. He intentado varias cosas para volverte humano mientras dormías, hasta que tu piel se cayó... eso fue una pesadilla. Me di prisa en devolverte a la normalidad.
— ¡¿Pero qué diablos me has hecho mientras estaba inconsciente?!
—No era mi intención. Trece también lo intentó, pero acabo igual de cansado…
—Vale, lo entiendo. Vayamos a lo importante. ¿Cuánto tiempo tardaras en recuperar tu magia? ¿Un mes? ¿Un año?
—Mm… –Zero sacudió su cabeza en afirmación, mirando inexpresivamente en otra dirección. —No lo sé.
— ¡¿Por qué tan solo no me lo dices en vez de esconderlo?! ¡¿Qué pasa con nuestro acuerdo, huh?!
—No me niego a cumplir mi parte del trato, únicamente te digo que tendrás que esperar un tiempo para recibir tu recompensa.
— ¡Ningún deudor, sin importar lo honesta que fueses, aceptaría una estupidez como esa!
—No digas eso. Tan solo tendrás que seguir siendo mi escolta. Tienes una buena condición física para ejercer ese trabajo, y además encuentro tu apariencia de bestia muy adorable. Tu piel es como una manta cálida y blandita, y lo más importante, no tienes a nadie más aparte de tu propia sinceridad para buscar respuestas con esa forma. De esta manera, no estaré sola.
Como puede ella decir todo eso con una cara tan seria…
Miré a Zero a través de los huecos entre mis dedos.
Su encanto era tan inigualable como siempre. Ella parecía haber estado viviendo en esta habitación, esperando a que yo despertase. Alrededor de la silla que había ocupado había mantas y cosas por el estilo, todas desperdigas… Perdóname, pero esto no es algo que debo celebrar.
— ¿…Escolta? ¿Te vas a ir a algún otro lado?
—Sí, quiero viajar a donde sea. Pasé demasiado tiempo en una cueva. Los cuentos narran historias sobre árboles que están compuestos de joyas, de ríos que fluyen por el aire, de peces que nadan en la arena, y de pájaros que viven en tormentas. Me gustaría ver cosas como esas, pero es peligroso para una bruja viajar sola en esta época.
Sonreí ante unas palabras ligeramente nostálgicas. Maldición, me puse a sonreír… idiota.
Bueno… de todos modos, ya que yo era un mercenario busca fortunas, pensé que sería mucho mejor proteger a una bruja en vez de ser una bestia sanguinaria en el campo de batalla. Y lo que es más importante, había un contrato entre nosotros dos hasta que volviese a ser humano, incluso después de que las cicatrices en nuestros pulgares sanasen. La respuesta entonces vino a mí. Me rasqué la nuca.
—Entonces… ¿Qué es lo que ganaré por ser tu escolta?
⧫⧫⧫⧫
— ¡¡Mercenariooooo!! ¡¡Zeroooo!! Trece es muy molesto sobre nuestra interpretación. Él simplemente sigue y sigue diciendo cosas sobre nuestros papeles en la estaca y el escenario.
Yo estaba hambriento después de dormir por tres días, y así un jabalí gigante asado, uno de los jabalíes de Ebrú de nuestro botín, estaba preparado para mi comida.
El gigantesco e imponente jabalí asado estaba colocado magníficamente en el centro de la mesa, y antes de que nos sentásemos cara de perro, Zero, Albus y yo. Trece estaba supuestamente en las mazmorras, pero Trece era Trece, sin importar dónde estuviera.
Escuchando a Zero reírse de las quejas de Albus sobre Trece, yo partí la carne. Tenía su estatus como un ingrediente de clase alta, pero el jabalí mismo era también increíblemente tierno, la dulzura de su grasa que llenaba mi boca mientras hundía mis colmillos en su carne. Los pedazos alrededor del hueso eran tan magníficos, y el condimento de la carne por si solo ya era suficientemente apetitoso.
—No seas tan cruel. No hay nadie más hábil que Trece en manipular los corazones de otros. Está tratando de entregarte a Wenias como está, en un estado óptimo. Piensa en ello como una lección sobre comprender los corazones de la gente, encima de asumir las cargas de la nación como bruja del Canto Lunar.
— ¿Queeeeé? Pero si aprendo de Trece, acabaré siendo una mujer tenebrosa y sin escrúpulos.
