Al vice capitán de la
rama, el segundo al mando Grail, recientemente se le encontró algo alegre.
Aunque era alguien
tanto respetado como temido por sus subordinados, en ese momento su afilada
mirada estaba relajada mientras miraba a cierta criatura.
Era un pequeño zorro
blanco que se había acomodado hace cuatro días en la choza que está al lado del
cuartel.
Aunque no estaba
seguro dado que no lo había investigado, Grail creía que se trataba de una hembra.
Adorable y tímida, se sentía como si fuese una chica.
Ella siempre se
despertaba antes que Grail, pero hoy seguía durmiendo. Estaba arropada con
algunas mantas en el viejo cobertizo, durmiendo pacíficamente.
Era demasiado pequeña
para cuidarse por sí misma, y a la mamá zorro no se la veía por ninguna parte. Grail
pensaba que llegó hasta aquí deambulando tras ser abandonada por su madre.
Quizás no pudiese conseguir comida por sí misma, ya que él nunca la vio cazando.
Después de quedarse
un rato mirando a la cría de zorro, se separó de la ventana.
Tras terminar de
cambiarse, se dirigió al comedor de la base. Era un lugar reservado para los
caballeros que trabajaban en el fuerte.
Como todavía era temprano,
no había mucha gente. Aunque rápidamente se llenó en treinta minutos.
—Buenos días, vice
capitán.
—Aah, buenas.
Tras intercambiar
saludos con sus subordinados, quienes también se despertaban temprano, puso su
desayuno en una bandeja.
Se sentó solo y comió
en silencio. Mientras devolvía la bandeja, se dirigió a hablar con el cocinero,
un hombre con un buen físico que trabajaba en la cocina desde hace mucho
tiempo.
— ¿Podría tener una
porción de la comida de esta mañana?
—Oh, señor vice
capitán. Me aseguraré de que le dejen algo.
Él sabía de la
existencia del cachorro de zorro de las historias de Grail. Y era quien preparaba
su comida.
Ya que eso
simplemente haría las comidas de los soldados menos saladas, no sería una tarea
muy complicada. El desayuno de hoy para la cría era una sopa de nabos, repollo
y tocino con pan. Un tipo de sopa muy común para desayunar.
Ellos creían que a
los zorros les gustaba la carne, pero a esta cría de zorro no parecía que
realmente le agradase. Los vegetales, frutas y pan se los comía felizmente.
En contraste, parecía
que odiaba la carne cruda. Mientras que ella comió con mucho gusto albóndigas y
carne asada, cuando le dieron carne de venado fresca y goteante, parecía
disgustada y se alejó unos cuantos pasos.
Tal vez pensó que la
carne cruda no era comida porque solo había tenía la leche de su madre hasta
ahora.
—Es la primera vez
que le damos nabos. Espero que le guste. –Dijo el chef mientras tendía un plato
con comida. A él no le importaba mucho los caballeros, ya que comían todo lo
que se les diese, pero era muy atento con la pequeña zorrita.
No parecía que a ella
le gustasen los guisantes verdes, puesto que el otro día los dejó.
—Esto no tiene un
olor muy fuerte, así que debería de estar bien. Gracias como siempre.
–Agradeció Grail.
—Eres bienvenido.
También estoy contento cuando la pequeña se lo come todo. –El cocinero se rio.
Aunque todavía no la había conocido, estaba tan emocionado como un abuelo que
acabase de tener una nieta. Parecía que iba a hacer cecina para la cachorra de
zorro de nuevo el día de hoy.
Mientras sonreía al
energético cocinero, Grail tomó el desayuno de la cría de zorro y se dirigió a
su dormitorio.
Cuando abrió la
puerta del dormitorio, la zorrita bebé estaba en la ventana.
Se despertó cuando
Grail estaba en el comedor.
Ella estaba asomando
la cabeza por encima de las cajas de madera, pero desde el punto de vista de
Grail, lo único que él veía eran sus patas delanteras, sus largas orejas y la
parte superior de su cabeza.
Seguramente estaba
hambrienta. Verla husmear y tratar de asomarse a la habitación era encantador,
y era bastante destructivo para su actitud severa.
Aunque Grail era por
lo general un hombre inexpresivo, incluso él acababa sonriendo ante esa escena.
—Aquí tienes tu
comida.
Cuando Grail se
acercó a la ventana y la abrió, la pequeña zorrita salto de la caja y mantuvo
las distancias. Grail pensaba que ella ya se abría acostumbrada a él, pero
todavía parecía tener miedo de acercarse. Incluso cuando colocó el plato en el
segundo escalón, ella simplemente se inclinó y evitó acercarse.
Sin embargo, al
cerrar la ventana, ágilmente escalaba las cajas y empezaba a comer.
