Capítulo 7: El vice capitán alimenta al zorro

El grupo a cargo de esta fortaleza del norte era la novena rama de la Orden de los Caballeros del Reino.
Al vice capitán de la rama, el segundo al mando Grail, recientemente se le encontró algo alegre.
Aunque era alguien tanto respetado como temido por sus subordinados, en ese momento su afilada mirada estaba relajada mientras miraba a cierta criatura.
Era un pequeño zorro blanco que se había acomodado hace cuatro días en la choza que está al lado del cuartel.
Aunque no estaba seguro dado que no lo había investigado, Grail creía que se trataba de una hembra. Adorable y tímida, se sentía como si fuese una chica.
Ella siempre se despertaba antes que Grail, pero hoy seguía durmiendo. Estaba arropada con algunas mantas en el viejo cobertizo, durmiendo pacíficamente.
Era demasiado pequeña para cuidarse por sí misma, y a la mamá zorro no se la veía por ninguna parte. Grail pensaba que llegó hasta aquí deambulando tras ser abandonada por su madre. Quizás no pudiese conseguir comida por sí misma, ya que él nunca la vio cazando.
Después de quedarse un rato mirando a la cría de zorro, se separó de la ventana.
Tras terminar de cambiarse, se dirigió al comedor de la base. Era un lugar reservado para los caballeros que trabajaban en el fuerte.
Como todavía era temprano, no había mucha gente. Aunque rápidamente se llenó en treinta minutos.
—Buenos días, vice capitán.
—Aah, buenas.
Tras intercambiar saludos con sus subordinados, quienes también se despertaban temprano, puso su desayuno en una bandeja.
Se sentó solo y comió en silencio. Mientras devolvía la bandeja, se dirigió a hablar con el cocinero, un hombre con un buen físico que trabajaba en la cocina desde hace mucho tiempo.
— ¿Podría tener una porción de la comida de esta mañana?
—Oh, señor vice capitán. Me aseguraré de que le dejen algo.
Él sabía de la existencia del cachorro de zorro de las historias de Grail. Y era quien preparaba su comida.
Ya que eso simplemente haría las comidas de los soldados menos saladas, no sería una tarea muy complicada. El desayuno de hoy para la cría era una sopa de nabos, repollo y tocino con pan. Un tipo de sopa muy común para desayunar.
Ellos creían que a los zorros les gustaba la carne, pero a esta cría de zorro no parecía que realmente le agradase. Los vegetales, frutas y pan se los comía felizmente.
En contraste, parecía que odiaba la carne cruda. Mientras que ella comió con mucho gusto albóndigas y carne asada, cuando le dieron carne de venado fresca y goteante, parecía disgustada y se alejó unos cuantos pasos.
Tal vez pensó que la carne cruda no era comida porque solo había tenía la leche de su madre hasta ahora.
—Es la primera vez que le damos nabos. Espero que le guste. –Dijo el chef mientras tendía un plato con comida. A él no le importaba mucho los caballeros, ya que comían todo lo que se les diese, pero era muy atento con la pequeña zorrita.
No parecía que a ella le gustasen los guisantes verdes, puesto que el otro día los dejó.
—Esto no tiene un olor muy fuerte, así que debería de estar bien. Gracias como siempre. –Agradeció Grail.
—Eres bienvenido. También estoy contento cuando la pequeña se lo come todo. –El cocinero se rio. Aunque todavía no la había conocido, estaba tan emocionado como un abuelo que acabase de tener una nieta. Parecía que iba a hacer cecina para la cachorra de zorro de nuevo el día de hoy.
Mientras sonreía al energético cocinero, Grail tomó el desayuno de la cría de zorro y se dirigió a su dormitorio.
Cuando abrió la puerta del dormitorio, la zorrita bebé estaba en la ventana.
Se despertó cuando Grail estaba en el comedor.
Ella estaba asomando la cabeza por encima de las cajas de madera, pero desde el punto de vista de Grail, lo único que él veía eran sus patas delanteras, sus largas orejas y la parte superior de su cabeza.
Seguramente estaba hambrienta. Verla husmear y tratar de asomarse a la habitación era encantador, y era bastante destructivo para su actitud severa.
Aunque Grail era por lo general un hombre inexpresivo, incluso él acababa sonriendo ante esa escena.
—Aquí tienes tu comida.
Cuando Grail se acercó a la ventana y la abrió, la pequeña zorrita salto de la caja y mantuvo las distancias. Grail pensaba que ella ya se abría acostumbrada a él, pero todavía parecía tener miedo de acercarse. Incluso cuando colocó el plato en el segundo escalón, ella simplemente se inclinó y evitó acercarse.