—La señorita siempre odió estudiar. Incluso Solena no tenía ni idea de qué hacer con ella. –Cara de perro murmuró seriamente con un tono de nostalgia, y de repente gritó y se cayó de la silla. Albus debió haber tirado de su cola. Tu piel ha vuelto a crecer gracias a la magia de Zero, pero sigues siendo tan patético como siempre, cara de perro.
Zero se partió de la risa de nuevo al ver eso, y mordió un trozo de la grasa de jabalí como yo.
Una semana después, cuando ya me podía mover con normalidad de nuevo, Trece fue "ejecutado", y Albus fue reconocida como la líder de la alianza de hechiceros reales, conocida como la "Llama de Solena" por el populacho, Zero y yo decidimos despedirnos.
Y durante el amanecer, estábamos esperando en las afueras de Prasta.
Como necesitábamos que Trece pudiera escapar en secreto, nos escondíamos y nos dirigíamos hacia el bosque. El aire húmedo de la madrugada en el bosque era fresco, y no había ninguna señal de presencia humana cerca. Hubo un pequeño incidente cuando Albus no se separaba de mi cintura, rogándonos que no nos fuéramos y nos quedásemos para siempre, pero cara de perro logró calmarla y quitármela de encima, sin contar eso nuestra marcha fue muy tranquila.
— ¡Volved a visitarnos pronto! Yo iría con vosotros, pero soy una bruja del Canto Lunar...
Acaricie la cabeza de Albus mientras ella seguía moqueando y le prometí que volveríamos enseguida. El hecho de que nos conociéramos cuando ella intento atacarme para tomar mi cabeza, parecía haber desaparecido completamente de su memoria. No es que le guarde rencor o que tenga algo contra ella… es complicado.
La verdad del intento de Solena de limpiar la peste había sido promulgada a través de Wenias, y en un abrir y cerrar de ojos, las brujas ya no eran blancos del miedo y el prejuicio.
Había ya una base sobre la cual consolidar la convivencia, y debía haber un sentimiento para expiar la injusta muerte de Solena. La población aceptó la posición de Albus como la hechicera de la justicia sorprendentemente fácil, y aunque ciertamente hubo varios temas sin resolver, la crisis de la revuelta de las brujas en Wenias podría ser considerada como terminada. De ahora en adelante, sólo aquellas brujas que reciban la autorización de Albus pueden usar magia dentro de las fronteras de Wenias, y el plan parece ser usar a los recién establecidos y oficialmente reconocidos hechiceros reales, junto con el llamado Sistema de Autorización Mágica, para purgar a las brujas se dispersaron fuera de la nación.
Bajo el pretexto de exploración para ese objetivo, nos entregaron pases especiales que nos permitirían viajar libremente entre naciones. Después de todo, Wenias prosperó como lugar de parada para el comercio entre reinos, así que tuvo influencia sobre la admisión incluso a naciones extranjeras.
Trece iba a volver a la cueva del Bosque de la Luna Curvada. Unas cuantas brujas de Wenias que eligieron a Trece como su maestro, le acompañarían como sus pupilos. Solo a tres les revelaron que la ejecución de Trece era en realidad una farsa, y esos tres estaban esperando con calma a Trece en otro lugar.
Zero mencionó que aunque Trece volvería a su cueva, había dejado algunos "ojos" por todo Wenias para observar cualquier posible revuelta de las brujas. De esa manera, podría hacer todo lo posible para asesorar a Albus incluso desde muy lejos.
El apodo de 'bruja' fue sustituido de ahora en adelante por el título de 'mago'. La razón parecía ser que si esa denominación no se cambiaba podrían surgir algunos malentendidos.
Sin embargo, eso no significaba que el uso de los títulos de 'bruja' y 'hechicero' desaparecería tan fácilmente, pero sin tener en cuenta el género, si uno usaba magia, entonces era un mago.
—Zero, ¿de verdad no quieres volver a la cueva conmigo?
Yo estaba temblando bajo el peso de una enorme mochila llena de alimentos que Zero había recolectado, mientras Trece planteaba su pregunta con una voz tan monótona como siempre.
—No, no lo haré, Trece. Voy a viajar con mercenario.