Al principio se
asustaba simplemente por la mirada de Grail, pero ahora, siempre y cuando
estuviese la ventana de por medio ella parecía estar bien.
Mientras levantaba la
cabeza a veces para ver a Grail, ella engullía con un *haguhagu*.
—Nos
vemos por la tarde. –Le dijo Grail a la cachorrita tocando la ventana con los
dedos.
Todo
lo que ella hacía era interesante y nunca dejaba de entretener, pero
desafortunadamente era la hora del entrenamiento. Salió de la habitación y se
dirigió a los campos de entrenamiento.
Siendo
el vice capitán, Grail tenía que encargarse de un montón de documentos. También
supervisaba a sus subordinados, así que ya no entrenaba hasta ser incapaz de
moverse por el cansancio.
Pero,
antes de que empezase su trabajo, siempre entrenaba a solas por la mañana.
Antes de irse a trabajar hacía los ejercicios básicos como entrenamiento
muscular, correr y práctica de esgrima, cosas básicas pero suficientes para que
un caballero normal se desmaye de agotamiento.
Grail no era
consciente de que sus subordinados le llamaban el "hombre de acero" a
sus espaldas con miedo.
¨¨¨¨
Tras el entrenamiento
matutino, Grail se encerraba en su dormitorio y se concentraba en el papeleo.
Luego, cuando era el
momento del descanso del mediodía, dejaba el bolígrafo y el papel y salía de la
habitación.
En este país, las
personas tenían grandes comidas, pero solo dos veces al día, el desayuno y la
cena. Si comían algo por el mediodía, era un tentempié.
Grail también, no iba
a comer a pesar de que dejó su asiento al mediodía. Fue en la otra dirección
desde el comedor en el pasillo del tercer piso.
Mirando fuera de la
ventana desde el final del pasillo, vio el campo de entrenamiento. Parecía que
la sexta brigada estaba practicando esta mañana, pero ya lo estaban
abandonando.
La 'división' de este
fuerte, la novena división, estaba dividida en 'brigadas' que trabajan en
diferentes horarios. De la primera brigada a la cuarta estaban protegiendo la
frontera, mientras que la quinta patrullaba la ciudad y la sexta entrenaba.
Después de que la
gente abandonase el campo de entrenamiento, la zorrito blanca se acercó.
Vino como se
esperaba. Grail sonrió. La cachorra de zorro miró a su alrededor para ver si
había alguna persona alrededor y se deslizó hacia el centro.
Porque nevó ayer otra
vez, y no había huellas. Las únicas marcas eran las de los miembros de la sexta
brigada.
La cría examinó de
nuevo sus alrededores, y después empezó a correr por la nieve. Al principio
ella solo estaba caminando por el lugar, pero de pronto empezó a escarbar en la
nieve con un brillo en sus ojos.
Enterrándose en la
nieve con solo las orejas y las colas afuera, o rodando y saltando en la nieve
nuevamente.
La vio jugar así
antes en el campo de entrenamiento, así que pensó que ella podría volver, y él
tenía razón.
Nunca me canso de ver esto. Pensó
Grail.
— ¡Ah! Pero si es el
vice capitán.
En el silencioso
pasillo, una voz clara sonó.
Cuando Grail se giró,
su subordinado se acercaba, un hombre de cabello rubio llamativo. Era Kix, un
joven soldado muy prometedor, aunque tenía el problema de ser muy poco serio.
— ¿Qué está haciendo
aquí señor?
Kix era uno de los
pocos subordinados que hablaban a Grail de forma informal.
Grail silenciosamente
señalo a la ventana.
— ¿Nn? ¡…Oh, es un
zorro! –Dijo Kix al ver a la cría de zorro jugando en el campo de
entrenamiento.
—Huh, supongo que es
el rumoreado zorro blanco.
—Sí. –Grail asintió.
A decir verdad, no
era solo Grail quien conocía a la cachorrita.
Muchos otros
caballeros vieron a la criatura corriendo en el campo de entrenamiento. Y este
rumor que se esparció entre todos los caballeros en tan solo cuatro días.
Por toda la nieve, el
invierno en la fortaleza del norte tenía una atmosfera de depresión, pero esta
animada criaturita curaba los corazones de los soldados.
Esos duros hombres
estaban felices de ver unas pequeñas huellas en la nieve.
Aunque los otros
caballeros no sabían que Grail la estaba entrenando. Solo el cocinero lo sabía.
Grail no lo estaba
ocultando a propósito y con mucho gusto habría respondido cualquier pregunta,
pero nadie preguntó.
— ¿Le gustan los
animales vice capitán? –Dijo Kix mientras miraba a la zorra.
Él siguió hablando
mientras sus labios se distorsionaban como si intentase evitar sonreír.
—Así que… cómo al
capitán de la rama, ¿también te gustan los animales lindos…? Pfft, eso no le
pega nada.