Sin embargo, al cerrar la ventana, ágilmente escalaba las cajas y empezaba a comer.
Al principio se asustaba simplemente por la mirada de Grail, pero ahora, siempre y cuando estuviese la ventana de por medio ella parecía estar bien.
Mientras levantaba la cabeza a veces para ver a Grail, ella engullía con un *haguhagu*.
—Nos vemos por la tarde. –Le dijo Grail a la cachorrita tocando la ventana con los dedos.
Todo lo que ella hacía era interesante y nunca dejaba de entretener, pero desafortunadamente era la hora del entrenamiento. Salió de la habitación y se dirigió a los campos de entrenamiento.
Siendo el vice capitán, Grail tenía que encargarse de un montón de documentos. También supervisaba a sus subordinados, así que ya no entrenaba hasta ser incapaz de moverse por el cansancio.
Pero, antes de que empezase su trabajo, siempre entrenaba a solas por la mañana. Antes de irse a trabajar hacía los ejercicios básicos como entrenamiento muscular, correr y práctica de esgrima, cosas básicas pero suficientes para que un caballero normal se desmaye de agotamiento.
Grail no era consciente de que sus subordinados le llamaban el "hombre de acero" a sus espaldas con miedo.
¨¨¨¨
Tras el entrenamiento matutino, Grail se encerraba en su dormitorio y se concentraba en el papeleo.
Luego, cuando era el momento del descanso del mediodía, dejaba el bolígrafo y el papel y salía de la habitación.
En este país, las personas tenían grandes comidas, pero solo dos veces al día, el desayuno y la cena. Si comían algo por el mediodía, era un tentempié.
Grail también, no iba a comer a pesar de que dejó su asiento al mediodía. Fue en la otra dirección desde el comedor en el pasillo del tercer piso.
Mirando fuera de la ventana desde el final del pasillo, vio el campo de entrenamiento. Parecía que la sexta brigada estaba practicando esta mañana, pero ya lo estaban abandonando.
La 'división' de este fuerte, la novena división, estaba dividida en 'brigadas' que trabajan en diferentes horarios. De la primera brigada a la cuarta estaban protegiendo la frontera, mientras que la quinta patrullaba la ciudad y la sexta entrenaba.
Después de que la gente abandonase el campo de entrenamiento, la zorrito blanca se acercó.
Vino como se esperaba. Grail sonrió. La cachorra de zorro miró a su alrededor para ver si había alguna persona alrededor y se deslizó hacia el centro.
Porque nevó ayer otra vez, y no había huellas. Las únicas marcas eran las de los miembros de la sexta brigada.
La cría examinó de nuevo sus alrededores, y después empezó a correr por la nieve. Al principio ella solo estaba caminando por el lugar, pero de pronto empezó a escarbar en la nieve con un brillo en sus ojos.
Enterrándose en la nieve con solo las orejas y las colas afuera, o rodando y saltando en la nieve nuevamente.
La vio jugar así antes en el campo de entrenamiento, así que pensó que ella podría volver, y él tenía razón.
Nunca me canso de ver esto. Pensó Grail.
— ¡Ah! Pero si es el vice capitán.
En el silencioso pasillo, una voz clara sonó.
Cuando Grail se giró, su subordinado se acercaba, un hombre de cabello rubio llamativo. Era Kix, un joven soldado muy prometedor, aunque tenía el problema de ser muy poco serio.
— ¿Qué está haciendo aquí señor?
Kix era uno de los pocos subordinados que hablaban a Grail de forma informal.
Grail silenciosamente señalo a la ventana.
— ¿Nn? ¡…Oh, es un zorro! –Dijo Kix al ver a la cría de zorro jugando en el campo de entrenamiento.
—Huh, supongo que es el rumoreado zorro blanco.
—Sí. –Grail asintió.
A decir verdad, no era solo Grail quien conocía a la cachorrita.
Muchos otros caballeros vieron a la criatura corriendo en el campo de entrenamiento. Y este rumor que se esparció entre todos los caballeros en tan solo cuatro días.
Por toda la nieve, el invierno en la fortaleza del norte tenía una atmosfera de depresión, pero esta animada criaturita curaba los corazones de los soldados.
Esos duros hombres estaban felices de ver unas pequeñas huellas en la nieve.
Aunque los otros caballeros no sabían que Grail la estaba entrenando. Solo el cocinero lo sabía.
Grail no lo estaba ocultando a propósito y con mucho gusto habría respondido cualquier pregunta, pero nadie preguntó.
— ¿Le gustan los animales vice capitán? –Dijo Kix mientras miraba a la zorra.
Él siguió hablando mientras sus labios se distorsionaban como si intentase evitar sonreír.