—Zero, yo- [1]
Trece abrió la boca para decir algo, pero Zero lo silenció.
—Ya me voy, Trece.
Golpeó a Trece en el pecho, luego le dio la espalda y se alejó. Traté de seguirla, pero algo me detuvo.
— ¿Qué pasa? –Pregunté, y cuando me giré, ahí estaba la cara de Albus, excesivamente cercana a la mía. Sentí algo en los labios. Cara de perro gritó.
— ¡Tú, maldito bastardo! ¡¡Puedes ser mi hermano, pero no permitiré que te quedes a la señorita!!
— ¿Huh? ¿Pero qué? Espera. ¡¿qué demon-?!
Albus ya se había echado a reír, dejándome nervioso y a cara de perro enfurecido. Ni siquiera podía perseguirla, ya que Zero estaba alejándose, y me iba a dejar atrás si no me ponía en marcha.
— ¡Ah, joder! ¡No tengo ni idea de que es lo que pasa, pero no es culpa mía! –Gritando, corrí detrás de Zero.
¿Qué demonios fue eso? ¿Qué quería lograr? ¿Cuál era el significado de eso? Abrí la boca mientras me dirigía hacia Zero. Me sentí incómodo por alguna razón, así que seguí medio paso detrás de ella.
—Besaste a la chica [2], ¿no es así?
Zero hablo sin tapujos. Me caí de rodillas, fingiendo serenidad mientras en el interior me atormentaba la amargura. Entonces eso fue un beso. ¡¿Cómo pude permitir que mi primer beso lo tuviese con esa mocosa?!
—…No lo hice.
Mentí con indiferencia. De todas formas yo no fui quien la besó, por lo tanto, la manera correcta de decirlo sería que me besaron.
—No, si lo hiciste.
—Ni siquiera estabas mirando, ¡¿o no?! ¡¿Cómo puedes saberlo?!
—Soy una bruja, mercenario.
Eso no explicaba nada, pero era extrañamente persuasiva. Me rasque la nuca y balbuceé una respuesta.
—Pues... ¡vosotros dos no hicisteis gran cosa! Querías estar con Trece, ¿verdad? ¿No fue por eso que viniste hasta Wenias, por él?
Salte a un tema completamente diferente.
—Por ejemplo. –Murmuró Zero, mirándome atentamente.
—Bueno, las cosas han cambiado. Trece y yo estuvimos juntos por mucho tiempo, pero eso era porque no tenía a nadie más que él. Pero ahora, te tengo a ti.
— ¿T-tú no estás interesada en tu viejo amigo?
Esperando superar mi vergüenza, adopté un tono acusatorio. Zero se echó a reír.
—Las brujas y los hechiceros son básicamente tan… Nuestras largas vidas nos han hecho bastante insensibles. Si no fuera así, no habría perdonado a Trece tan fácilmente el asesinato de nuestro maestro y de nuestros compañeros.
— ¿…Le perdonaste eso?
—Hm… me lo pregunto. Puede que desde el principio no estuviese enfadada. Trece lo comentó, pero casi todas las brujas en la cueva, bajo la enseñanza del Lúgubre Luto, se volvieron 'discapacitadas'. Eran poco más que cadáveres parlantes, esperando por el dulce descanso eterno de la muerte. Su práctica era una que yo evitaba, y que Trece había sobrepasado. Creo que los asesinó muy ordenadamente. Puede que haya sido su manera de mostrar respeto por los muertos.
Zero miro al cielo, como si extrañase el pasado. Como sus palabras, ni su voz ni su expresión revelaban algún indicio de dolor.
No podía ni empezar a entender cuál era la libertad que daba la muerte, pero…
— ¿Piensas que eso fue cruel?
— ¿Con quién te crees que estás hablando? Soy un mercenario, ¿sabes? He hecho un montón de cosas detestables que me hicieron acabar completamente empapado de sangre, de la cabeza a los pies. Yo no soy quien para ir quejándome de la moral de los demás.
—…Si es así, entonces… ¿Por qué salvaste a Trece? No debería haberte molestado si lo hubiera matado.
—Porque…
Mi cuerpo se movió por si solo… claramente esa no era una razón lógica. Simplemente sentí que no era correcto matarlo. Concretamente que Zero matase a Trece, sentí que tenía que evitarlo, costase lo que costase.