A su grosero
subordinado que finalmente estalló en carcajadas, Grail esbozó una sonrisa
fría. Puso una mano en el hombro de Kix.
—Kix, si tienes
tiempo libre, por favor se mi compañero de entrenamiento. Aunque no sé si seré
capaz de contenerme…
— ¡LO
SIENTO ME DISCULPO LO LAMENTO MUCHO!
¨¨¨¨
Después de terminar
su trabajo de la tarde, Grail se dirigió al comedor. Después de recibir su
porción, fue a ver al cocinero para tomar la comida de la cría de zorro como
siempre.
Cuando fue a su
dormitorio y encendió las luces, la zorro bebé le notó y soltó un pequeño
ladrido. Ella no podía esperar para comer.
Grail abrió la
ventana, dejó la comida y se alejó ya que la pequeña cría parecía ponerse
nerviosa cuando él estaba cerca.
Mientras ella comía,
Grial se quitó la chaqueta, deshizo el nudo de sus zapatos y se preparó para ir
a bañarse.
Un rato después, se
escuchó un grito, "¡Kyan!". Era una señal de que la cría había terminado
de comer. Cuando Grail se acercó a la ventana, había un plato vacío en la caja
de madera y la pequeña zorrita estaba mirando a Grail desde el cobertizo.
Se estaba relamiendo
mucho, así que la comida debió de ser deliciosa.
La cría parecía que
se había abierto a Grail, pero todavía no confiaba completamente en él. La 'sutil'
distancia entre ellos era la prueba de ello.
Desde el momento en
que se conocieron, esa distancia no se había reducido.
Grail quería tocar el
aparentemente mullido pelaje de la zorrita, pero ella se asustaba cuando
trataba de acercarse.
Sin embargo, hoy
pensaba que sería capaz de hacerlo.
Grail tenía en su poder
un arma secreta para poder reducir esa distancia… el trozo de cecina que el
cocinero le había dado.
Estaba hecha de carne
de pechuga de pollo, machacada en finas tiras y horneada en un horno. No tenía
ningún condimento, pero el sabor de la carne estaba condensado, probablemente
también era lo suficientemente bueno para el paladar humano.
Grail sacó la cecina
y se lo mostró al bebé de zorro.
La pequeña criatura
inclinó la cabeza, como si estuviese diciendo "¿Hm?" y se acercó a
Grail para ver que era.
Cuando llegó a las
cajas de madera, notó el delicioso aroma de la carne, lo cual provocó que se le
levantase la cola.
Todavia seguía
nerviosa de acercarse a Grail, pero estaba siendo atraída por la comida. Tímidamente
se asomó a la ventana, estando sus ojos concentrados en la cecina.
—Aquí tienes. Está
bueno.
Grail arrancó un
pequelo trozo de cecina, se lo puso en la mano y lo extendió ofreciéndoselo a
su peludito acompañante. Hasta ahora la pequeña cría nunca había comido
directamente de su mano. Era una también un gran desafío para Grail.
Él trataba de
enseñarle que no tenía por qué temer a los humanos.
Atraída por el olor, la
zorro bebé colocó una pata en el primer escalón de la caja de madera. Fue lo más
cerca que estuvo nunca de Grail.
Estiró
desesperadamente el cuello, pero parece que luego se dio cuenta de que tenía
que acercarse más para obtener la comida. Temblorosa, colocó una pata en el
segundo escalón y subió.
Ella olisqueaba la
mano de Grail y la cecina. Mientras tanto, Grail se esforzaba en no moverse
para que así ella no se asustase.
Al verla husmear
cautelosamente uno podía pensar "no necesitaba olfatear eso tan
cuidadosamente". Entonces, la zorro bebé tomó un trozo y rápidamente bajó
de las cajas de madera.
Después de que ella
se alejó lo suficiente de Grail, ella mordió su premio.
—Haguhagu.
Momentáneamente la
humeda nariz de la cría tocó su mano. Y Grail se conmovió por ese sentimiento. No
era como si tuviese un fetiche por las narices. Simplemente estaba feliz de que
ella comiese de su mano. Cuando arrancó otro trozo la pequeña criatura se volvió
a acercar, con movimientos menos torpes que antes.
Su apetito ganó
contra el miedo hacia los humanos. Esta vez no cogió la comida y se alejó, sino
que se lo comió junto a Grail.
Era la primera vez
que estaba tan cerca de Grail. "El poder de la cecina es
impresionante" pensó Grail.
Al final, la zorrita se
comió el resto de la cecina a su lado o directamente de su mano.
Aunque era por la
comida, la distancia entre los dos había menguado.
Demasiado azúcar para mi body ♡ o ♡
ResponderEliminarGracias por la traducción y espero con ansias el siguiente capítulo ^U^