—Así que… cómo al capitán de la rama, ¿también te gustan los animales lindos…? Pfft, eso no le pega nada.
A su grosero subordinado que finalmente estalló en carcajadas, Grail esbozó una sonrisa fría. Puso una mano en el hombro de Kix.
—Kix, si tienes tiempo libre, por favor se mi compañero de entrenamiento. Aunque no sé si seré capaz de contenerme…
¡LO SIENTO ME DISCULPO LO LAMENTO MUCHO!
¨¨¨¨
Después de terminar su trabajo de la tarde, Grail se dirigió al comedor. Después de recibir su porción, fue a ver al cocinero para tomar la comida de la cría de zorro como siempre.
Cuando fue a su dormitorio y encendió las luces, la zorro bebé le notó y soltó un pequeño ladrido. Ella no podía esperar para comer.
Grail abrió la ventana, dejó la comida y se alejó ya que la pequeña cría parecía ponerse nerviosa cuando él estaba cerca.
Mientras ella comía, Grial se quitó la chaqueta, deshizo el nudo de sus zapatos y se preparó para ir a bañarse.
Un rato después, se escuchó un grito, "¡Kyan!". Era una señal de que la cría había terminado de comer. Cuando Grail se acercó a la ventana, había un plato vacío en la caja de madera y la pequeña zorrita estaba mirando a Grail desde el cobertizo.
Se estaba relamiendo mucho, así que la comida debió de ser deliciosa.
La cría parecía que se había abierto a Grail, pero todavía no confiaba completamente en él. La 'sutil' distancia entre ellos era la prueba de ello.
Desde el momento en que se conocieron, esa distancia no se había reducido.
Grail quería tocar el aparentemente mullido pelaje de la zorrita, pero ella se asustaba cuando trataba de acercarse.
Sin embargo, hoy pensaba que sería capaz de hacerlo.
Grail tenía en su poder un arma secreta para poder reducir esa distancia… el trozo de cecina que el cocinero le había dado.
Estaba hecha de carne de pechuga de pollo, machacada en finas tiras y horneada en un horno. No tenía ningún condimento, pero el sabor de la carne estaba condensado, probablemente también era lo suficientemente bueno para el paladar humano.
Grail sacó la cecina y se lo mostró al bebé de zorro.
La pequeña criatura inclinó la cabeza, como si estuviese diciendo "¿Hm?" y se acercó a Grail para ver que era.
Cuando llegó a las cajas de madera, notó el delicioso aroma de la carne, lo cual provocó que se le levantase la cola.
Todavia seguía nerviosa de acercarse a Grail, pero estaba siendo atraída por la comida. Tímidamente se asomó a la ventana, estando sus ojos concentrados en la cecina.
—Aquí tienes. Está bueno.
Grail arrancó un pequelo trozo de cecina, se lo puso en la mano y lo extendió ofreciéndoselo a su peludito acompañante. Hasta ahora la pequeña cría nunca había comido directamente de su mano. Era una también un gran desafío para Grail.
Él trataba de enseñarle que no tenía por qué temer a los humanos.
Atraída por el olor, la zorro bebé colocó una pata en el primer escalón de la caja de madera. Fue lo más cerca que estuvo nunca de Grail.
Estiró desesperadamente el cuello, pero parece que luego se dio cuenta de que tenía que acercarse más para obtener la comida. Temblorosa, colocó una pata en el segundo escalón y subió.
Ella olisqueaba la mano de Grail y la cecina. Mientras tanto, Grail se esforzaba en no moverse para que así ella no se asustase.
Al verla husmear cautelosamente uno podía pensar "no necesitaba olfatear eso tan cuidadosamente". Entonces, la zorro bebé tomó un trozo y rápidamente bajó de las cajas de madera.
Después de que ella se alejó lo suficiente de Grail, ella mordió su premio.
—Haguhagu.
Momentáneamente la humeda nariz de la cría tocó su mano. Y Grail se conmovió por ese sentimiento. No era como si tuviese un fetiche por las narices. Simplemente estaba feliz de que ella comiese de su mano. Cuando arrancó otro trozo la pequeña criatura se volvió a acercar, con movimientos menos torpes que antes.
Su apetito ganó contra el miedo hacia los humanos. Esta vez no cogió la comida y se alejó, sino que se lo comió junto a Grail.
Era la primera vez que estaba tan cerca de Grail. "El poder de la cecina es impresionante" pensó Grail.
Al final, la zorrita se comió el resto de la cecina a su lado o directamente de su mano.
Aunque era por la comida, la distancia entre los dos había menguado.

1 comentario:

  1. Demasiado azúcar para mi body ♡ o ♡
    Gracias por la traducción y espero con ansias el siguiente capítulo ^U^

    ResponderEliminar