De pronto, sentí dentro de mí como si lo entendiese a la perfección, junto con un indescriptible conflicto interno.
Me preguntaba si sólo estaba poniendo excusas para lo que hice o lo que sea, pero mi razonamiento fue probablemente así.
— ¿Tú… estabas enamorada de Trece?
"Mi último compañero y único compatriota". Incluso recordando eso que dijo ahora, la forma en la que Zero hablaba de Trece cargaba un especial afecto. ¿Ella se pondría nerviosa al negarlo o tranquilamente lo reconocería? La miré por el rabillo del ojo y vi que me miraba con el ceño fruncido y una expresión compleja.
— ¿Qué?
—…Parece que lo estás malinterpretando, mercenario.
— ¿Malinterpretando?
—Trece es mi hermano mayor.
Era bastante común, como un dicho, el decir que los ojos se te salen de sus órbitas. Pero en ese momento, en mi estado de shock, sentí que mis ojos realmente corrían el peligro de salirse de sus órbitas.
Trece y Zero son- ¿y qué más?
— ¡Qué demonios! ¡¿Cómo es posible que siendo hermanos seáis tan diferentes?! Además, nunca dijiste nada sobre-
—Si lo dije. Dije claramente que somos hermanos, si me acuerdo bien.
Ella lo había hecho. Ella había dicho que eran hermanos, y yo sabía que la palabra "hermanos" originalmente significaba personas nacidas del mismo vientre. Sin embargo, "hermanos" usualmente se usaba para describir a los compañeros. Por lo tanto, era absurdo esperar que yo entendiera que eran hermanos de sangre. [3]
—Y a pesar de su apariencia, Trece es un hombre tan apuesto que incluso los demonios le envidian, aunque negoció con su aspecto cuando llamó a un demonio de alto rango.
— ¿El atractivo es algo con lo que se puede negociar?
—Él lo hizo y se volvió como es actualmente. Pero ahora que lo pienso… ¿durante el calor del momento decidiste evitar que yo matase a la persona que amaba?
Extrañamente empecé a sentir muchos picores. Mientras fruncía el ceño, los hombros de Zero se estremecieron de alegría.
—Veo que pusiste tu vida en peligro por mí. Por la cosa invisible e incomible conocida como mi corazón.
—Mi cuerpo simplemente se movió por voluntad propia, no es como si hubiese pensado en algo tan profundo como eso.
—Por lo tanto, mercenario. ¿Te enamoraste de mí?
— ¡Por supuesto qué no!
Probablemente… no, estaba claro que no.
—Eres tan terco. ¿Y si te dijera que me he enamorado de ti? ¿Qué harías entonces?
—Lo siento, pero odio a las brujas.
Zero simplemente parpadeaba perpleja. Luego se echó a reír.
—Tan frio como siempre, ya veo. No te vas a inclinar ni un poco por mi belleza sin igual. Aunque, mercenario, decidí algo en el momento en que caíste del techo de la torre.
— ¿…Qué decidiste?
—Convertirte en mi sirviente.
Dejé de caminar y miré a Zero.
— ¿…Huuuh?
—Con esto quiero decir que te ataré a mí por tu nombre, y te haré mío por toda la eternidad. Por eso, ¡vamos, dame tu nombre de una vez! –Exclamó Zero, y en su rostro surgió una sonrisa perfecta ante la que todos los nobles del mundo se postrarían. Me aparté lentamente de su radiante rostro y-
Me aleje corriendo con todas mis fuerzas. Esto no es bueno. Sabía que las brujas eran aterradoras.
— ¡Mercenario, no huyas! ¡Las cosas serían mucho más convenientes si te vuelves mi subordinado! ¡También soy de las que tratan bien a sus siervos! ¡Mercenario, vuelve aquí! ¡No me hagas correr, me calaré de sudor!
— ¡¿Crees que me importa?! ¡Eres una bruja, tan solo vuela!
—Esa hechicería de alto rango es más fácil decirlo que... ¡ah!
Zero se cayó torpemente contra el suelo. *Urgh* Deje escapar un ruido áspero raro y me di prisa en volver con ella.
— ¡Idiota! ¡No puedes ponerte a correr y hablar a la vez si nunca has hecho ejercicio antes! ¡¿Qué pasaría si te mordieses la lengua-
"qué harías entonces?!", traté de decir, pero Zero me envolvió el cuello con sus brazos antes de que pudiera acabar de hablar.
—Te atrapé, mercenario.
*Mwahahaha*, ella se rio de una manera muy diabólica. Parecía que la caída fue solo para engañarme.
Maldición, me la ha colado. ¿Por qué he venido corriendo de todos modos? Soy tan estúpido.
Mercenario, tu nombre.
—No te lo diré.
— ¿Y si te digo el mío?
—Realmente no me importan tanto los nombres.
— ¿Tanto te opones a ser mío?
—Ya soy tu mercenario, ¡¿no es cierto?!
Suspirando, cogí a Zero. *Hm*, Zero hizo un ruido como si hubiera llegado a un entendimiento, y apoyó su cabeza en mi hombro mientras observaba el cielo. Era claro y azul como siempre.
—Hey, mercenario.
— ¿Qué, bruja?
—Pienso que me gusta que seas un caído. Tú odias a las brujas, y por eso no eres seducido por mi belleza. Estoy algo frustrada por eso, pero me siento sorprendentemente satisfecha. Tú has sido mi primer y único amigo…
Amigo, ¿huh? Ya veo. Ella también era mi primera y única amiga. Bueno, no me sentí decepcionado.
Me aclaré la garganta ligeramente, y miré hacia la infinita extensión azul.
—Al menos, me gustarías más si fueses humana.
—Entonces solo sería una chica normal que te temería. De hecho, estaría muerta de miedo.
Si, supongo.
Si yo no fuese un caído.
Si Zero no fuese una bruja.
Si nuestros caminos se cruzasen entonces, simplemente habríamos continuado caminando alegremente. Esta era la razón por la cual llamé a la bruja Zero, y ella me llamó mercenario.
—…Supongo que podría seguir siendo un caído por un poco más de tiempo…
—Escucha escucha. –Sonrió Zero.
El cielo era de color zafiro y prístino como podía ser, y el sendero se extendía hacia adelante sin fin. Yo, que estaba acostumbrado a vagar entre naciones en busca de campos de batalla, ni siquiera podía imaginar lo que había más delante.
Zero también debe haber sentido lo mismo. Mientras descansaba en mis brazos, examinando con entusiasmo el mapa y pareciendo más infantil que Albus, me obligué a olvidar las palabras de despedida de Trece.
"Si Zero llegase a odiar este mundo…"
"Todo será destruido. Ten cuidado…"
Sacudí la cabeza, intentando sacarme el eco de su voz.
De cualquier manera, ya era demasiado tarde.
Con Wenias como el origen, la magia probablemente ya se extendió por toda la tierra. Había pasado una década desde que Trece trajo la magia a Wenias, así que evidentemente la magia habría llegado a otra parte también. En ese caso, Zero era necesaria sin importar lo que sucediera. Trece debía saber esto, y por eso acepto tener que separarse de ella.
Zero protegerá al mundo de la magia, y yo al mundo de Zero. Por ahora, esa medida sería suficiente, pasando por alto el insólito hecho de que Zero era la más poderosa de entre los dos.
Zero y yo.
No sabía cuánto tiempo permaneceríamos juntos, pero...
…por esa misma razón, este podría ser el punto perfecto de separación para nosotros dos. [4]


1.- Nota inglesa: Trece utiliza “Wagahai” aquí en lugar de su habitual “Watashi”. Zero siempre ha usado “Wagahai”, un pronombre bastante arcaico y arrogante para referirse a sí misma, y ella ridiculizó a Trece por no usarlo más desde que abandonó su cueva. Ese es el significado de esta palabra, ya que es casi como si Trece vuelva a su yo pre-Wenias, recordando a Zero el pasado.
2.- Primera vez que Zero se refiere a Albus como una chica, ¿tendrá algo que ver el beso? :v
3.- En español es algo raro de ver, lo más similar sería el caso de que a una monja sin ser un familiar se le dice "hermana", pues eso era lo que entendía mercenario. También pasa lo mismo con la forma que tiene Holdem de referirse a mercenario.
4.- Y ahí tenemos a la autora diciendo de forma indirecta (¿?) que este es el final del volumen. :v
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario